Carolina Cruz, una de las figuras más destacadas de la televisión colombiana, ha vuelto a demostrar que detrás de su éxito profesional y su imagen pública hay una mujer profundamente humana, con luchas y desafíos emocionales que enfrenta con valentía.
En una reciente entrevista, la presentadora abrió su corazón para compartir el dolor que vive junto a su hermano Iván debido al deterioro de la salud de su padre, quien padece Alzheimer.
Este testimonio no solo refleja la fortaleza de Carolina como hija y hermana, sino también como madre y profesional que, a pesar de las adversidades, sigue brillando en su carrera.

Con una trayectoria consolidada en los medios de comunicación, Carolina ha sido parte de programas emblemáticos como “Estilo RCN”, “Muy Buenos Días” y, actualmente, “Día a Día” de Caracol Televisión.
Sin embargo, más allá de las cámaras y los reflectores, su vida personal está marcada por una lucha constante: mantener la unidad y el amor familiar frente a las dificultades que conlleva el diagnóstico de su padre.
En medio de su apretada agenda laboral, Carolina también es madre de dos hijos, fruto de su relación con el actor Lincoln Palomeque.
Este rol, que desempeña con dedicación y amor, se complementa con el apoyo invaluable de su madre, Luz María Osorio, quien ha sido un pilar fundamental en esta etapa tan difícil.
Juntas, madre e hija han enfrentado los retos que impone el Alzheimer, una enfermedad que no solo afecta al paciente, sino también a su entorno más cercano.
Durante una emotiva aparición en el programa “Bravísimo”, Carolina habló sobre cómo avanza la enfermedad de su padre y cómo esta ha impactado a su familia.
“Él es un hombre muy inteligente, entonces como que sabe organizar todo sin que uno se dé cuenta.
Es muy genérico porque está como los niños.
Yo siento que ahora está avanzando un poquito más rápido, pero está bien acompañado, está con su esposa que no lo desampara”, explicó con la voz entrecortada.

El Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que afecta la memoria y las capacidades cognitivas, representa un desafío monumental tanto para quienes la padecen como para sus familias.
Carolina, consciente de la naturaleza progresiva y devastadora de esta condición, ha encontrado en la tecnología una herramienta para mantener la conexión emocional con su padre.
“Hablamos constantemente por videollamada y le muestro a los niños todo el tiempo para que esté un poco más tranquilo”, compartió.
Sin embargo, uno de los aspectos más desgarradores de esta situación es el impacto que tiene en su hermano Iván, quien debido a la distancia no puede estar físicamente presente para acompañar a su padre.
“Eso le afecta mucho porque como no puede viajar no lo puede ver.
Entonces tratamos constantemente de hacer videollamadas para que él también pueda compartir momentos con mi papá, aunque sea de manera virtual”, añadió Carolina.
La presentadora también aprovechó la oportunidad para reflexionar sobre la importancia de valorar el tiempo con los seres queridos.
“Lo único que yo espero es que de ahora en adelante todo sea tranquilo para él porque sabemos que es una enfermedad muy difícil con un final muy triste, sobre todo para las personas que rodean a quienes tienen Alzheimer”, afirmó.

A pesar de los momentos de tristeza y preocupación, Carolina encuentra consuelo en los instantes de alegría y celebración, como el reciente cumpleaños de su madre en España.
Estos eventos, aunque breves, son un recordatorio de que la vida está llena de pequeños momentos que vale la pena atesorar.
“Mi mamá ha sido un apoyo increíble.
Juntas hemos aprendido a enfrentar esta situación con amor y paciencia, y eso nos ha unido aún más como familia”, expresó.
La historia de Carolina Cruz es un testimonio de resiliencia y amor incondicional.
En un mundo donde las figuras públicas a menudo son vistas como inalcanzables, ella demuestra que, detrás de su éxito y su imagen, hay una mujer que enfrenta los mismos desafíos y emociones que cualquier otra persona.
Su valentía al compartir su experiencia no solo inspira a quienes atraviesan situaciones similares, sino que también pone de relieve la necesidad de brindar apoyo y comprensión a las familias afectadas por enfermedades como el Alzheimer.
Mientras Carolina continúa equilibrando su vida profesional y personal, su historia resuena como un ejemplo de fortaleza y dedicación.
Cada palabra y gesto reflejan su compromiso con su familia y su determinación de mantener la conexión emocional con su padre, a pesar de las dificultades.
En los próximos meses, Carolina y su familia seguirán enfrentando los retos que trae consigo la enfermedad de su padre.
Sin embargo, con el amor y el apoyo mutuo, están demostrando que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay espacio para la esperanza y la conexión humana.
Su historia es un recordatorio de que, a pesar de las adversidades, el amor y la unión familiar pueden superar cualquier obstáculo.