“¿Maldición o simple destino? La trágica historia de los integrantes de Locomía”
En el mundo del espectáculo, hay historias que parecen sacadas de una novela de misterio.
La vida de Francesc Picas, uno de los integrantes más recordados de Locomía, es un claro ejemplo de ello.
Un hombre lleno de talento, creatividad y pasión, cuya repentina muerte dejó a todos preguntándose si realmente había algo más detrás de las trágicas pérdidas que marcaron al mítico grupo musical.
Francesc Picas nació el 12 de febrero de 1970 en Barcelona.
Desde joven, mostró un interés por las artes, el diseño y la música.
A los 17 años, en 1989, se unió a Locomía, un grupo que ya comenzaba a hacerse un nombre en la escena musical gracias a su extravagante estilo y sus icónicas coreografías con abanicos gigantes.
Reemplazó a Xavier Font, uno de los fundadores originales, quien decidió dejar el grupo para convertirse en su representante.
El grupo Locomía había nacido en Ibiza en 1984, creado por los hermanos Xavier y Luis Font, junto con Harpier, quien accidentalmente dio nombre al grupo al intentar explicar en su mal español que los abanicos eran “una locura mía”.
El nombre quedó como Locomía, y con el tiempo, se convirtió en una marca inconfundible.
Aunque inicialmente no se dedicaban a la música, sus llamativos atuendos y su presencia en la moda llamaron la atención del productor musical José Luis Gil, quien vio en ellos un diamante en bruto.
A pesar de que ninguno de los integrantes cantaba, José Luis Gil decidió apostar por su imagen y trabajó en convertirlos en un fenómeno musical.
En 1989, Locomía lanzó su primer disco y alcanzó un éxito arrollador.
Fue en esta etapa, con Francesc Picas como miembro, cuando el grupo logró su mayor repercusión internacional.
Sin embargo, detrás del brillo y la fama, había tensiones, rivalidades y diferencias creativas que llevaron a la disolución del grupo en varias ocasiones.
Francesc Picas dejó Locomía en 1992 y decidió alejarse de los escenarios para dedicarse a estudiar psicología y escribir.
Durante este tiempo, trabajó en empleos que contrastaban drásticamente con su vida anterior como estrella musical.
En una entrevista, confesó que llegó a trabajar como portero nocturno en una residencia de ancianos, lo que para muchos resultaba increíble considerando su pasado como ídolo en América Latina.
En 1994, bajo la insistencia de José Luis Gil, Francesc lanzó su carrera como solista con un álbum titulado “Bendición”.
Aunque el disco tuvo una recepción modesta en España, encontró mayor aceptación en Latinoamérica, especialmente en México.
Sin embargo, a pesar de su talento y carisma, decidió abandonar la música poco tiempo después, dejando una gran decepción en su productor y en sus seguidores.
Los años siguientes estuvieron marcados por una búsqueda constante de equilibrio personal.
Francesc Picas enfrentó crisis emocionales, pero encontró consuelo en la psicología, las terapias y la escritura.
En el año 2000, se licenció en psicología y comenzó a destacar como escritor.
Ganó el premio Letra 2002 con su poesía mediterránea y publicó novelas satíricas y obras relacionadas con el ocultismo.
En 2003, también retomó su pasión por el diseño de moda con la firma “Picas y Naves Sociedad Limitada”, creando bufandas, pañuelos y pareos.
A lo largo de su vida, Francesc demostró ser un hombre polifacético, capaz de destacar en múltiples disciplinas.
Sin embargo, su vida tomó un giro inesperado el 18 de noviembre de 2023, cuando falleció repentinamente en Barcelona a los 53 años.
La noticia conmocionó a sus seguidores y al mundo del espectáculo.
Lo más desconcertante fue la falta de información sobre las causas de su muerte.
Ni su familia ni sus amigos cercanos ofrecieron detalles, dejando un halo de misterio alrededor de su partida.
Lo único que se sabía era que vivía solo, acompañado únicamente por su loro africano llamado Gris, quien, según Francesc, era sorprendentemente inteligente y capaz de interactuar de manera proactiva.
La muerte de Francesc Picas fue la tercera tragedia que golpeó al grupo Locomía en pocos años.
En 2018, Santos Blanco, otro de sus integrantes, falleció a los 46 años por causas naturales.
Solo dos meses después, Frank Romero murió a los 46 años debido a una encefalitis bacteriana.
Estas pérdidas consecutivas llevaron a algunos medios a hablar de una “maldición” que perseguía al grupo.
Sin embargo, como mencionó el narrador de un video homenaje, “la gente vive, nace y muere; no hay misterio en ello”.
Lo que sí es innegable es el vacío que dejaron estas figuras en el mundo artístico y en el corazón de sus seguidores.
La historia de Francesc Picas es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de cómo incluso las personas más talentosas y exitosas pueden enfrentarse a desafíos internos y externos.
A pesar de las dificultades, Francesc dejó un legado de belleza, creatividad y versatilidad.
Fue cantante, bailarín, coreógrafo, escritor, poeta, diseñador y psicólogo.
Cada una de sus facetas estaba impregnada de pasión y autenticidad.
Hoy, su recuerdo vive en sus obras, en su música y en las memorias de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo.
La vida de Francesc Picas y de los demás integrantes de Locomía nos invita a reflexionar sobre el paso del tiempo, la importancia de valorar nuestros momentos y el impacto que podemos dejar en el mundo.
Aunque ya no estén físicamente, su espíritu sigue presente, recordándonos que, al final, lo que realmente importa no son los años que vivimos, sino la profundidad con la que vivimos cada momento.
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