ASÍ HACEN RABIAR A PABLO MOTOS: BRONCANO Y MARC GIRÓ
La televisión pública española se ha convertido en el centro de una polémica mediática que ha enfurecido a ciertos sectores de la derecha.
La creciente popularidad de programas como La Revuelta de David Broncano y el nuevo Late Show de Marc Giró ha sido interpretada como un ataque directo a El Hormiguero de Pablo Motos y a la cadena Antena 3.
En este contexto, Ok Diario ha publicado una serie de artículos incendiarios acusando a Televisión Española (TVE) de seguir una agenda política con el fin de debilitar a la competencia.
Desde su lanzamiento, La Revuelta ha logrado consolidarse como uno de los programas más vistos en España, superando en varias ocasiones a El Hormiguero en audiencia.
Esto ha generado una fuerte reacción en los medios de comunicación conservadores, que acusan a TVE de operar como “Televisión Sancha”, sugiriendo una supuesta influencia del Gobierno de Pedro Sánchez en la programación de la cadena pública.
David Broncano, por su parte, ha evitado confrontaciones directas con Pablo Motos, pero su éxito ha irritado a sectores de la prensa conservadora, que ven en su ascenso una amenaza para la televisión privada tradicional.
La narrativa de que La Revuelta es un “proyecto de adoctrinamiento” se ha repetido en medios afines a la derecha, pese a que el formato del programa se centra en el entretenimiento y las entrevistas sin una línea política explícita
El último en sumarse a este fenómeno ha sido Marc Giró, cuyo programa Late Show ha sido catalogado por Ok Diario como parte de una supuesta “ofensiva” de TVE contra El Hormiguero.
En respuesta a estas acusaciones, Giró grabó un video sarcástico en el que ridiculizaba la idea de que él fuese un “agente de la izquierda”.
Su tono humorístico desmontó la teoría conspirativa de que su contratación responde a un plan ideológico.
Más allá de la retórica de ciertos medios, la televisión es, ante todo, un negocio basado en la audiencia.
La Revuelta y Late Show han demostrado ser opciones atractivas para el público, lo que ha provocado que ciertos sectores reaccionen con alarma.
Mientras tanto, Telecinco enfrenta su propio terremoto con la reestructuración de su parrilla, incluida la salida de Ana Rosa Quintana de las tardes tras el fracaso de su programa TardeAR.
La pregunta que queda en el aire es si esta supuesta “guerra” entre programas es real o simplemente un reflejo de la polarización política que ha contaminado el debate mediático.
Lo que está claro es que la televisión pública está logrando atraer a una audiencia masiva sin necesidad de recurrir a ataques directos contra sus competidores, algo que algunos medios conservadores parecen incapaces de aceptar.
Mientras El Hormiguero sigue luchando por mantener su liderazgo, la televisión española vive una de sus etapas más dinámicas y competitivas en años.
En este contexto, la audiencia será la que tenga la última palabra, decidiendo cada noche qué tipo de contenido prefiere ver.