Las cámaras apuntaban a Kate Middleton. Estaba resplandeciente. La princesa de Gales, de 42 años, impecable con su vestido-abrigo de color burdeos con su tocado a juego, subía a la tarima presidencial para formar la foto de familia del rey Carlos III, con su hijo heredero, Guillermo, y sus invitados, el jeque de Qatar y una de sus tres esposas. En ese momento, los fotógrafos recogieron el gesto. Fue durante la Horse Guards Parade, que tuvo lugar en Londres el martes 3 por la mañana.
El detalle no se escapó del radar de las redes sociales. Kate subió los dos escalones de la tribuna alfombrada de rojo y, cumpliendo estrictamente el protocolo al milímetro, hizo un gesto de reverencia ante la presencia del monarca. Carlos, que en ese momento ejercía de anfitrión de sus visitantes, le dio la espalda y siguió con sus presentaciones. En el vídeo se ve cómo la princesa se queda la última del grupo, mientras ejecuta a la perfección su saludo de cortesía. “Como un niño petulante”, desliza un usuario. Después de este gesto, procedieron a posar para el retrato oficial de la visita del mandatario catarí.
Today’s rundown you won’t get from the media:
Kate Middleton was teary eyed in the car while Willy mean mugged her
Kate shrugged Willy off as he touched her back
Kate & Willy looked lost at an event
Charles ignores Kate while she curtsy, Camilla & K can’t be in the same room pic.twitter.com/woLjUIQJuv
— Carmella (@Sussєx5525) December 4, 2024
Hay otro momento que también han detectado las redes: los príncipes de Gales, perdidos en la recepción de palacio. Tras la ceremonia de bienvenida, la comitiva real se desplazó en las carrozas a Buckingham, donde se encontraba Camila. La mujer de Carlos III, de 77 años, no asistió a la tradicional ceremonia del saludo, por encontrarse mermada de fuerzas tras su infección en el pecho. Allí se celebró la recepción oficial al jeque Tamim bin Hamad Al Thani, y a la primera de sus tres esposas, la jequesa Jawaher. A través de unas imágenes, se puede ver cómo los príncipes de Gales se encuentran un poco perdidos en este evento. Comparten unas palabras y mantienen una discreta conversación, pero se les ve un poco al margen.