La actriz relata en entrevista con ‘Lecturas’ los momentos más duros de su vida, su lucha contra la tristeza y el proceso personal que la llevó a reencontrarse consigo misma.

Mónica Pont (54 años) ha vuelto a España tras ocho años residiendo en México, donde reconstruyó su vida y su carrera. Ahora, en una entrevista para la revista ‘Lecturas’, la intérprete se abre en canal y repasa los momentos más difíciles de su trayectoria profesional y personal.
La catalana, que sufrió acoso en los inicios de su carrera, reconoce que la industria audiovisual de entonces era un terreno hostil para las mujeres. «Entré en el mundo del cine y de la televisión en una época en la que los productores se te insinuaban, yo era una niña inexperta de veinte años, un bomboncito, pero puedo decirte que estoy muy orgullosa porque tenía ya cabeza y nunca llegué a pasar por el aro de ninguno«, cuenta con firmeza.

Pont recuerda uno de los episodios más humillantes de aquella etapa: «Una vez un famoso productor me dijo: ‘Este contrato deberíamos firmarlo en tu casa con una copa de vino’, y se quedó con el puto contrato sin firmar. Me fui llorando a casa, ¡no quería acostarme con este productor!». Gracias a la intervención de su amigo Luis María Ansón, entonces director de ABC, pudo salir adelante: »Me protegió. Llamó a los productores que me acosaban y les amenazó con publicarlo. Al día siguiente me llamaron desde las dos productoras para que firmara los contratos, y nunca más me volvieron a dirigir la palabra. Luis María me apadrinó y le debo muchísimo«.
Sin embargo, el precio de mantenerse fiel a sus principios fue alto. «A mí hechos, no palabras. También dijeron que me acostaba con Lina Morgan. ¿Quién coño inventa algo así? ¡Con Lina, mi Lina!», lamenta indignada. «Nunca me habló de ninguna mujer, solo de un amor que tuvo con un productor casado. ¡Si era lesbiana o no, me importa un pimiento! Me importaba ella».
Una confesión desgarradora

Más allá de los escándalos y los bulos, Mónica también ha tenido que enfrentarse a una de las experiencias más dolorosas de su vida: la separación de su hijo. Su divorcio la llevó a vivir un calvario emocional del que asegura haber salido «gracias a la terapia y a su propia fuerza interior». «Tengo un hijo maravilloso pero me equivoqué al elegir al padre, a mi exmarido. Las bofetadas que me ha dado la vida también me han hecho una mujer mucho más interesante», confiesa.
Pont no oculta que llegó a pensar en acabar con todo. «Toqué fondo en mi vida. Me ayudó mucho un psicólogo, yo le decía: ‘Es que estoy pensando en hacer una tontería…’». Al ser preguntada si pensó en el suicidio, responde sin rodeos: «Sí, varias veces. Yo no quería vivir sin mi hijo. Cuando se lo conté a mi psicólogo me dijo: ‘Deja de preocuparte y empieza a ocuparte’. Desde ese día yo soy lo principal. Si yo no estoy bien, no voy a poder ayudar a mi hijo ni a nadie».
Aquella etapa le pasó factura física y emocional: «Estaba en 50 kilos –hoy peso 60–, se me caía el pelo, se me había retirado la regla, estaba demacrada y sin ganas de levantarme de la cama», explica. La terapia y el tiempo fueron sus grandes aliados para reconstruirse: «Esa frase me cambió la vida. Desde ese día me cuido, me priorizo y entendí que la única persona que puede salvarme soy yo».