La Traición Silenciosa: ¿Fue Erika la Mente Maestra detrás del Asesinato de Valeria Márquez?

El mundo digital quedó en shock el pasado 13 de mayo cuando Valeria Márquez, una influencer mexicana con más de tres millones de seguidores en TikTok, fue asesinada en vivo mientras realizaba una transmisión desde su salón de belleza en Ciudad de México.

Lo que inicialmente parecía ser un crimen organizado tomó un giro inesperado cuando una testigo clave señaló a Erika, asistente y supuesta amiga cercana de Valeria, como la principal sospechosa del atroz acto.

Aquella mañana comenzó como cualquier otra para Valeria Márquez.

Con su característico carisma, saludaba a su audiencia mientras promocionaba su línea de labiales.

A su lado, como siempre, estaba Erika, quien durante dos años había sido su sombra inseparable.

Asistente, confidente y amiga, Erika parecía ser el apoyo perfecto para la influencer.

Pero detrás de esa fachada de lealtad, se ocultaba una tensión que nadie había notado.

A las 11:17 de la mañana, la puerta del salón se abrió.

Un hombre vestido como repartidor ingresó al local con una bolsa en las manos.

Valeria, desprevenida, bromeó frente a la cámara: “Gracias.

Yo no pedí café, pero siempre se agradece”.

Lo que siguió fue una pesadilla.

De la bolsa salió una pistola.

Cuatro disparos resonaron en el lugar, y Valeria cayó al suelo mientras la transmisión se cortaba abruptamente.

Lo que dejó a todos sin palabras no fue solo el crimen en vivo, sino la reacción de Erika.

En lugar de gritar o pedir ayuda, apagó cuidadosamente el celular, tomó su bolso y salió caminando del local.

Las cámaras de seguridad captaron cómo se dirigió con calma a una cafetería cercana.

No llamó a la policía, no pidió ayuda, no regresó.

Horas después, Erika fue localizada por las autoridades.

Su versión fue confusa.

Aseguró estar en estado de shock y no entender lo que había ocurrido.

Sin embargo, su comportamiento levantó sospechas inmediatas.

¿Por qué su reacción fue tan fría?
¿Por qué no intentó ayudar a su amiga?

La investigación dio un giro perturbador cuando se descubrió una fotografía del supuesto repartidor junto a Erika en una fiesta semanas antes.

¿Era una coincidencia o una conexión directa?
Los expertos comenzaron a analizar el video del ataque cuadro por cuadro.

Detectaron detalles inquietantes en el lenguaje corporal de Erika: su postura rígida, una mirada fugaz al reloj y una expresión que parecía más de expectativa que de pánico.

En redes sociales, miles de usuarios comenzaron a teorizar sobre la posible complicidad de Erika.

Un hilo viral en X, antes Twitter, titulado “Erika: ¿testigo o cómplice?”, recopiló capturas de pantalla y fragmentos ampliados del video.

Una imagen en particular llamó la atención: Erika mirando su reloj segundos antes del ataque.

¿Era una señal?

¿Estaba sincronizada con el atacante?

La Fiscalía de Jalisco, que inicialmente consideraba a Erika como una simple testigo, cambió su estatus a “persona de interés”.

Se revisaron sus llamadas, mensajes y movimientos bancarios.

Su vida entera comenzó a ser escrutada.

Personas cercanas a Valeria Márquez revelaron que días antes del crimen, ambas habían tenido una fuerte discusión por diferencias económicas.

Valeria había descubierto irregularidades en la contabilidad del negocio que compartían.

Se trataba de una suma significativa que había desaparecido.

Valeria, sintiéndose traicionada, confrontó a Erika con dureza.

La tensión escaló rápidamente.

Erika, desplazada por la creciente fama de Valeria, pudo haber sentido que su amistad y colaboración estaban llegando a su fin.

La hipótesis más oscura comenzó a tomar forma.

¿Fue un crimen pasional motivado por la envidia y el resentimiento?
Según filtraciones del expediente, Erika habría tenido contacto con el presunto asesino días antes del ataque.

Las cámaras de seguridad mostraron que salió del local exactamente cinco minutos antes de la llegada del atacante, dejando a Valeria sola y vulnerable.

Además, fue Erika quien recibió un paquete con un peluche, que nunca fue inspeccionado.

Se sospecha que ese regalo ocultaba algo siniestro.

“Ese peluche no traía amor, traía muerte”, declaró una fuente policial.

Mientras tanto, las redes sociales estallaron con teorías y mensajes de indignación.

Algunos defendieron a Erika, argumentando que podría haber estado en estado de shock.

Otros la condenaron, señalándola como la mente maestra detrás del crimen.

Erika, quien días antes era una figura discreta, ahora estaba en el ojo del huracán mediático.

Cerró sus cuentas en redes sociales y evitó cualquier contacto con la prensa.

¿Estaba huyendo o simplemente protegiéndose de una ola de odio?

La familia de Valeria Márquez, devastada por la pérdida, exigió respuestas.

El abogado de la familia pidió públicamente que Erika fuera citada a declarar.

“Si no tiene nada que ocultar, que hable”, declaró con firmeza.

El asesinato de Valeria Márquez, transmitido en vivo, ha dejado una profunda herida en la sociedad.

Las velas encendidas frente a su casa y los murales en su honor son testimonio de una vida interrumpida con brutalidad.

Mientras la investigación avanza, el país entero observa con el alma en vilo.

¿Fue Erika una víctima de las circunstancias o la pieza clave en este macabro rompecabezas?
El reloj corre, y la justicia parece estar cada vez más cerca.

Pero la verdad, esa aún sigue oculta, temblando entre el miedo, el silencio y una cámara que lo grabó todo.

¿Qué opinas?
¿Crees que Erika es culpable o inocente?
La respuesta podría cambiarlo todo.