Joan Manuel Serrat: “He dejado los escenarios para encontrarme a mí”
El icónico cantautor Joan Manuel Serrat ha dejado los escenarios, pero no la música ni su esencia artística. En una reciente entrevista, el maestro de la canción confesó que su retiro de los conciertos no significa abandonar su legado creativo, sino un tiempo necesario para reencontrarse consigo mismo y disfrutar de la vida desde otra perspectiva.
Un adiós a los escenarios, pero no al arte
Durante años, Serrat ha sido un referente indiscutible de la música en español, con una carrera que ha marcado generaciones. Sin embargo, el artista ha decidido dar un paso atrás en las giras y actuaciones en vivo, no para componer más o escribir con mayor frecuencia, sino para sumergirse en una etapa de introspección y libertad personal.
“Lo he dejado para ver, para encontrarme a mí en todos los aspectos y para aprovechar el tiempo que pueda quedarme”, explicó Serrat con una sinceridad que refleja su madurez y su búsqueda de nuevas experiencias fuera de los reflectores.
Reflexiones de un trovador eterno
Para muchos, el paso del tiempo transforma los sueños en recuerdos. Serrat lo sabe y, lejos de aferrarse al pasado, prefiere reflexionar sobre el presente y el futuro. Con la misma poesía que lo ha caracterizado toda su vida, compartió una frase llena de nostalgia y realidad: “Cualquier tiempo pasado tenía sueños que hoy en día vemos varados a la otra orilla del río”.
Sin embargo, el trovador catalán sigue siendo fiel a su esencia. No ha dejado de escribir, ni de componer, ni de cantar. Simplemente, ha decidido que el escenario de su vida sea más amplio que un teatro o un estadio abarrotado de fans. Ahora, el tiempo es suyo y lo dedicará a vivir sin prisas, sin compromisos de gira, disfrutando cada instante con la calma que solo los grandes artistas saben valorar.
El legado de Serrat, más vivo que nunca
El retiro de los escenarios de Joan Manuel Serrat no significa el fin de su influencia. Su legado musical sigue vigente y sus canciones continúan resonando en las almas de quienes han encontrado en su voz una fuente inagotable de inspiración.
En una época donde la industria musical se mueve a velocidades vertiginosas, la decisión de Serrat de bajar el telón para encontrarse consigo mismo es un recordatorio de que el arte no es solo espectáculo, sino también vida, reflexión y autenticidad.
Así, el maestro se despide de los conciertos, pero no del arte ni de su público, que siempre encontrará en sus versos un refugio atemporal de emociones y pensamientos. Serrat no se va, simplemente, cambia de escenario.
