LA VIDA Y TRISTE HISTORIA DE IVAN CALDERON | Su ruptura con Paola Jara

El Secreto Oculto de la Montaña

Era un día soleado en el pequeño pueblo de San Pedro, donde la vida transcurría tranquila y sin sobresaltos.

Los habitantes se conocían entre sí, y las historias se contaban de generación en generación.

Sin embargo, había una leyenda que siempre había intrigado a los más curiosos: la historia de una montaña que guardaba un secreto antiguo.

La montaña, conocida como La Sombra, se alzaba imponente al borde del pueblo.

Nadie se atrevía a escalarla, pues se decía que aquellos que lo intentaban nunca regresaban.

A pesar de ello, un joven llamado Miguel decidió que era hora de descubrir la verdad detrás de la leyenda.

Miguel era un soñador, siempre anhelando aventuras más allá de las fronteras de su hogar.

Un día, mientras escuchaba a los ancianos contar historias junto a la fogata, sintió que la curiosidad lo consumía.

Decidió que al amanecer siguiente, se aventuraría a escalar La Sombra.

A la mañana siguiente, Miguel se preparó con su mochila, un mapa antiguo que había encontrado en el desván de su abuelo, y un corazón lleno de valentía.

Despidió a su madre, Isabel, quien le advirtió sobre los peligros de la montaña.

Pero Miguel, decidido, le prometió que regresaría antes del anochecer.

Al llegar a la base de La Sombra, el paisaje era más impresionante de lo que había imaginado.

Los árboles eran altos y frondosos, y el aire olía a tierra húmeda y flores silvestres.

Con cada paso que daba, la emoción crecía en su interior.

A medida que ascendía, Miguel comenzó a notar cosas extrañas.

Las sombras parecían moverse, y susurros suaves flotaban en el aire.

“Quizás son solo mis nervios”, pensó, intentando tranquilizarse.

Después de varias horas de escalada, Miguel llegó a una cueva oculta entre las rocas.

La entrada estaba cubierta de enredaderas y musgo, como si la naturaleza quisiera ocultar su existencia.

Con el corazón latiendo con fuerza, decidió entrar.

Dentro de la cueva, la luz era tenue y las paredes estaban cubiertas de extrañas inscripciones.

Miguel iluminó el lugar con su linterna y, para su sorpresa, encontró un antiguo altar en el centro.

Sobre el altar había un objeto brillante que capturó su atención: un medallón dorado.

Al acercarse, sintió una energía extraña que lo envolvía.

Cuando tocó el medallón, una visión le sobrevino: vio a un grupo de ancianos, entre ellos a su abuelo, realizando rituales ancestrales.

Entendió que la montaña no solo guardaba secretos, sino que también era un lugar sagrado para su familia.

De repente, un estruendo resonó en la cueva.

Miguel se dio cuenta de que había despertado algo que debía permanecer dormido.

Las sombras comenzaron a cobrar vida, y una figura oscura emergió de la penumbra.

Era un guardián de la montaña, un ser antiguo que había estado protegiendo el secreto durante siglos.

“¿Por qué has venido, joven?” preguntó con voz profunda.

Miguel, temblando, explicó su curiosidad y su deseo de conocer la verdad.

El guardián lo miró fijamente y, tras un momento de silencio, dijo: “La verdad puede ser un peso difícil de llevar.

¿Estás preparado para enfrentar lo que descubrirás?”
Miguel asintió, sintiendo que no podía dar marcha atrás.

“Entonces escucha”, continuó el guardián.

“Esta montaña ha sido un refugio para aquellos que buscan protección.

Los rituales que realizaban tus ancestros eran para mantener el equilibrio entre nuestro mundo y el de las sombras.”

Miguel sintió un escalofrío recorrer su espalda.

“No solo eres un descendiente de los guardianes, sino que también tienes el poder de proteger este lugar.

Tu curiosidad te ha traído aquí, pero ahora debes elegir: seguir adelante o regresar y olvidar lo que has visto.”

La decisión pesaba en su corazón.

Miguel pensó en su familia, en su pueblo y en lo que significaba ser un guardián.

Finalmente, decidió que no podía ignorar su legado.

“Quiero proteger este lugar”, declaró con firmeza.

El guardián sonrió, y con un gesto, le entregó el medallón.

“Este medallón es un símbolo de tu nuevo papel.

Usa su poder sabiamente y recuerda siempre la historia de tus ancestros.”

Con el medallón en mano, Miguel sintió una oleada de energía.

Las sombras comenzaron a disiparse, y la cueva se iluminó con una luz dorada.

“Ahora ve, joven guardián.

Tu viaje apenas comienza.”

Miguel salió de la cueva, sintiendo que había cambiado para siempre.

La montaña ya no le daba miedo; era su hogar, un lugar de poder y misterio.

Regresó al pueblo, donde Isabel lo esperaba ansiosamente.

Al verlo, su madre corrió hacia él y lo abrazó.

“¡Te estaba buscando! ¿Dónde has estado?”
Miguel sonrió y, con el medallón brillando en su pecho, comenzó a contarle su historia.

La leyenda de La Sombra ya no sería solo un cuento para Miguel; ahora era parte de su vida.

Y así, con cada relato que compartía, mantenía viva la historia de sus ancestros, convirtiéndose en el nuevo guardián de la montaña.

El pueblo de San Pedro nunca volvió a ver a Miguel de la misma manera.

Él era ahora un protector, un héroe, y su historia se convertiría en la más grande de todas.

Miguel había descubierto que a veces, la verdad es más extraña y poderosa de lo que uno puede imaginar.

Y así, el secreto de La Sombra permaneció a salvo, esperando ser revelado a aquellos que, como él, tenían el valor de buscarlo

 

 

Related Posts

Our Privacy policy

https://noticiasdecelebridades.com - © 2025 News