¡Escándalo en TVE! Rocío Carrasco acusada de borracha en directo y la furia desatada contra Carlota Corredera – “Claro, porque nada dice ‘profesionalismo’ como montar un circo en horario estelar”
En los últimos días, Televisión Española (TVE) se ha convertido en el epicentro de un nuevo escándalo que ha dejado a la audiencia boquiabierta.
La protagonista, Rocío Carrasco, conocida por su presencia constante en los medios y sus polémicas, ha sido acusada por un trabajador de la cadena de presentarse en estado de embriaguez durante la grabación de un programa.
El incidente ocurrió durante la emisión del espacio “Hasta el fin del mundo”, en el que Rocío participa activamente.
En un momento que parecía rutinario, la hija de Rocío Jurado y su compañera de concurso, Anabel Dueñas, se encontraban en una estación de autobuses en Perú cuando un empleado del lugar les negó el acceso al autobús, argumentando que no podían subir si habían consumido alcohol.

Lo que siguió fue un intercambio surrealista.
Anabel, incrédula, se reía mientras Rocío preguntaba si la acusación iba dirigida a ella.
El trabajador insistió en que había notado que “estaba un poquito mal”, señalando directamente a Carrasco.
La tensión aumentó cuando Rocío desafió al empleado a realizar una prueba de alcoholemia en ese mismo instante.
Para sorpresa de muchos, la prueba dio negativa, confirmando que Rocío Carrasco no había consumido alcohol.

Sin embargo, este episodio no fue suficiente para apagar la polémica, sino que la avivó aún más, generando un debate intenso sobre la profesionalidad de la artista y la ética de la cadena.
Este no es el único fuego cruzado que arde en torno a Rocío Carrasco.
En paralelo, la familia y el mundo del corazón han vivido una nueva batalla verbal.
Chayo Moedano, hija de Rosa Benito, lanzó un durísimo ataque contra las periodistas Carlota Corredera y María Patiño, acusándolas de ser “falsas feministas” y “falsas periodistas”.
La controversia se originó tras la celebración pública de Chayo por la victoria judicial de Rocío Flores contra los productores de la docuserie “Rocío, contar la verdad para seguir viva”.

La sentencia condenó a estos productores por extralimitarse al revelar información sobre Rocío Flores cuando era menor de edad, imponiéndoles dos años de inhabilitación y una indemnización de 200,000 euros.
Chayo aprovechó para arremeter contra Corredera y Patiño, quienes habían apoyado el documental de Rocío Carrasco, calificándolas de “ridículas” y criticando su falta de valentía y coherencia.
Este enfrentamiento refleja la profunda división que sigue vigente en torno a la saga familiar y los medios que la cubren.
Por su parte, Rosa Benito también se sumó a la polémica, cuestionando la valentía de quienes no han respondido a citaciones judiciales relacionadas con la macrodemanda, en un claro dardo hacia Carlota Corredera.
Gloria Camila, prima de Rocío Flores, mostró su apoyo a Chayo, reforzando la sensación de que la batalla mediática está lejos de terminar.

Mientras tanto, la docuserie que causó tanto revuelo ha sido retirada de las plataformas, pero el daño ya está hecho.
Rocío Flores continúa recibiendo ataques, tanto en redes sociales como en platós televisivos, acusada de violencia vicaria, aunque muchos defienden que ella ha sido la verdadera víctima durante estos años.
En medio de todo este caos, TVE intenta mantener la calma y la profesionalidad, aunque la acusación de que Rocío Carrasco estaba borracha ha provocado un terremoto mediático.
La audiencia se divide entre quienes creen en la inocencia de la artista y quienes ven en este episodio un síntoma más de la crisis que atraviesa la televisión pública.
Los datos de audiencia también reflejan esta crisis: “Hasta el fin del mundo” ha registrado su peor cuota desde su inicio, con un 12,7% y 809,000 espectadores, mientras que Telecinco tampoco levanta cabeza con sus programas estrella.

Este escenario plantea preguntas incómodas para las cadenas: ¿hasta qué punto están dispuestas a sacrificar la verdad y la ética por el espectáculo y la audiencia? ¿Es justo que figuras públicas sean sometidas a este tipo de acusaciones sin pruebas contundentes?
En definitiva, el episodio de la supuesta embriaguez de Rocío Carrasco en TVE es solo la punta del iceberg de un conflicto mucho mayor que involucra a familias, periodistas y medios de comunicación en una guerra sin cuartel.
Mientras tanto, el público sigue expectante, esperando que la verdad salga a la luz y que los responsables rindan cuentas, porque en el mundo del corazón, como en la vida, no todo es lo que parece.
¿Será este el principio del fin para algunos o solo otro capítulo más en la telenovela interminable de la televisión española?
El tiempo lo dirá, pero una cosa queda clara: el drama está garantizado, y la audiencia, aunque cansada, no puede apartar la mirada.