El mundo del merengue se encuentra en un duelo colectivo tras la trágica pérdida de Rubby Pérez, una de las voces más emblemáticas de este género musical.
Sin embargo, detrás de su legado artístico, emergen historias que revelan un lado más humano, más vulnerable y, sobre todo, más conmovedor.

Entre lágrimas y confesiones, Miriam Cruz, conocida como la “Reina del Merengue”, rompió el silencio y reveló un amor oculto que compartió con Rubby Pérez, un vínculo que marcó sus vidas y que ahora resuena con más fuerza tras su partida.
La confesión de Miriam Cruz, hecha en medio de sollozos y nostalgia, sorprendió a todos.
“Sí, yo lo amé”, declaró, dejando al descubierto una historia de amor que había permanecido en las sombras durante años.
Este vínculo, más allá de la música, nos invita a reflexionar sobre los sacrificios, secretos y emociones que acompañan a las grandes figuras del espectáculo.
Un Amor Oculto y una Vida de Sacrificios
Rubby Pérez no solo fue un ícono del merengue; también fue un hombre marcado por el amor, la pérdida y la búsqueda constante de felicidad.
Su relación con Miriam Cruz, aunque breve, fue intensa y significativa.
Ambos compartían no solo el escenario, sino también una conexión profunda que trascendía su carrera musical.
Sin embargo, las circunstancias y las responsabilidades personales los llevaron a mantener su amor en secreto.
Rubby, quien estuvo casado durante más de 40 años con Inés Lizardo, enfrentó una de las mayores tragedias de su vida cuando ella falleció tras una valiente lucha contra el cáncer.
Este evento dejó una marca imborrable en su alma y transformó su música, que adquirió un tono más melancólico y reflexivo.
“Después de perder a Inés, nunca volvió a ser el mismo”, comentó Miriam, quien también fue testigo de la tristeza que Rubby intentaba ocultar bajo su sonrisa y sus canciones.
Lady Altagracia Rosario: Un Nuevo Comienzo
Tras la pérdida de Inés, Rubby encontró consuelo en los brazos de Lady Altagracia Rosario, cónsul dominicana en Houston.
Lady no fue una sustituta, sino un renacer para Rubby, quien volvió a sonreír gracias a su amor.
Sin embargo, este nuevo capítulo de su vida también estuvo marcado por decisiones que, aunque tomadas con el corazón, sellaron su destino.
La noche del 8 de abril de 2025, Rubby adelantó una presentación para poder estar con Lady.
Este simple gesto de amor lo llevó a estar en el lugar equivocado en el peor momento.
Un fallo estructural en el recinto donde se encontraba resultó en una tragedia que cobró la vida de más de 220 personas, incluyendo la de Rubby.
Esta pérdida no solo dejó un vacío en el mundo del merengue, sino también una herida profunda en quienes lo amaban.
Un País en Duelo y un Legado Inmortal
El funeral de Rubby Pérez fue mucho más que una despedida; fue un homenaje a un hombre que, a través de su música, unió generaciones y culturas.
El Teatro Nacional se llenó de flores, canciones y lágrimas, mientras miles de personas se reunían afuera para rendir tributo a su ídolo.
Sulinka, la hija de Rubby, lideró la ceremonia con palabras que resonaron en el corazón de todos: “Mi padre no solo fue un gran artista, fue un gran hombre”.
La música de Rubby no se detuvo con su partida.
Canciones como Volveré y Enamorado de ella volvieron a ocupar un lugar central en las radios, playlists y redes sociales.
Su voz, llena de emoción y autenticidad, sigue siendo un puente entre generaciones.
Desde adolescentes que descubren su música en TikTok hasta parejas que bailan al ritmo de sus clásicos en bares de Madrid, Rubby sigue vivo en el corazón de su público.
Reflexión y Llamado a la Acción
La tragedia que cobró la vida de Rubby Pérez también ha puesto en evidencia la necesidad de garantizar la seguridad en los espacios donde se celebran eventos masivos.
“No podemos seguir celebrando la vida en lugares que ponen en riesgo la nuestra”, expresó Miriam Cruz, quien hizo un llamado a la reflexión y al cambio.
La muerte de Rubby no puede ser en vano; debe convertirse en un recordatorio de la importancia de priorizar la seguridad y el bienestar de todos.
Además, su partida ha inspirado a su familia y a sus seguidores a continuar su legado de una manera tangible.
La fundación que lleva su nombre se dedica a apoyar a jóvenes talentos y a promover la cultura dominicana, asegurando que la música de Rubby siga resonando en las futuras generaciones.
El Futuro del Merengue
Con la pérdida de Rubby, el merengue enfrenta un momento crítico.
Miriam Cruz, en una emotiva declaración, expresó su preocupación por el futuro del género en un panorama musical dominado por el reguetón y otros estilos urbanos.
Sin embargo, también destacó la capacidad del merengue para reinventarse y mantenerse relevante.
“Rubby vive en cada remix, en cada cover, en cada nota que vuelve a sonar con su nombre”, afirmó.
El impacto de Rubby Pérez trasciende su música.
Su vida, marcada por el amor, la pérdida y la resiliencia, es un testimonio de la fuerza del espíritu humano.
Su legado no solo se encuentra en sus canciones, sino también en las vidas que tocó y en las historias que inspiró.

Conclusión
Rubby Pérez no fue solo un cantante; fue un símbolo de identidad, resistencia y amor.
Su música, llena de pasión y autenticidad, seguirá siendo un faro para quienes buscan consuelo, alegría y conexión.
Aunque su partida deja un vacío imposible de llenar, su legado permanece vivo en cada nota, en cada baile y en cada recuerdo.
La historia de Rubby Pérez y Miriam Cruz nos recuerda que detrás de cada estrella hay un ser humano con luchas, emociones y sueños.
Su amor, aunque oculto, es un testimonio de que la música no solo une corazones, sino que también trasciende el tiempo y el espacio.
Hoy, más que nunca, el merengue necesita de su espíritu para seguir brillando, y nosotros, como público, tenemos la responsabilidad de mantener viva su memoria y su legado.