¡Telecinco en crisis! Cambios radicales desatan la guerra fría entre Ana Rosa Quintana, Joaquín Prat y Patricia Pardo: “¿Reina o reina caída? El trono se tambalea”
Telecinco vive una auténtica revolución en sus horarios y formatos, y no precisamente para bien.
Los cambios recientes han provocado un malestar evidente entre sus principales rostros: Ana Rosa Quintana, Joaquín Prat y Patricia Pardo.
Lo que parecía una maniobra para salvar la audiencia se ha convertido en un terremoto interno que amenaza con desestabilizar aún más la cadena.
La gran apuesta de Telecinco es ampliar el programa matinal de Ana Rosa Quintana, que tras su paso a las tardes sufrió un fracaso estrepitoso.

Ahora, la veterana presentadora recupera protagonismo en las mañanas con un espacio que se extenderá hasta la 1:30 de la tarde, prácticamente engullendo lo que antes era el programa “Ya es mediodía” que conducía Patricia Pardo.
Esta jugada, conocida en el sector como “operación salvar a la reina”, intenta frenar la escalada de Javier Ruiz en La 1, que está ganando terreno en las mañanas con un formato más político y actual.
Sin embargo, la ampliación del programa de Ana Rosa no ha sido bien recibida por todos dentro de Telecinco.
Joaquín Prat, quien estaba cómodo y liderando en las mañanas con su programa, se ve desplazado a las tardes para sustituir a “Tardear”.
Este cambio no solo reduce su horario y visibilidad, sino que también lo pone en una posición complicada, ya que el nuevo formato de tardes promete ser una repetición de lo que ya se hacía, sin grandes novedades ni fichajes que puedan revitalizarlo.

Por si fuera poco, Patricia Pardo, que ya estaba perdiendo relevancia desde que Ana Rosa se desplazó a las tardes, ve cómo su espacio se reduce aún más y se diluye bajo la sombra de la ampliación del programa de Ana Rosa.
Su programa, ahora rebautizado y dirigido por la productora de Ana Rosa, parece condenado a convertirse en un formato más de relleno sin identidad propia.
La situación ha generado tensiones palpables.
Joaquín Prat ha expresado su malestar públicamente, dejando claro que no está contento con estos movimientos que parecen más un parche desesperado que una estrategia sólida.
Patricia Pardo, por su parte, lucha por mantener su espacio en una cadena que parece darle cada vez menos protagonismo.

La audiencia también ha reaccionado.
Ana Rosa Quintana, que en sus mejores tiempos era la reina indiscutible de las mañanas con audiencias estelares, ahora lucha por mantenerse entre las tres primeras opciones, mientras que programas de la competencia como “Espejo Público” y “Mañaneros 360” le superan día tras día.
Estos cambios se producen en un verano especialmente complicado para Telecinco, con una parrilla plagada de reposiciones y formatos que no terminan de enganchar al público.
La cadena ha cancelado varios programas y no parece tener una estrategia clara para recuperar terreno, mientras que rivales como La 1 han sabido aprovechar la actualidad política y social para atraer espectadores.
El panorama no mejora en las tardes, donde el nuevo programa de Joaquín Prat promete ser más de lo mismo: política, actualidad y algo de corazón, pero sin grandes sorpresas ni inversiones.

La sensación general es que Telecinco está apostando por fórmulas baratas y conocidas, en lugar de innovar y arriesgar.
Además, rumores sobre la posible salida de figuras como Santi Millán aumentan la incertidumbre sobre el futuro de la cadena y sus presentadores.
La falta de renovación y la dependencia de formatos antiguos están pasando factura.
En definitiva, Telecinco parece estar atrapada en un círculo vicioso: intenta salvar a su estrella Ana Rosa Quintana ampliando su programa, pero a costa de desplazar a otros presentadores que tampoco encuentran su lugar.

El resultado es una cadena fragmentada, con tensiones internas y una audiencia que cada vez mira más hacia la competencia.
La pregunta que queda en el aire es si esta “operación salvar a la reina” logrará darle un respiro a Telecinco o si simplemente acelerará su caída.
Mientras tanto, Ana Rosa, Joaquín y Patricia deberán navegar en un mar de incertidumbres, enfrentándose no solo a la competencia externa, sino también a las luchas internas que amenazan con convertir la cadena en un polvorín.
Los próximos meses serán decisivos para estos presentadores y para la propia Telecinco, que necesita urgentemente encontrar una fórmula que conecte con el público y devuelva la estabilidad a su parrilla.