Europa Rompe el Silencio: ¿Está Pedro Sánchez al Borde de la Caída?
El Parlamento Europeo se convirtió recientemente en el epicentro de un debate demoledor que ha puesto en jaque la figura del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
Diversos eurodiputados de distintos países expresaron su profunda preocupación por el deterioro del estado de derecho en España, señalando directamente al mandatario como responsable de una crisis institucional sin precedentes.
Tomás Tobé, eurodiputado sueco, fue uno de los más contundentes en sus declaraciones.
Criticó abiertamente la impunidad que, según él, prevalece frente a los casos de corrupción bajo el mandato de Sánchez.

“El pueblo de España merece algo mejor”, afirmó con firmeza, añadiendo que en Suecia un primer ministro en una situación similar ya habría dimitido y convocado elecciones.
Su mensaje fue claro: nadie está por encima de la ley en una democracia y la “fiesta” del presidente español debe terminar.
Desde Portugal, Ana Miguel Pedro también alzó la voz para denunciar lo que considera ataques sistemáticos del gobierno de Sánchez contra el estado de derecho.
En particular, criticó la campaña de desprestigio contra la Guardia Civil, institución clave en la investigación de múltiples casos de corrupción que afectan tanto al entorno del presidente como a su familia.
Según la eurodiputada portuguesa, el Partido Socialista utiliza tácticas propias de redes mafiosas para manipular la opinión pública, una acusación que ha generado gran revuelo.
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La Comisión Europea, representada por el comisario de justicia Michael Graft, reaccionó ante estas denuncias asegurando que se investigará si España cuenta con estructuras anticorrupción suficientemente robustas para enfrentar la magnitud de las acusaciones que pesan sobre el país.
Este anuncio ha sido interpretado como un paso firme hacia una supervisión más estricta de la gestión española.
Desde Rumanía, el eurodiputado Sifrid Muresan advirtió que Sánchez busca perpetuarse en el poder debilitando aún más las instituciones democráticas.
Hizo especial énfasis en las sospechas sobre el posible uso indebido de fondos europeos, un tema que ha cobrado relevancia en las últimas semanas y que podría tener implicaciones graves para la credibilidad y estabilidad del gobierno español.
Polonia también se sumó a las críticas con Michael Wskit, quien afirmó que “llega un momento en el que el silencio se convierte en complicidad”.
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Esta frase resume la creciente intolerancia en Europa hacia lo que consideran una falta de respuestas claras y efectivas por parte del Ejecutivo español ante los escándalos que lo rodean.
Por su parte, el eurodiputado neerlandés Dirknick denunció la decadencia democrática en España, señalando el caso del fiscal general Álvaro García Ortiz como un ejemplo palpable de la degradación institucional durante el mandato de Sánchez.
Este caso ha sido objeto de controversia desde hace meses y representa, para muchos, un síntoma del deterioro del sistema judicial en el país.
Dulors Monserrat, secretaria general del Partido Popular Europeo, fue quizás la voz más crítica y directa.
Definió a Pedro Sánchez como “el jefe de una red de poder, dinero y silencios” que involucra a altos cargos públicos y a su propia familia.

Recordó además episodios polémicos como el amaño de las primarias del Partido Socialista, los escándalos vinculados a Ávalos, y denuncias que incluyen a su hermano, su esposa, el fiscal general y las llamadas “cloacas” del Estado.
“Esto se llama corrupción de estado”, sentenció con contundencia.
La acumulación de pruebas y sospechas judiciales ha multiplicado la presión sobre Sánchez en Bruselas.
La Unión Europea ha dejado claro que no tolerará más dilaciones ni encubrimientos ante una crisis institucional que amenaza con desestabilizar a España.
La exigencia de dimisión inmediata del presidente se ha convertido en un clamor internacional, reflejando la gravedad de la situación.

Este escenario plantea un momento crítico para la política española.
La imagen del país en Europa y en el mundo está en juego, y la respuesta del gobierno será decisiva para determinar si logra recuperar la confianza o si se precipita hacia un colapso institucional.
En conclusión, la contundente llamada desde el Parlamento Europeo representa un punto de inflexión.
Pedro Sánchez enfrenta no solo críticas internas, sino una condena pública a nivel continental que podría marcar el inicio de su caída política.
España, mientras tanto, observa expectante cómo se desarrollan los acontecimientos que definirán su futuro democrático.