A los 83 años, Roberto Carlos finalmente confiesa que ella fue el amor de su vida
Roberto Carlos, el icónico cantante brasileño conocido como “el hombre de un millón de amigos”, ha dejado una huella imborrable en la música durante casi seis décadas. Con su inconfundible voz y sus emotivas baladas, ha conquistado los corazones de millones de fanáticos alrededor del mundo. Sin embargo, detrás de su éxito, hay una historia personal llena de amores, desamores y lecciones de vida que a menudo han quedado en la sombra de su fama. Hoy, en una emotiva entrevista, Roberto se atreve a abrir su corazón y compartir quién fue, en realidad, el amor de su vida.
“He tenido una vida llena de éxitos, pero mi historia personal ha sido distinta. Detrás del escenario, detrás de cada aplauso, hubo mujeres que amé profundamente. Pero amar de verdad no siempre trae felicidad, y mi vida ha sido prueba de ello,” reflexiona Roberto Carlos. Con una sinceridad conmovedora, el cantante revela que cada una de las mujeres que ha pasado por su vida ha dejado una marca indeleble en su corazón. “Con cada una aprendí, reí y también sufrí. Hay un amor que reconozco como el más grande de mi vida, pero para entenderlo, tienes que conocer la historia de todos esos amores que me formaron,” añade.
En su confesión, Roberto hace un recorrido por su vida amorosa, donde las canciones que ha escrito a lo largo de los años sirven como un espejo de sus experiencias. “Mis canciones son un reflejo de esas experiencias. Aunque hubo momentos de felicidad, cada pérdida también fue un aprendizaje. Cuando amamos, lo hacemos de verdad, y esos amores son los que te transforman para siempre,” explica.
La primera gran historia de amor de Roberto Carlos comenzó en 1968, cuando se casó con Cleonice Rossi en Bolivia. La joven pareja, llena de sueños y esperanzas, tuvo dos hijos juntos: Roberto y Luciana, además de Ana Paula, la hija que Cleonice había tenido de una relación anterior y a quien Roberto adoptó como su propia hija. Cleonice, o Nice, como él cariñosamente la llamaba, fue su compañera durante algunos de los años más brillantes de su carrera. Ella no solo fue su esposa, sino también su musa y apoyo constante en medio del vertiginoso ascenso al estrellato.
La vida con Nice estuvo marcada por momentos de gran felicidad, pero también por desafíos. “La fama puede ser un arma de doble filo. En ocasiones, fue difícil mantener nuestra relación a flote, pero el amor que sentíamos era genuino y nos ayudó a superar muchas adversidades,” recuerda Roberto. Sin embargo, como en toda historia de amor, también hubo dificultades que llevaron a la pareja a separarse, lo que dejó una profunda huella en el corazón del cantante.
“Perder a alguien a quien amas es uno de los dolores más intensos que puedes experimentar. Es un proceso de duelo que nunca termina del todo,” confiesa. A pesar de sus éxitos musicales, la ausencia de Nice siempre ha estado presente en su vida. “A menudo pienso en ella, en lo que compartimos y en cómo influyó en mi carrera. Ella fue una parte fundamental de quien soy hoy,” añade.
En su vida posterior, Roberto Carlos ha tenido otras relaciones que han marcado su camino, pero ninguna ha alcanzado el nivel del amor que sentía por Cleonice. “He amado a otras mujeres, y cada una me ha enseñado algo valioso. Sin embargo, el amor verdadero que compartí con Nice siempre será especial. Es un amor que ha perdurado en el tiempo,” señala.
Hoy, a sus 83 años, Roberto Carlos se siente más que nunca en paz con su pasado. Su valentía al compartir estas experiencias nos recuerda que detrás de cada gran figura pública hay una historia humana, llena de sentimientos, aprendizajes y, sobre todo, amor. “La música es mi vida, pero el amor es lo que me ha hecho vivir realmente. Espero que al contar mi historia, otros puedan encontrar consuelo y esperanza en sus propios amores,” concluye.
Con su voz inconfundible y sus letras profundas, Roberto Carlos sigue siendo un símbolo de amor y resiliencia, recordándonos que el verdadero amor, aunque a veces duela, es lo que nos da la fuerza para seguir adelante.