
La última edición de Supervivientes 2025 ha llegado a su fin tras más de 100 días de intensa competición, hambre, pruebas extremas y convivencias llenas de polémicas.
Entre los finalistas se encuentran Borja González, Montoya, Anita Williams y Álvaro Muñoz Escassi, quienes se enfrentan en la recta final para conquistar el codiciado maletín.
Pero en medio de esta batalla, una voz destacada ha querido romper el silencio y compartir su opinión sobre quién debería ser el ganador.
Pelayo Díaz, uno de los concursantes más queridos y carismáticos que fue expulsado recientemente, ha expresado sin tapujos su preferencia.
En una entrevista exclusiva con las cámaras de Telecinco, Pelayo no dudó en afirmar que le encantaría que el ganador fuera “Damián”, su compañero de programa y amigo con quien compartió momentos inolvidables.
Sin embargo, dado que Damián fue el último expulsado, su siguiente opción para levantar el maletín es “Borja, porque creo que lo ha hecho de vicio, ha estado increíble”, aseguró con convicción.
Para Pelayo, Borja no solo ha demostrado ser un competidor fuerte, sino también un compañero excepcional.
Destacó su paciencia y buen trato hacia todos, incluso en medio de las tensiones y conflictos que marcaron la edición, especialmente con los más polémicos, Montoya y Anita.
Este apoyo público de Pelayo hacia Borja no es casualidad.

El exsuperviviente pidió a la audiencia que “usen la cabeza” al momento de votar, recordando que la decisión está en manos del público y que deben pensar bien antes de elegir al ganador.
Con esta frase, Pelayo lanzó un mensaje claro y directo: evitar que Montoya se lleve la victoria.
El sevillano ha sido uno de los personajes más controvertidos de esta edición, pasando de ser un meme viral a un protagonista que generó rechazo entre muchos seguidores.
La relación tóxica entre Montoya y su expareja, Anita Williams, fue uno de los focos principales de la polémica.
Su historia dominó la pantalla, convirtiendo parte del reality en una continuación de ‘La isla de las tentaciones’, lo que cansó a gran parte de la audiencia.
En contraste, Borja ha sido visto como un ejemplo de buen comportamiento y compañerismo.
Su actitud calmada y su capacidad para manejar conflictos le han ganado el respeto de varios exconcursantes y seguidores del programa.
En otra entrevista, saliendo de una cena en Madrid, Pelayo confesó tener un dilema sobre quién debería ganar.

Cuando le preguntaron si creía que Montoya podría alzarse con la victoria, respondió con humor: “Pues no sé qué decirte, casi que se lo lleve para que no llore”.
Además, Pelayo reflexionó sobre su experiencia en el programa.
Comentó que esta aventura le permitió reconocerse a sí mismo y perdonarse muchas cosas, algo que considera invaluable.
“‘Supervivientes’ ha sido reconocer a un nuevo Pelayo y perdonarme muchas cosas que creo que me tenía que perdonar”, dijo con sinceridad.
Recomendó esta experiencia a cualquiera que tenga la oportunidad de vivirla, destacando el crecimiento personal que implica.
Más allá de la competencia, los finalistas y sus defensores han compartido en qué creen que gastarían el premio de 200.
000 euros.
Tras impuestos, quedarían 123.
000 euros limpios, una suma considerable para cambiar vidas.
La novia de Borja imagina que él invertiría en una vida tranquila, comprando un chalet con gallinas y un huerto, buscando la paz y la conexión con la naturaleza.
Por otro lado, el defensor de Montoya cree que podría usar el dinero para iniciar algún negocio, buscando estabilidad económica.
Anita Williams planea comprar una casa para ella y su hijo, buscando un hogar seguro y estable donde construir su futuro.
Mientras tanto, Lara Dibildos, madre de uno de los hijos de Álvaro Muñoz Escassi, asegura que él usaría parte del premio para asegurar el bienestar y futuro de sus hijos.

Estas visiones personales muestran el lado humano detrás de los concursantes, más allá de la fama y la competencia.
Cada uno tiene sueños y metas que van más allá del programa, y el premio podría ser la llave para alcanzarlos.
La edición de Supervivientes 2025 no solo ha sido un desafío físico, sino también una prueba de carácter y valores.
La audiencia ha visto cómo cada concursante enfrentaba sus propios demonios y luchaba por mantenerse fiel a sí mismo.
En este contexto, la opinión de Pelayo Díaz cobra especial relevancia.
Como alguien que vivió la experiencia desde dentro, su perspectiva aporta una visión auténtica y honesta sobre quién merece ganar.
Su llamado a “usar la cabeza” es un recordatorio para que el público valore no solo el espectáculo, sino también la integridad y el esfuerzo de cada participante.
La decisión final está en manos de quienes han seguido la aventura desde el principio, y su voto puede definir quién será recordado como el verdadero vencedor.
Mientras tanto, la polémica en torno a Montoya sigue siendo tema de debate en redes sociales y medios.
Su figura polarizadora ha generado tanto seguidores como detractores, y su posible victoria dividiría aún más opiniones.
En cambio, la imagen de Borja se ha consolidado como la de un competidor justo y respetuoso, capaz de manejar la presión y las adversidades con dignidad.
Esta dualidad entre ambos finalistas ha sido uno de los motores que mantuvo el interés del público hasta el último momento.

Finalmente, la historia de Pelayo Díaz en el programa es también un ejemplo de superación y crecimiento personal.
Su valentía para enfrentarse a los retos y su capacidad para aprender de la experiencia lo convierten en un referente dentro y fuera del reality.
Con la final ya en marcha, el desenlace promete ser emocionante y lleno de sorpresas.
El público tendrá la última palabra para decidir quién se lleva el maletín y se corona como el ganador indiscutible de Supervivientes 2025.
Una cosa es segura: esta edición quedará en la memoria colectiva como una de las más intensas y polémicas de la historia.
Y la voz de Pelayo Díaz será recordada como un llamado a la reflexión y a la sensatez en medio de la emoción y la competencia