¡Explosión en la Televisión Española! María Patiño se Indigna por el Olvido del Presidente de RTVE y el Triunfo Judicial de Belén Esteban: “¿Dónde Está Mi Corona?”
El martes 25 de noviembre marcó un antes y un después en el mundo del corazón y la televisión española.
Belén Esteban, conocida como “la princesa del pueblo”, logró una sentencia judicial que la reivindica tras años de batalla legal contra su exrepresentante Toño Sanchís.
La Audiencia de Madrid dictaminó que Sanchís se apropió indebidamente de más de 400,000 euros durante el tiempo en que gestionó la carrera de Esteban, condenándolo a dos años de prisión y a pagar una indemnización aún por determinar.
Este fallo no solo representa un triunfo económico para Belén, sino una recuperación de su dignidad, que ella misma expresó con emoción en un comunicado publicado en Instagram.

“Me quisieron pisotear mi dignidad, pero la justicia me ha dado la razón otra vez”, afirmó la colaboradora, agradeciendo a su familia y seguidores por el apoyo recibido.
La sentencia, que se basa en un juicio celebrado el pasado 13 de octubre, es la culminación de un largo calvario que comenzó en 2009 y que ha tenido repercusiones en la vida personal y profesional de Esteban.
Sin embargo, mientras Belén celebraba su victoria, otro episodio de controversia surgió en el panorama televisivo.
La revista Hola publicó un reportaje especial para conmemorar el Día Mundial de la Televisión, reuniendo a las “reinas de la pantalla” de cadenas privadas como Telecinco y Antena 3.
En esta lista, sin embargo, no apareció ni una sola presentadora de RTVE, lo que desató la indignación del presidente de Radio Televisión Española, José Pablo López.
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López criticó abiertamente la exclusión en redes sociales, señalando que las periodistas de RTVE, que marcan diariamente la audiencia, fueron ignoradas y no consideradas lo suficientemente populares para el reportaje.
Esta declaración encendió la mecha de la polémica, que pronto encontró eco en María Patiño, presentadora y figura reconocida del canal Quicky.
María Patiño, conocida por su fuerte personalidad y su ego bien cimentado, no pudo contener su enfado.
En su programa “No somos nadie”, Patiño cuestionó la exclusión no solo de RTVE, sino también la suya propia, y lanzó un dardo a los directivos de Mediaset, recordando que en su etapa en esa empresa nunca recibió el apoyo que esperaba.
“Ojalá alguien en su momento hubiese sacado la cara por mí. Aprendí a sacarla yo sola”, afirmó con evidente resentimiento.

La reacción de Patiño no pasó desapercibida y provocó respuestas duras, como la de Pi, colaboradora del canal de Antonio David Flores, quien no dudó en señalar que ni siquiera el presidente de Mediaset, Paolo Vasile, saldría a defenderla.
“¿Cómo va a salir Vasile a dar la cara por ti teniendo en tu móvil fichas policiales y viendo cómo ejerces terrorismo informativo?”, le espetó, recordando episodios polémicos del pasado de Patiño.
En medio de este huracán de declaraciones, Carlota Corredera también se convirtió en protagonista.
La presentadora, que recientemente celebró el despido de Alessandro Lequio en un vídeo viral, ha sido objeto de críticas por su actitud contradictoria y su historial como “feminista selectiva”.
En entrevistas recientes, Corredera defendió la necesidad de autocrítica en los medios y abogó por un periodismo con perspectiva de género, aunque muchos usuarios y críticos recuerdan sus posturas pasadas y señalan que su defensa de las mujeres ha sido inconsistente y condicionada.
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La entrevista concedida por Corredera al medio El Plural, con motivo del 25N, Día Internacional contra la Violencia de Género, profundizó en estos temas.
Allí, la presentadora reconoció que la prensa ha sido cómplice en muchos casos de maltrato mediático y que aún queda mucho por mejorar en el ámbito del periodismo y la formación con perspectiva de género.
Sin embargo, su discurso fue recibido con escepticismo por quienes recuerdan su papel en programas como “Sálvame”, donde muchas mujeres fueron expuestas a un trato cuestionable.
Además, en la conversación se mencionaron casos de mujeres que no encajaban en el perfil típico de víctima según ciertos sectores mediáticos, como Bárbara Rey o Carmina Ordóñez, quienes fueron ignoradas o maltratadas mediáticamente por su estatus social o apariencia.
Esto abrió un debate sobre la conciencia de clase dentro del feminismo y el periodismo, cuestionando si realmente se defiende a todas las mujeres por igual o solo a aquellas con poder y visibilidad.

Por si fuera poco, la entrevista también recordó que tanto María Patiño como Carlota Corredera estuvieron vinculadas a personajes y situaciones que ahora critican.
Por ejemplo, Patiño fue señalada como cómplice en momentos delicados, y Corredera admitió haber querido contar con Alessandro Lequio en su programa en 2017, lo que contrasta con la celebración actual de su despido.
Este entramado de juicios, exclusiones, reproches y contradicciones deja al descubierto las tensiones internas y las luchas por el protagonismo en la televisión española.
Mientras Belén Esteban festeja un triunfo judicial que pone fin a años de abuso económico y personal, otras figuras mediáticas se enfrentan a la realidad de sus propias polémicas y a la crítica pública que no perdona incoherencias ni dobles discursos.
En definitiva, la televisión española vive un momento de máxima tensión, donde las batallas no solo se libran en los tribunales o en los platós, sino también en las redes sociales y en la opinión pública.

María Patiño, José Pablo López, Carlota Corredera y Belén Esteban son solo algunos de los protagonistas de este drama que mezcla justicia, egos heridos, críticas cruzadas y la eterna lucha por el poder y la visibilidad en un medio que no perdona ni olvida.
Queda claro que en el universo televisivo, la corona no siempre se entrega con justicia, y que quienes la buscan deben estar preparados para las tormentas que vienen con ella.
¿Quién ganará la próxima batalla?
Solo el tiempo y la audiencia lo dirán.
Mientras tanto, el público observa, comenta y decide a quién apoyar en esta telenovela real que no deja de sorprender.
Y como siempre, la televisión continúa siendo el espejo donde se reflejan no solo las historias de sus personajes, sino también las contradicciones y pasiones de toda una sociedad.