David Bustamante desata el caos en La Revuelta: bromas, retos y un reencuentro inesperado
Si algo quedó claro tras la visita de David Bustamante a La Revuelta, es que su energía es imparable.
El cantante protagonizó una de las noches más caóticas, divertidas y sorprendentes del programa, con momentos que pasaron desde la emoción hasta el más puro delirio televisivo.
Entre bromas con David Broncano, un duelo de pueblos, un reto inesperado con aceite y una videollamada completamente impredecible, el plató se convirtió en un auténtico festival de risas y locuras.
Bustamante entra a lo grande: besos, abrazos y ofrendas
Desde el primer minuto, Bustamante dejó claro que venía con las pilas cargadas.
Entre abrazos, besos y bromas con las invitadas, el cantante encendió el ambiente antes de desvelar los regalos que había traído para el programa.
Y no eran simples obsequios:
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Su nuevo disco, firmado y con dedicatoria especial para Broncano y La Revuelta.
Una imagen de San Vicente de la Barquera, su pueblo natal, con la intención de que Broncano lo exhibiera en el plató.
Pero el presentador, fiel a su estilo, no se lo puso fácil.
“Esto no puede ser tu pueblo, esto parece Noruega”, exclamó Broncano al ver la imagen.
El debate sobre qué pueblo es mejor no tardó en estallar.
Duelo de pueblos: Orcera vs. San Vicente de la Barquera
Broncano, siempre defensor de su querida Orcera, no tardó en contraatacar:
“Nosotros tenemos la piscina más grande del mundo”, presumió.
Pero Bustamante no se quedó atrás:
“Nosotros tenemos el Cantábrico”.
La discusión se convirtió en un desafío cuando Bustamante ofreció a Broncano un título honorífico en su pueblo:
“Te nombro Zurrukutunero Mayor de San Vicente”.
Para los no iniciados, el Zurrukutuna es un plato tradicional de la región.
Pero la respuesta de Broncano no se hizo esperar:
“Vale, pero si tú vienes a Orcera y te convertimos en Embajador del Aceite de la Sierra Segura”.
Así nació un pacto de pueblos que, para cerrar con broche de oro, incluiría un rito un tanto peculiar: untarse en aceite y correr por el pueblo.
Un reencuentro inesperado con Pitingo
Pero la noche todavía tenía reservada una sorpresa.
En medio de la conversación, un espectador mencionó a Pitingo, lo que desató una confesión de Broncano:
“Creo que me quería pegar”.
La anécdota tomó un giro inesperado cuando, sin previo aviso, se realizó una videollamada en directo con el propio Pitingo, quien apareció en pantalla entre risas.
“No, hombre, era desde el cariño”, aclaró el cantante, mientras el plató estallaba en carcajadas.
Lo que parecía un posible conflicto terminó en un momento surrealista de reconciliación televisiva.
Promoción con caos y entradas agotadas
Después de todo el caos, Bustamante por fin pudo hablar de su nuevo disco, el número 11 de su carrera, y agradecer a su público por el éxito de su gira.
Las entradas, según él mismo explicó, estaban prácticamente agotadas.
Pero en un giro final, Bustamante, llevado por la emoción, prometió entradas gratis para todos los presentes en el plató.
Esto provocó la mirada tensa de su equipo de producción, que hacía cálculos mentales en tiempo real.
“El artista feliz regalando entradas y el manager sudando frío”, bromeó Broncano.
Desde la entrada eufórica de Bustamante hasta la inesperada videollamada con Pitingo, pasando por el duelo de pueblos y la promesa de entradas, La Revuelta vivió una de sus noches más memorables.
Con su carisma y desparpajo, Bustamante dejó claro que no solo es un gran cantante, sino también un auténtico espectáculo en sí mismo.
