Catalina Gómez, el rostro más dulce y constante del programa matutino Día a Día, decidió abrir el baúl de los recuerdos para celebrar un aniversario más junto al hombre que ha sido su roca durante casi dos décadas: Juan Esteban Sampedro.
En una revelación que sorprendió a sus millones de seguidores, la presentadora compartió imágenes inéditas de su boda en Las Vegas, un evento que se alejó de los protocolos de la alta sociedad colombiana para centrarse en la espontaneidad y la complicidad de la pareja.
Sin embargo, detrás de las risas en la ciudad del pecado y del éxito profesional que ambos ostentan en Caracol Televisión, se esconde una historia marcada por la resiliencia ante la muerte, el dolor de la pérdida materna y un diagnóstico médico sobre su hijo que parecía una sentencia final, pero que terminó en un milagro que hoy camina y sonríe junto a ellos.

La estabilidad en el mundo del espectáculo suele ser una excepción, pero para Catalina Gómez y Juan Esteban Sampedro, parece ser la regla de oro que rige sus vidas.
Recientemente, el pasado 21 de junio, la pareja celebró 16 años de matrimonio, una cifra que en el volátil mundo de la televisión equivale a toda una vida de compromiso y lealtad.
Juan Esteban Sampedro no es solo el esposo de la presentadora más icónica del país; es también el vicepresidente de entretenimiento de Caracol Televisión y la mente maestra detrás de fenómenos de audiencia como El Desafío, Yo Me Llamo y La Descarga.
Ambos se conocieron en los pasillos del canal y, desde entonces, han construido un imperio basado en el respeto mutuo y la discreción.
🥂 UNA AVENTURA EN LAS VEGAS: EL SELLO DE UN AMOR DIFERENTE
Muchos habrían imaginado que una pareja de este calibre optaría por una catedral gótica en Colombia o una recepción en un club exclusivo de Bogotá.
No obstante, Catalina reveló que hace 16 años, decidieron que su amor no necesitaba de grandes banquetes, sino de una aventura compartida.
La pareja voló a Las Vegas, Nevada, para sellar su unión en una de las ceremonias más míticas y relajadas del mundo.
En las fotos que Catalina decidió “desempolvar”, se puede ver la esencia de esa juventud llena de planes.
La presentadora lució un vestido blanco sencillo y elegante, con una longitud por encima de las rodillas, alejándose del tradicional traje de cola larga.
En una de las imágenes más emblemáticas, Catalina aparece cargando un ramo de rosas frente al famoso letrero de “Welcome to Fabulous Las Vegas”, una estampa que captura la libertad de un matrimonio que se fundó en sus propios términos.
La pareja también fue captada celebrando dentro de una limusina, brindando por un futuro que en ese entonces apenas comenzaba a dibujarse, pero que hoy es una realidad sólida y envidiable.
🖤 EL DOLOR Y EL GOZO: LA LLEGADA DE EMILIA

La vida de Catalina Gómez ha estado marcada por un contraste casi poético entre la alegría extrema y el dolor profundo.
Cuando la pareja decidió dar el siguiente paso y formar una familia, la llegada de su primera hija, Emilia, se convirtió en su mayor anhelo.
Emilia, quien hoy es una adolescente de 14 años, fue la cristalización de ese sueño que nació en Las Vegas.
Sin embargo, el destino puso a prueba la fortaleza de Catalina durante el embarazo.
Mientras su vientre crecía y se llenaba de vida, su madre falleció de manera repentina.
Este suceso dejó una marca imborrable en la presentadora.
Catalina tuvo que aprender a vivir la dualidad de despedir a la mujer que le dio la vida mientras se preparaba para dar a luz a su primogénita.
Fue un periodo de luto y esperanza, donde el apoyo de Juan Esteban fue fundamental para que ella no se hundiera en la tristeza.
Emilia nació recibiendo todo el amor de una madre que, aunque herida por la pérdida, estaba lista para volcarse por completo en su crianza.
🏥 EL MILAGRO DE CRISTÓBAL: CUANDO LA CIENCIA SE EQUIVOCA
Años después, la familia Sampedro Gómez se preparaba para recibir a su segundo hijo, Cristóbal.
Lo que debía ser un proceso lleno de tranquilidad se transformó rápidamente en una pesadilla médica durante las primeras ecografías.
Los médicos fueron tajantes y crudos con la pareja.
El diagnóstico indicaba que el pequeño venía con múltiples problemas de salud congénitos y que sus esperanzas de vida eran prácticamente nulas.
La recomendación médica y el panorama sombrío habrían doblegado a cualquiera, pero Catalina y Juan Esteban decidieron aferrarse a su fe.
“Nos dijeron que no tenía posibilidades de vivir”, ha recordado la presentadora en diversas ocasiones.
En lugar de rendirse ante el diagnóstico, la pareja se sumergió en un periodo de oraciones constantes y fe inquebrantable.
El embarazo continuó bajo una vigilancia estricta, pero cargado de una energía espiritual que desafiaba la lógica de los exámenes clínicos.
El día del parto, el milagro se hizo presente.
Cristóbal nació y, para sorpresa de los especialistas que habían dado el diagnóstico negativo, el niño no presentaba ninguna de las complicaciones anunciadas.
El pequeño nació completamente sano, convirtiéndose en el testimonio vivo de que la fe de sus padres fue más fuerte que las profecías científicas de ese momento.
🌟 UN PRESENTE DE ÉXITO Y UNIÓN
Hoy en día, la familia conformada por Catalina, Juan Esteban, Emilia y Cristóbal es una de las más admiradas del país.
A pesar de tener cargos de altísima responsabilidad en el canal más visto de Colombia, han logrado mantener sus pies en la tierra y sus prioridades claras.
Catalina sigue siendo la compañía diaria de los colombianos en Día a Día, aportando esa serenidad que solo alguien que ha superado grandes tormentas puede transmitir.
Juan Esteban, por su parte, sigue consolidándose como el zar del entretenimiento, llevando al canal a los niveles más altos de audiencia cada noche.
El aniversario de 16 años no fue solo una fecha en el calendario; fue la oportunidad de recordar que aquel viaje a Las Vegas fue el inicio de una historia donde el amor, la fe y la familia han sido los únicos protagonistas reales.
Las fotos de la limusina y el letrero de neón son hoy el recordatorio de que, aunque el camino ha tenido espinas, han sabido caminarlo siempre de la mano.