Los años 90 fueron una de las mejores épocas para la televisión española.
‘Tómbola’, ‘El diario de Patricia’ o ‘Sorpresa, ¡sopresa!’ son sólo algunos de los pocos programas que salieron a la luz durante el momento dorado de los proyectos televisivos en nuestro país, aunque si hay uno que nunca cayó en el olvido, ese fue el ‘Grand Prix’.
El apodado como «el concurso del verano» nació hace casi 30 años, con Ramón García a los mandos junto otro personaje olvidado: la actriz Mar Regueras.
La presentadora también llegó a codearse con una de las estrellas del momento, el actor y político Toni Cantó, que por entonces venía de triunfar en ficciones como ‘Siete vidas’, ‘Querido maestro’ o ‘La ley y la vida’.
Los dos se conocieron grabando la serie de televisión ‘De moda’, estrenada en los canales autonómicos, y poco después empezaron una relación sentimental de la que nació la tercera hija del actor, Violeta, aunque lo suyo no duraría mucho tiempo.
Tampoco la fama que se había ganado Mar Regueras, que pasó de ser indispensable en la televisión española a ver cómo el teléfono dejaba de sonar.
De la noche a la mañana, el mundo se olvidó de la que fuera presentadora del ‘Grand Prix’ y comenzó entonces un declive emocional y económico al que aún busca una solución.
Sufrió depresión por su delicada situación laboral
Tal y como ha relatado ella misma, no fue sencillo hacer frente a la pérdida de relevancia en el trabajo que había desempeñado durante años y la actriz sufrió graves periodos de depresión a causa de estos problemas de liquidez.
De hecho, incluso se vio obligada a sacar a su hija del colegio en el que estudiaba a causa de la falta de ingresos.
Abocada a encontrar otra forma de ganarse la vida más allá de la televisión, la actriz probó suerte en el sector inmobiliario como agente en una empresa de Madrid, Zome Madrid, donde se desempeñó durante años.
Actualmente, se gana la vida en una notaría, un trabajo que poco tiene que ver con el foco donde fue protagonista durante años.
Regueras trabaja ahora en una notaría
Más de una década ha pasado desde que Mar Regueras protagonizó su último proyecto, más allá de algún cameo en series españolas que no le ha permitido ganarse la vida como actriz: «Llevo 11 años sin vivir de mi profesión.
Yo creo que el éxito de lo que sea es poder vivir de tu profesión, y yo ahora mismo no puedo vivir de mi profesión, y sigo sin entender muy bien el motivo.
No me siento muy bien tratada», contaba la presentadora en ‘Espejo Público’ al hablar de lo que supone ser una mujer trabajadora a los 50.
Una desaparición pública que ella misma ha reconocido no entender por qué se dio: «No puedo haber hecho nada tan grave para merecer un castigo o una cárcel de 11 años.
Ha sido durísimo, al final una persona creyó en mí y estoy trabajando en una notaría.
No es lo mío, no es que esté feliz, pero me siento afortunada porque he aprendido una profesión», contó en el programa matinal de Antena 3.
El reciente regreso del Grand Prix no supuso una buena noticia para Regueras, que vio cómo actrices mucho más jóvenes ocupaban su lugar, mientras que Ramón García seguía teniendo su puesto.
«Ha habido programas ahora que acaban de estrenarse después de 10 o 15 años sin estar en antena y sigue siendo el mismo presentador, maravilloso y un gran profesional.
Sin embargo, las chicas que tiene a su lado son chicas jovencitas de la edad que yo tenía en ese momento.
No tengo ningún problema, estoy hablando del Grand Prix», afirmó al hablar de las dos copresentadoras de su excompañero, Michelle Calvó y Cristinini.
Una situación que también se da habitualmente en el mundo del cine: «A mí eso también me ha ocurrido de estar en una película con compañeros de la misma edad.
Yo, en ese momento, debía tener 35 o 38 años, y, diez años después decirme que no es posible porque a ellos les ponen con ‘partners’ más jóvenes.
Es una cosa que ocurre», contó en este mismo espacio.