¡Escándalo en el Bernabéu! Penalti ignorado y doble expulsión: ¿Arbitraje o robo a mano armada?
El fútbol español no deja de sorprendernos, pero no siempre para bien.
El reciente enfrentamiento entre Real Madrid y Getafe se ha convertido en un nuevo capítulo de polémicas arbitrales que levantan sospechas y desatan críticas.
Desde el inicio del partido, el Getafe mostró una estrategia defensiva sólida, consciente de que enfrentar al Madrid requiere sacrificio y orden.
Sin embargo, el equipo visitante sufrió un golpe injusto apenas en el minuto cinco: un penalti clarísimo cometido por Militao sobre Chuameni, que ni el árbitro ni el VAR quisieron señalar.

Esta jugada, que podría haber cambiado el rumbo del encuentro, fue ignorada, dejando al Getafe sin la oportunidad de abrir el marcador y presionar al gigante madrileño.
La sensación de injusticia se hizo palpable en el ambiente y entre los aficionados.
Pero la controversia no terminó ahí.
En la segunda mitad, cuando el Madrid atravesaba uno de sus peores momentos en el partido, el árbitro tomó decisiones que favorecieron claramente al equipo local.
Primero, expulsó a Niom, un jugador que acababa de ingresar, por una acción que, a juicio de muchos, no merecía ni siquiera tarjeta amarilla.

Unos minutos después, Mbappé anotó un gol decisivo tras aprovechar la superioridad numérica.
Pero lo más llamativo fue que en una jugada previa similar, donde el propio Mbappé había cometido una falta con el brazo, no recibió ninguna sanción.
La doble vara de medir era evidente.
Para colmo, a los pocos minutos, otro jugador del Getafe, Sanchis, fue expulsado por doble amarilla en una acción discutible, dejando a su equipo con nueve jugadores en los minutos finales.
Estas decisiones arbitrales, sumadas a la no señalización del penalti inicial, inclinaron la balanza de manera decisiva.
El Getafe, ya con inferioridad numérica, no pudo generar peligro y el Madrid se llevó la victoria.
La frustración no solo afecta al resultado del partido, sino que también tiene repercusiones en la competición, especialmente con el clásico a la vuelta de la esquina.
El Getafe podría haberse beneficiado de un empate para acercarse en la tabla y aliviar la presión sobre su entrenador.
Los aficionados y expertos no dudan en calificar estas jugadas como un “robo descarado”, señalando la falta de coherencia y justicia en el arbitraje.
La prensa oficial, en cambio, suele minimizar estas controversias o simplemente ignorarlas, lo que alimenta la desconfianza.

El canal de Jen Blaurana ha sido uno de los pocos en denunciar abiertamente estas irregularidades, mostrando las imágenes y analizando con detalle cada jugada polémica.
La voz crítica se alza para exigir transparencia y equidad en un deporte que debería ser justo para todos.
El debate queda abierto: ¿fue penalti?
¿Fueron justas las expulsiones?
¿Existe un sesgo evidente hacia los grandes clubes?

La respuesta parece clara para muchos, pero la justicia deportiva aún no se ha pronunciado.
Lo que sí es seguro es que estos episodios dañan la integridad del fútbol y la confianza de los seguidores, que esperan un juego limpio y decisiones arbitrales imparciales.
Con el clásico en el horizonte, la presión aumenta y la sombra de la polémica se extiende.
El fútbol español enfrenta un desafío mayúsculo para recuperar la credibilidad perdida.
Y mientras tanto, los aficionados seguirán debatiendo, indignados, preguntándose si alguna vez veremos un arbitraje realmente justo.
Porque en este juego, donde cada decisión cuenta, la justicia no puede ser un lujo, sino un derecho innegociable.