Sofía Estrada Turbay, influencer e hija de la exreina y actriz, ha conmovido a sus seguidores al confesar que lucha contra el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) desde la infancia.
Su declaración, cargada de profundidad y contenido educativo, se convierte en un llamado urgente a la conciencia sobre la salud hormonal femenina, exponiendo la soledad que sienten millones de mujeres que padecen este trastorno metabólico.

La esfera del entretenimiento y la salud en Colombia se ha visto conmovida por una confesión íntima y, a la vez, profundamente relevante.
Sofía Estrada Turbay, hija de la icónica ex Miss Colombia y actriz Paola Turbay, ha decidido romper el silencio que rodeaba una parte fundamental de su vida.
Sofía Estrada ha sorprendido a sus miles de seguidores al revelar los serios problemas de salud que ha enfrentado desde muy joven.
La influencer padece el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP).
Esta revelación, publicada a través de sus redes sociales, va más allá del simple desahogo personal.
Se trata de un mensaje educativo y profundo, cuyo objetivo es crear una conciencia real sobre esta condición hormonal crónica.
El Síndrome de Ovario Poliquístico es un trastorno complejo que afecta a millones de mujeres en todo el mundo.
Esta condición tiene implicaciones que van desde el ciclo menstrual y la fertilidad hasta el metabolismo, la piel y el bienestar emocional.
La decisión de la hija de Paola Turbay de exponer su proceso con esta vivencia íntima responde a su deseo de darle visibilidad a un trastorno que, a menudo, es diagnosticado tardíamente o pasa desapercibido.
EL DIAGNÓSTICO EN LA INFANCIA Y EL SILENCIO DE LA MEDICACIÓN

El testimonio de Sofía Estrada Turbay revela que su lucha con el SOP no es reciente, sino que se remonta a sus primeros años de vida.
La joven explicó a sus seguidores que recibió el diagnóstico cuando era “apenas una niña”.
Los médicos detectaron la presencia de quistes en sus ovarios, una de las características morfológicas más comunes de la enfermedad.
En aquel momento, el camino que se le recomendó seguir fue el tratamiento hormonal tradicional.
Este tipo de tratamiento, enfocado en equilibrar los desajustes que provocan los síntomas del SOP, cumplió su función.
La medicación hormonal mantuvo la enfermedad “en silencio” durante varios años, permitiéndole llevar una vida relativamente normal en apariencia.
Sin embargo, para muchas mujeres, el tratamiento hormonal puede ser una solución superficial que no aborda las raíces metabólicas y de estilo de vida del síndrome.
Sofía continuó con su vida, pero su cuerpo, aunque silenciado por los medicamentos, guardaba una verdad profunda que solo el tiempo y las circunstancias extremas revelarían.
El diagnóstico temprano, aunque doloroso, fue para ella el inicio de una larga y compleja travesía.
LA CRISIS DE 2020: CUANDO EL CUERPO EMPEZÓ A HABLAR

El punto de inflexión en la relación de Sofía Estrada con su propia salud llegó de manera abrupta en 2020.
El año de la pandemia global se convirtió, paradójicamente, en el momento de mayor crisis de salud interna para ella.
Fue entonces, en medio del encierro y la incertidumbre, cuando “todo cambió”.
Su cuerpo, que había permanecido en un estado de tregua forzada durante años, “empezó a manifestar señales” que no podían ser ignoradas.
Estas manifestaciones la llevaron a replantearse de forma radical su relación con la salud y a cuestionar la efectividad de las soluciones paliativas que había estado siguiendo.
“En el 2020 llegó la pandemia y mi cuerpo empezó a hablar”, relató la influencer con una honestidad brutal.
Añadió que fue en ese momento de profunda introspección cuando, finalmente, compartió y comprendió la importancia vital de “escuchar las señales internas” que su cuerpo le enviaba.
Este entendimiento se convirtió en la frase más poderosa de su mensaje.
Sofía Estrada afirmó que “la claridad no te la entregan”.
La claridad sobre la salud, la enfermedad y la sanación “existe cuando empiezas a escuchar tu cuerpo”.
Esta realización trascendió lo puramente hormonal.
Para la joven, el SOP, que parecía ser solo un problema hormonal, terminó abriéndole la puerta a un entendimiento mucho más profundo de su salud femenina integral.
Su aprendizaje se ha convertido en un fruto directo de la paciencia, la investigación personal exhaustiva y la valentía para cuestionar los tratamientos que solo silenciaban, sin curar, los síntomas de raíz.
CONCIENCIA Y APOYO: EL MENSAJE A MILLONES DE MUJERES
Con cientos de miles de seguidores en Instagram, Sofía Estrada Turbay ha consolidado su posición como una figura influyente en el ámbito digital.
Su decisión de compartir este proceso, vivido con honestidad y sin caer en el dramatismo excesivo, responde a un deseo socialmente responsable.
Busca darle una voz potente a un trastorno que, aunque afecta a un porcentaje significativo de la población femenina, suele ser invisible o mal entendido por la sociedad y, a veces, por el propio sistema de salud.
Su mensaje está dirigido de manera especial a las mujeres que, al igual que ella, se sienten confundidas con su salud reproductiva, la irregularidad de su ciclo menstrual, o la aparición de síntomas incómodos y persistentes.
“No soy doctora, soy una mujer curiosa”, aclaró Sofía con humildad.
A pesar de no tener una formación médica, su vivencia se convierte en una herramienta de empoderamiento.
Su historia invita a todas aquellas mujeres que se “sienten solas” en su diagnóstico a buscar información, a investigar sus propios cuerpos y a buscar un acompañamiento especializado que sea comprensivo y holístico.
La hija de Paola Turbay no solo ha revelado una enfermedad, sino que ha iniciado una conversación de gran valor sobre la salud hormonal femenina.
Su testimonio se suma a la ola de conciencia sobre el SOP, un recordatorio de que la fortaleza de una mujer se mide también en su capacidad para escuchar y sanar su propio cuerpo.
La noticia del SOP de Sofía Estrada, por lo tanto, no es solo una “última hora” de farándula; es un llamado a la acción para millones de mujeres que, como ella, han aprendido que “la claridad existe” cuando se atreven a escuchar lo que su cuerpo tiene que decir.