La presentadora de Noticias Caracol disipó los rumores sobre un posible rencor, afirmando con convicción que “somos y seremos familia siempre”.
Su emotiva declaración de afecto incondicional hacia el padre de sus hijos se convierte en una lección magistral de madurez y redefine, para la farándula colombiana, el concepto de coparentalidad ejemplar.

La esfera del entretenimiento en Colombia, que se ha mantenido atenta a cada suspiro de sus celebridades, ha encontrado finalmente la respuesta a la pregunta que rodeaba a una de las exparejas más queridas del país.
La presentadora Carolina Cruz ha desvelado las persistentes dudas sobre la naturaleza de su vínculo emocional con el reconocido actor Lincoln Palomeque tras su altamente mediática separación.
El mundo de la farándula se mantuvo en vilo durante meses, esperando el desenlace de la relación de estas dos figuras que, antes de su ruptura, eran vistas como un baluarte de estabilidad y glamour.
En un reciente y contundente pronunciamiento a través de sus plataformas sociales, Cruz soltó una “bomba” de confesión que no buscó el escándalo, sino la tranquilidad y el afecto.
Su sinceridad, inusualmente transparente para el medio, tranquilizó a sus seguidores y encendió las redes por la profunda madurez de sus palabras.
La declaración surgió de una interacción directa y muy esperada con sus followers, quienes constantemente buscaban saber si aún albergaba sentimientos románticos o resentimientos hacia el padre de sus dos hijos.
La respuesta de la caleña fue enfática, emotiva y se convirtió en una declaración de principios sobre la coparentalidad ejemplar.
Su mensaje estableció inmediatamente el tono de un compromiso que trasciende el matrimonio.

“Somos y seremos familia siempre”.
Esta primera parte de su respuesta es una afirmación inquebrantable de compromiso con sus hijos, estableciendo que el lazo parental nunca podrá romperse.
Luego, la presentadora abordó el corazón del asunto sentimental, revelando la naturaleza exacta de su afecto transformado.
“Y a los que me preguntan siento algo por él, obvio, lo adoro, lo respeto y aquí me tiene y tendrá siempre para lo que sea”, escribió en su cuenta oficial de Instagram.
Esta afirmación no es solo un testimonio de madurez emocional, sino que establece un nuevo y sólido precedente en el medio sobre lo que significa ser familia en la etapa post-ruptura.
Cruz transformó la expectativa pública de un romance fallido en la promesa de un afecto incondicional y eterno, fundamentado en el respeto mutuo y la admiración que aún existe entre ambos.
La conmovedora declaración fue acompañada de un poderoso gesto visual que la hizo aún más memorable y creíble.
La presentadora compartió una tierna fotografía familiar en sus stories.
La imagen capturaba un momento de unidad, armonía y felicidad junto a sus hijos durante la celebración del Día de las Velitas del año anterior.
Este evento, crucial en la tradición colombiana, simbolizó el compromiso mutuo de ambos padres de priorizar el bienestar emocional de sus pequeños por encima de cualquier diferencia personal o rumor mediático.
Carolina Cruz y Lincoln Palomeque han demostrado una admirable discreción y elegancia al manejar su vida personal.
Han logrado blindar a sus hijos de las especulaciones de la prensa rosa, concentrando todos sus esfuerzos y recursos emocionales en el rol de padres y en mantener la estabilidad del hogar.
Para esta pareja de celebridades, el concepto de familia tras la separación no se disuelve, ni se convierte en un campo de batalla legal.
En cambio, se transforma en una estructura sólida, funcional y profundamente respetuosa, donde el rol de padres es el único contrato vigente.
Con estas palabras cargadas de honestidad, la vallecaucana no solo ha puesto un definitivo punto final a las conjeturas sobre su vida sentimental con Palomeque.
También ha ofrecido una lección invaluable al público sobre cómo el respeto, la admiración y el amor incondicional a los hijos pueden y deben prevalecer sobre la ruptura de una pareja.
La postura de la presentadora es una reafirmación pública de que, más allá de la relación de pareja, siempre serán un equipo unido por y para sus pequeños.
Su confesión ha sido celebrada como un acto de valentía, un ejemplo de civilidad y un modelo a seguir para las celebridades y el público en general que enfrenta un divorcio.
Carolina Cruz ha demostrado que los cimientos de respeto y admiración que construyeron no se rompieron, sino que se transformaron.
Ella dejó claro que su amor por él, aunque ya no es romántico, permanece inalterable en su nuevo rol de familia.