El Oscuro Secreto de María Douglas: La Actriz que Murió Sin Lengua y con un Rosario en la Mano
En el mundo del cine mexicano, existen historias que nunca deberían contarse, secretos que se ocultan en las sombras y misterios que desafían la lógica.
María Douglas fue una actriz que caminó siempre en los bordes del estrellato, nunca alcanzando la fama plena, pero observando todo desde las sombras.
Su rostro apenas es recordado, pero su historia es demasiado inquietante para ser olvidada.
Murió en 1973, y su muerte no fue ni natural ni accidental.
Fue una ejecución silenciosa, un castigo que nadie quiso explicar, y un mensaje aterrador para quienes se atrevieran a hablar de ella.
Dicen que quien menciona a María Douglas termina sin lengua, simbólicamente o literalmente.
Durante años, María trabajó en más de 30 películas, casi siempre en papeles secundarios como institutriz, sirvienta, enfermera o madre abnegada.
Pero fuera de las cámaras, era una persona diferente: discreta, solitaria y obsesionada con el ocultismo.
Sus compañeros la evitaban, no por mala voluntad, sino porque había algo en su mirada que generaba miedo.
Una sombra permanente que ponía nerviosos incluso a los técnicos más experimentados.
Todo comenzó a cambiar en 1972, cuando María grababa una telenovela de bajo presupuesto en San Ángel.
Según testimonios que luego fueron misteriosamente borrados de los archivos de Televisa, ella empezó a llegar con moretones inexplicables.
Además, murmuraba en lenguas extrañas y tenía la manía de colocar velas negras bajo las sillas de sus compañeros.
Una tarde, el actor Rafael Bertrán la encontró sola en un camerino, repitiendo en voz baja: “Ya viene, ya me eligió, no me puedo echar para atrás.
Días después, María fue despedida sin explicación, pero lo más extraño fue lo que sucedió después.
El productor de la telenovela murió de un infarto a los 42 años.
La maquillista se suicidó arrojándose desde el tercer piso del edificio donde vivía.
Una actriz de reparto perdió el habla tras un accidente vehicular en el periférico.
El 17 de diciembre de 1973, la policía recibió una llamada anónima desde la colonia del Valle.
Una voz femenina nerviosa decía: “Hay algo muy malo, muy oscuro en el departamento 3B.
Por favor, vengan.
Está en el closet.
”
Cuando los agentes llegaron, tuvieron que derribar la puerta.
El departamento estaba ordenado, como si nada hubiera ocurrido, pero el olor era insoportable: carne podrida mezclada con incienso y cera derretida.
Y ahí, dentro del closet, encontraron a María Douglas en posición fetal, completamente vestida.
En su mano derecha apretaba un rosario, y lo más aterrador: su lengua había sido arrancada de raíz.
No había sangre ni señales de forcejeo.
Los forenses descubrieron algo aún más extraño: el corazón de María no presentaba actividad eléctrica.
No había sufrido infarto ni había sido drogada.
Era como si algo le hubiera arrancado el alma del cuerpo.
La investigación fue cerrada en menos de 72 horas.
La causa oficial: suicidio por consumo de barbitúricos.
Pero entre sus compañeros corría otro rumor.
Decían que María Douglas se había unido a un culto secreto de actrices olvidadas.
Un grupo clandestino que hacía rituales para recuperar la fama a cambio de ofrendas oscuras.
Y que uno de esos rituales se salió de control.
En 1993, la actriz retirada Mireya Pérez, amiga cercana de María, rompió el silencio en una entrevista radial.
“María se metió con gente que no era de este mundo.
Hizo pactos para que la llamaran otra vez en el cine y cuando quiso salir, ya era tarde.
Tres días después, Mireya murió de un derrame cerebral mientras rezaba el rosario frente a sus nietos.
En 2002, un exasistente de producción filtró fotografías del closet de María a una revista de nota roja ya desaparecida.
En las imágenes se veía una cruz invertida con ojos humanos pintados en sangre roja en la pared trasera.
La revista fue retirada de circulación en menos de 24 horas y nunca más se volvió a hablar del caso.
Muchos aseguran que en los estudios de San Ángel aún se escuchan susurros en lenguas extrañas, especialmente en los camerinos más antiguos.
Otros dicen que María Douglas aparece en viejas películas donde supuestamente no participó, como si alguien o algo la hubiera insertado después de muerta.
¿Murió María Douglas por suicidio o fue silenciada por invocar fuerzas que no pudo controlar?
La única certeza es que la encontraron sin lengua y con un rosario en la mano, como si en su último momento hubiera querido rezar, pero ya no tuviera cómo.
Su historia quedó atrapada entre el cine y lo oculto, un misterio que aún hoy provoca escalofríos.
Una advertencia para quienes se atreven a buscar la fama a cualquier precio.
