¡Escándalo en la Roja! El Barça humilla a Luis de la Fuente y la Federación tras la convocatoria de Lamine: “¿Riesgo cero? Más bien riesgo suicida”
Desde hace semanas, la tensión entre el FC Barcelona y la selección española ha ido escalando hasta alcanzar un punto de ebullición que amenaza con romper la unidad del fútbol nacional.
La última polémica gira en torno a Lamine, un jugador clave para el Barça que fue convocado por Luis de la Fuente para los partidos clasificatorios contra Georgia y Bulgaria, a pesar de arrastrar una lesión seria.
El conflicto comenzó cuando el club azulgrana decidió desconvocar a Lamine, anunciando que el joven futbolista estaría de baja durante dos o tres semanas debido a molestias en la pubalgia, una lesión que no debe tomarse a la ligera.
El Barça ha denunciado públicamente que el jugador fue forzado a jugar infiltrado con medicamentos durante el partido contra Bulgaria, poniendo en riesgo su salud y futuro profesional.

Luis de la Fuente, seleccionador nacional, había defendido la convocatoria alegando que el jugador estaba en condiciones de disputar los encuentros y que la prioridad era la clasificación para el Mundial.
Sin embargo, esta justificación ha sido recibida con indignación por parte del club y de muchos aficionados.
El entrenador blaugrana Hansy Flick, quien también ha sido blanco de críticas por parte de De la Fuente, ha mostrado una postura firme en defensa de sus jugadores, priorizando su bienestar por encima de cualquier calendario.
El Barça no ha dudado en calificar la actitud de la Federación como irresponsable y negligente.
“Riesgo cero, no nos digan eso. Aquí se ha jugado con la salud de un niño de 18 años, infiltrado con analgésicos para que rindiera en el campo”, ha declarado un portavoz del club con evidente frustración.

Esta situación recuerda trágicamente lo ocurrido años atrás con Gabi, otro jugador que fue forzado a jugar lesionado y cuya carrera sufrió las consecuencias.
Pero la polémica no termina ahí.
La convocatoria de la selección sub-21 también ha levantado ampollas, pues han llamado a Mark Bernal, otro futbolista que viene de una lesión grave y que el Barça mantiene “entre algodones”.
La incoherencia de la Federación en estas decisiones ha sido tachada de “escandalosa” y “de escoria” por algunos sectores del barcelonismo, que ven una falta total de respeto hacia los clubes y sus jugadores.
El Barça ha optado por una estrategia contundente: no ceder a Lamine para estos partidos y cuidar su recuperación durante el parón de selecciones.

Una medida que ha sido celebrada por los aficionados, que temen por la integridad física de sus ídolos.
En contraste, la selección parece dispuesta a arriesgar al máximo con la excusa de la importancia de los partidos, aunque sean clasificatorios y no finales.
Lo más grave es la actitud de Luis de la Fuente, quien ha acusado a Hansy Flick de falta de empatía y ha intentado justificar la convocatoria con argumentos que muchos consideran cínicos.
“¿Qué empatía puede haber cuando haces jugar a un niño infiltrado y luego te quejas de que el entrenador no tiene respeto?”, se preguntan los críticos.
Flick, por su parte, es un técnico con una trayectoria impecable, campeón del mundo y con experiencia en clubes y selecciones, que sabe perfectamente lo que implica cuidar a un jugador.

Este choque de posturas ha generado un terremoto en el fútbol español.
El Barça se siente traicionado y humillado, mientras que la Federación insiste en que la prioridad es la selección y su clasificación para el Mundial.
Pero, ¿a qué precio?
¿Vale más un partido que la salud y la carrera de un joven talento?
Además, la polémica se extiende a otros jugadores como Pedri y Fabián, quienes también están en el punto de mira por cómo se gestionan sus convocatorias y descansos.

El París Saint-Germain ha bloqueado la cesión de Fabián para la selección, mostrando una preocupación similar a la del Barça por la sobrecarga y el riesgo de lesiones.
En definitiva, la situación es insostenible.
Los clubes piden respeto y responsabilidad, mientras que la Federación parece seguir su propio camino, ignorando las advertencias y poniendo en peligro a sus mejores jugadores.
El Barça ha dado un golpe de autoridad que podría marcar un antes y un después en la relación entre clubes y selección.
La pregunta que queda en el aire es clara: ¿hasta cuándo se permitirá esta falta de cuidado hacia los futbolistas?

¿Quién responderá si una lesión grave acaba con la carrera de un joven talento?
Por ahora, el Barça ha dejado claro que no va a ceder más y que protegerá a sus jugadores con uñas y dientes.
Este episodio no solo es un escándalo deportivo, sino un drama humano que debería hacer reflexionar a todos los implicados.
La salud de los jugadores no es un juego ni una cifra en una convocatoria.
Es su vida, su futuro y el alma misma del fútbol.
Mientras tanto, los aficionados esperan que esta guerra de poderes termine pronto y que prime la sensatez.
Porque, al final del día, no hay victoria ni clasificación que valga si los protagonistas no están en condiciones de jugar.
El Barça ha hablado.
La Federación tendrá que escuchar.
Y Luis de la Fuente, ¿será capaz de rectificar o seguirá apostando por el riesgo suicida?
La salud de Lamine y de muchos otros está en juego.
Y el reloj no se detiene.