💥 Flick explota y destroza a la prensa: “¡Es una noticia de mierda, basura!” — La verdad detrás del escándalo Lamine que nadie se atrevió a contar

El parón de selecciones suele ser un momento de pausa para los clubes, pero para el FC Barcelona y su entrenador Hans Flick ha sido todo lo contrario: un periodo de fuego cruzado con la prensa y rumores que han puesto en entredicho la gestión del equipo y la figura del joven Lamine Yamal.

En una entrevista reciente, Flick no dudó en responder con una sinceridad brutal a las preguntas sobre un supuesto retraso de Lamine a una charla previa al partido contra el Paris Saint-Germain y la supuesta imposición desde la directiva para alinearlo.

“Es totalmente bullshit, una noticia de mierda, basura”, sentenció Flick sin medias tintas.

La polémica comenzó cuando un medio llamado Nacional.

cat publicó una información que aseguraba que Lamine había llegado tarde a la activación previa al partido y que Flick, molesto, habría decidido no alinearlo, pero que Deco, director deportivo, habría intervenido para mediar y permitir su participación.

Según esta versión, existían tensiones internas y falta de autoridad en el cuerpo técnico.

Sin embargo, Flick desmintió categóricamente estos rumores, defendiendo la confianza plena que tiene tanto en el club como en Deco y asegurando que nunca recibió ninguna orden ni hubo ningún conflicto.

“No tengo nada que esconder y esto es una mentira absoluta”, afirmó con contundencia.

Este episodio no solo ha sido un ataque directo a la credibilidad del entrenador, sino que también ha puesto en evidencia la guerra sucia que ciertos sectores mediáticos mantienen contra el Barça.

Periodistas como Marcel Llorente y Manu Carreño han sido señalados por alimentar y difundir estas falsedades, muchas veces vinculadas a intereses oscuros y agendas ocultas.

Flick, visiblemente molesto, señaló que estas “mentiras” buscan desestabilizar al equipo y desviar la atención de problemas reales, mientras el club sufre una crisis institucional y deportiva.

“Han aprovechado el parón para inventar historias y difamar, pero nosotros nos mantenemos fuertes y seguimos trabajando”, declaró.

Además, el técnico destacó que la política de comunicación del Barça actual es clara: negar todo lo falso y atacar con transparencia cuando sea necesario, aunque lamentó que no siempre se haga lo suficiente para denunciar la manipulación mediática.

“Es necesario que el club defienda a sus jugadores y a su proyecto con más fuerza contra los medios corruptos”, añadió.

En cuanto a Lamine Yamal, Flick subrayó que el joven está trabajando duro en los entrenamientos y que su compromiso es total.

Reconoció que el jugador ha llegado tarde en alguna ocasión, algo normal en cualquier equipo, pero que eso no justifica la campaña de desprestigio que se ha montado alrededor de él.

Este episodio se enmarca en un contexto más amplio de tensión dentro del Barça, donde las filtraciones internas, las lesiones y las disputas tácticas han generado un ambiente complicado.

Flick, sin embargo, se muestra firme y decidido a mantener la autoridad y proteger a su plantilla.

A nivel personal, el entrenador dejó claro que no va a tolerar que se ponga en duda su trabajo ni que se difundan bulos que solo buscan dañarlo a él y al club.

“Cuando tienes que dar explicaciones así de largas, sabes que has sido humillado”, confesó, mostrando su frustración ante la manipulación mediática.

La prensa, por su parte, parece dividida entre aquellos que buscan la verdad y los que alimentan el conflicto con titulares sensacionalistas y sin fundamento.

Flick no dudó en llamar “escoria” y “basura” a quienes han tapado y blanqueado episodios oscuros en el pasado, dejando claro que su paciencia tiene límites.

Este enfrentamiento entre cuerpo técnico y medios no es nuevo, pero ha alcanzado un punto álgido con esta polémica sobre Lamine Yamal.

El entrenador se ha convertido en un defensor férreo de sus jugadores y del proyecto, dispuesto a plantar cara a cualquier intento de desestabilización.

Mientras tanto, el Barcelona se prepara para un clásico que llega en un momento crítico, con la necesidad de mostrar unidad y fortaleza dentro y fuera del campo.

Flick sabe que el ruido mediático seguirá, pero apuesta por que el balón y el trabajo demuestren la verdad.

En definitiva, la explosión de Flick es un reflejo del desgaste y la presión que vive el club azulgrana.

Su mensaje es claro: basta de mentiras, basta de manipulación.

La verdad y el compromiso deben prevalecer para que el Barça pueda salir adelante.

Este capítulo deja en evidencia la compleja relación entre el fútbol, la prensa y los intereses ocultos que muchas veces nublan la realidad.

Flick ha dado un golpe sobre la mesa y ha dejado claro que no permitirá que su equipo sea víctima de campañas de difamación.

El futuro dirá si esta firmeza será suficiente para recuperar la credibilidad y la estabilidad en un club que atraviesa uno de sus momentos más delicados.

Pero una cosa es segura: Hans Flick no se callará cuando la verdad esté en juego.

Y mientras tanto, los aficionados esperan que la pelota hable en el campo y que la justicia y la transparencia también se impongan fuera de él.

Porque en el fútbol, como en la vida, la mentira solo tiene patas cortas.