El Trágico Final de Loalwa Braz: Una Vida de Éxitos y un Destino Horrendo

Loalwa Braz, una de las grandes voces de la música brasileña, nació en Río de Janeiro el 3 de junio de 1953.

Desde muy joven, mostró su talento musical, siendo criada en una familia de músicos.

Su padre era director de una orquesta popular y su madre, pianista clásica.

A los cuatro años, Loalwa comenzó a tocar el piano, y a los trece ya había iniciado su carrera como cantante.

Con esfuerzo y dedicación, rápidamente ganó reconocimiento en el mundo de la música.

A los veinte años, se codeaba con grandes figuras de la música brasileña como Gilberto Gil, Caetano Veloso y su hermana María Bethânia.

Entre 1975 y 1985, Loalwa fue parte de la escena musical brasileña, destacándose por su talento y carisma.

En 1985, tomó una decisión que cambiaría su vida: se trasladó a París.

Allí, logró un resonante éxito con su espectáculo “Brasil en Fête”, convirtiéndose en una figura destacada en la escena musical francesa.

En 1987, se unió al grupo Caoma, donde se convirtió en la vocalista principal.

El grupo grabó la famosa canción “Chorando Se Foi”, que se popularizó en todo el mundo bajo el título “Lambada”.

A pesar de que Loalwa no fue la intérprete original, su versión catapultó la canción a la fama internacional.

La Lambada, una mezcla de ritmos brasileños, se convirtió en un fenómeno global, llevando a Loalwa a actuar en importantes escenarios como el Olimpia de París y el Madison Square Garden.

Sin embargo, el éxito también trajo consigo problemas.

Los hermanos bolivianos Ulises y Gonzalo Hermosa, quienes habían escrito la canción, demandaron a Caoma por plagio, ya que no habían autorizado su versión.

Después de dos años de pleitos legales, lograron recuperar los derechos de la canción y las regalías correspondientes.

A pesar de estos conflictos, Loalwa continuó brillando en su carrera musical, vendiendo más de 30 millones de discos y obteniendo 80 discos de oro y plata.

En 2006, fue reconocida como una de las 20 voces más escuchadas del mundo.

Sin embargo, a medida que pasaban los años, la vida de Loalwa se tornó más complicada.

En una de sus últimas entrevistas, reveló que estaba recibiendo amenazas de muerte, lo que la llevó a alejarse de la escena pública.

Decidió retirarse a una pequeña localidad costera llamada Saquarema, a 60 millas de Río de Janeiro, donde abrió un hostal llamado Pousada Sur.

El 19 de enero de 2017, mientras los bomberos apagaban un incendio en las cercanías de su hostal, recibieron una llamada sobre otro incendio en un coche aparcado en la misma zona.

Al extinguir el fuego, encontraron el cuerpo carbonizado de una mujer en el maletero del vehículo.

La investigación reveló que era Loalwa Braz.

Tres delincuentes la habían asaltado en su hostal, robándole unos miserables 15,000 reales, alrededor de 700 dólares.

Loalwa se había resistido al asalto, gritando y pidiendo ayuda.

Los criminales, incapaces de silenciarla, la golpearon y amenazaron con un cuchillo.

Finalmente, decidieron meterla en el maletero del coche y quemarlo con ella dentro.

La autopsia demostró que Loalwa estaba viva cuando le prendieron fuego.

Los delincuentes, identificados como Gualas de Paula Vieira, de 23 años, Gabriel Ferreira dos Santos, de 21, y Lucas Silva de Lima, de 18, no mostraron ningún remordimiento por su acto brutal.

Uno de ellos había comenzado a trabajar en el hostal solo 15 días antes del crimen, facilitando la entrada a sus cómplices.

De Paula Vieira se presentó como testigo, pero su declaración estaba llena de contradicciones.

Finalmente, confesó su participación en el asesinato, mientras que Ferreira dos Santos fue arrestado en un barrio cercano.

Lucas Silva de Lima fue capturado en otra área de Saquarema.

La noticia de la muerte de Loalwa Braz conmocionó al mundo de la música.

Su legado musical, que había alegrado la vida de millones, se vio empañado por un final tan trágico e injusto.

La artista, que había alcanzado la cima del éxito, terminó su vida de una manera horrible, clamando por su vida mientras los delincuentes la atacaban.

La historia de Loalwa es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de cómo el éxito no siempre garantiza la seguridad.

Su música sigue viva, resonando en el corazón de sus fans, quienes la recordarán no solo por su talento, sino también por la tragedia que marcó su final.

El legado de Loalwa Braz perdurará a través de sus canciones, que siguen siendo un símbolo de alegría y ritmo.

A pesar de su trágico destino, su espíritu artístico vivirá eternamente en la memoria de quienes la amaron.

Hoy, Loalwa es recordada como una gran cantante que, a pesar de las adversidades, dejó una huella imborrable en la música.

Su historia nos enseña que la vida puede ser impredecible y que debemos valorar cada momento.

La música tiene el poder de unir a las personas, y Loalwa siempre será una parte importante de esa conexión.

A través de su legado, su voz seguirá resonando, recordándonos que, a pesar de la tragedia, la música es eterna.

Loalwa Braz vivirá por siempre en nuestros corazones, y su historia nos inspira a seguir adelante a pesar de los desafíos que enfrentamos.

Así, su vida y su música continúan siendo una celebración de la vida, la alegría y el amor, incluso en los momentos más oscuros.

 

 

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