¡Collina habla y destapa la verdad! ¿Por qué el Barça fue víctima de un complot arbitral en Girona? – “No quiero que un aficionado sienta que perdió por el silbato”
El arbitraje en La Liga española ha vuelto a estar en el ojo del huracán, y esta vez con una voz autorizada que no teme llamar a las cosas por su nombre.
Pier Luigi Collina, legendario árbitro italiano y actual presidente del Comité de Árbitros de la FIFA, ha emitido declaraciones contundentes sobre el controvertido partido entre Barcelona y Girona, que generó indignación entre la afición culé.
Collina comenzó recordando que el arbitraje, aunque no es infalible, debe estar absolutamente libre de favoritismos y debe mantener la coherencia en la aplicación de las reglas.
El problema, dijo, no es el error puntual, sino la repetición sistemática de decisiones contradictorias que afectan la percepción de justicia en la competición.
En este sentido, Collina señaló que la Comisión Arbitral Española debe asumir plenamente su responsabilidad y realizar análisis exhaustivos tras cada jornada para corregir las fallas y homogeneizar criterios.
El presidente del Comité de Árbitros de la FIFA revisó personalmente las jugadas polémicas del encuentro Girona-Barça, destacando dos situaciones clave: un posible penalti no señalado a favor del Barcelona y un gol anulado en la segunda parte.
Desde un punto de vista técnico, afirmó que esas acciones debieron ser revisadas con más detenimiento y que la falta de comunicación eficaz entre el árbitro principal y la sala de video contribuyó a errores difíciles de justificar.
Collina comparó estas decisiones con otras similares en partidos del Real Madrid, donde sí se aplicaron correctamente, evidenciando una clara falta de uniformidad en los criterios arbitrales.
Este doble rasero genera una sensación de injusticia que, aunque no implique mala intención, mina la confianza de jugadores, técnicos y aficionados en la imparcialidad del arbitraje.
Sobre la expulsión de Hansi Flick durante el partido, Collina consideró que la situación se pudo haber manejado mejor por ambas partes, subrayando que la expulsión debe ser la última medida tras agotar intentos de diálogo y calma.
Destacó que la protesta oficial presentada por el Barcelona tras la expulsión fue un acto profesional y legítimo, y elogió que el club haya optado por la vía formal en lugar de la ira mediática.
Collina hizo un llamado a los árbitros para que mantengan la calma y sean los árbitros quienes controlen la situación, evitando decisiones precipitadas que dañan la relación con los entrenadores y el espíritu del juego.
A su vez, pidió a los jugadores respetar a los árbitros y protestar con civilidad, evitando presiones que solo complican la labor arbitral.
También dirigió un mensaje a los medios de comunicación, instándolos a ejercer una crítica objetiva y a contribuir a un ambiente de respeto, evitando titulares incendiarios que crean un clima de miedo y tensión.
En sus palabras finales, Collina afirmó con firmeza que el fútbol es grandioso porque se basa en la justicia y la competencia limpia, y que el árbitro, aunque no es la estrella, es responsable de preservar ese espíritu.
Reconoció que cuando un club grande como el Barcelona siente que no se le aplica el mismo criterio que a otros, es una señal de alarma que debe ser atendida con seriedad.
La FIFA, aseguró, seguirá apoyando iniciativas que busquen mejorar la precisión y coherencia en las decisiones arbitrales para que los aficionados sientan que su equipo pierde por el fútbol, no por el silbato.
Este pronunciamiento de Collina llega en un momento crucial para el Barcelona, que tras una victoria ajustada contra Girona y la polémica expulsión de su entrenador Hansi Flick, busca estabilidad y justicia antes del decisivo Clásico contra el Real Madrid.
La presión sobre la Comisión Arbitral Española es ahora mayor que nunca, y la exigencia de transparencia y equidad en el arbitraje se ha convertido en un clamor unánime entre jugadores, técnicos, directivos y aficionados.
En definitiva, Collina ha puesto sobre la mesa la necesidad urgente de una revisión profunda y un cambio de actitud para evitar que el fútbol español siga perdiendo credibilidad en sus decisiones arbitrales.
El Barça y sus seguidores esperan que estas palabras no queden en un mero discurso, sino que se traduzcan en acciones concretas que garanticen justicia y respeto en el terreno de juego.
Porque, como concluyó Collina con una sonrisa cargada de significado: “No quiero ver a un aficionado sentir que su equipo perdió por el silbato. Quiero que pierda por el fútbol mismo.”
