¡Explosión en el Bernabéu! Endrick Juega 10 Minutos y Luego Desata la Tormenta Contra Xabi Alonso: “Es de los Peores Entrenadores que He Tenido”
Era una noche brillante en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid había ganado otro partido y Kylian Mbappé brillaba con su habitual gol y carisma.
Pero la verdadera bomba no estalló en el campo, sino minutos después, cuando Endrick, la promesa brasileña de 19 años, saltó al césped tras meses de ausencia.
Solo diez minutos bastaron para que el público estallara en aplausos y flashes captaran su talento: un caño elegante y un giro de cadera que recordaban por qué Florentino Pérez pagó más de 40 millones por él.
Sin embargo, la verdadera historia comenzó tras el pitido final. Mientras Mbappé celebraba su Bota de Oro, Endrick caminó solo hacia la zona mixta, sin traductor ni sonrisa, con una mirada fija y decidida.
Lo que dijo dejó helado al Bernabéu y sacudió los cimientos del club: “Sí, voy a salir cedido. Necesito jugar, sentirme futbolista. Pero hay algo más. Xabi y yo ni hablamos. Es de los peores entrenadores que he tenido en mi carrera.”
El silencio fue absoluto. Nadie esperaba semejante declaración. Algunos periodistas dudaron si lo habían oído bien, pero Endrick fue claro y firme: “No nos hablamos. No me gusta cómo gestiona el vestuario ni cómo trata a los jóvenes. Espero que cuando vuelva, él ya no esté aquí.”
No deseaba nada malo, solo que no siguiera en el Madrid. Esa bomba explotó en segundos, y las redes sociales ardieron con la noticia.
Mientras el resto del equipo se retiraba, la directiva y el presidente Florentino Pérez intercambiaban miradas preocupadas.
Xabi Alonso, que minutos antes había elogiado a Mbappé en rueda de prensa, recibió la noticia justo antes de salir a hablar. Su rostro se endureció, pidió unos segundos y luego evitó entrar en polémicas: “No hablaré de palabras dichas en caliente. Endrick tiene 18 años, está aprendiendo. El club sabrá cómo actuar.”
Pero el daño estaba hecho.
Endrick llevaba meses frustrado. Su lesión de mayo lo marginó del Mundial de Clubes y la pretemporada. Cuando volvió, el Madrid ya tenía un tridente ofensivo consolidado: Mbappé, Vinicius y Rodrygo, dejando poco espacio para la joven promesa.
Xabi Alonso lo había dejado claro desde el principio: “Endrick es un proyecto, no un titular.”
Para un joven con hambre y talento, eso fue un golpe al orgullo.
Los compañeros notaban su distancia, su mirada perdida, su silencio. Solo hablaba con algunos pocos, mientras Vinicius intentaba animarlo y repetirle que “su momento llegaría”.
Pero ese momento no llegaba.
La relación con Xabi se rompió en agosto durante la gira por Estados Unidos, cuando el entrenador le recriminó públicamente la falta de intensidad: “Aquí no estás en Palmeiras.” Endrick respondió herido y desde entonces solo intercambiaban saludos fríos y silencios tensos.
Un episodio agravó la situación: en una charla técnica previa al clásico, Xabi mostró un vídeo donde Endrick aparecía fallando en un entrenamiento, proyectándolo delante de todos. Endrick bajó la cabeza, pero no dijo nada.
Cuando finalmente Xabi lo hizo entrar en el minuto 79, muchos pensaron que era un gesto conciliador. Pero Endrick lo vio como un intento de lavar la imagen del técnico y una humillación.
Al acabar el partido, con los periodistas esperando, Endrick decidió romper el silencio que había guardado meses.
No fue un arrebato impulsivo, sino un discurso meditado y ensayado, apoyado por su padre y su agente.
Las declaraciones se viralizaron en España, Brasil y Francia, generando debates encendidos.
En Brasil, Endrick fue defendido como un joven con carácter que necesitaba confianza y cariño, no disciplina militar.
En España, muchos le recriminaron su falta de respeto a la institución y consideraron que si no estaba preparado para la exigencia del Madrid, su cesión debía ser definitiva.
En Francia, el Olympique de Lyon vio una oportunidad para relanzar su carrera y confirmó su interés en la cesión.
El club, fiel a su estilo, optó por el silencio oficial, pero Florentino Pérez convocó una reunión urgente para analizar el daño mediático.
La directiva dejó claro que la prioridad era proteger a Xabi Alonso y el grupo.
Endrick saldrá cedido en enero, pero ya no como un préstamo formativo, sino como una salida necesaria para descomprimir tensiones.
Se espera que reciba una sanción disciplinaria y que la cesión incluya cláusulas para controlar sus declaraciones públicas.
Este episodio ha expuesto una grieta profunda en el Madrid: la lucha entre el talento joven impaciente y la jerarquía establecida.
Mientras Vinicius intentó minimizar el conflicto con un mensaje en redes, el club se prepara para gestionar las consecuencias.
Xabi Alonso mantiene su autoridad en el banquillo, sereno y firme, con el respaldo total de Florentino.
Endrick, por su parte, se enfrenta a un futuro incierto, con la esperanza de encontrar en Lyon la libertad y confianza que no tuvo en Madrid.
El Bernabéu volvió a aplaudir goles y victorias, pero la sombra de aquella noche y aquellas palabras se mantendrán como un recordatorio de que en el Real Madrid, hablar demasiado puede tener un precio muy alto.
Una lección dura para un joven que soñaba con ser leyenda y que ahora aprende que el talento no basta sin paciencia, respeto y silencio.
El futuro de Endrick está en juego, y el club sabe que deberá manejar esta crisis con cautela para evitar que la grieta se agrande.
Mientras tanto, la historia de aquel breve regreso y aquella bomba lanzada quedará grabada en la memoria del Madrid y su afición como uno de los momentos más intensos y reveladores de los últimos tiempos.
