El reciente estreno de Elisa Beristain en su nuevo canal, “Beris Time”, ha sido objeto de críticas y comparaciones desfavorables con su competidor Javier Ceriani.
En un día marcado por la investidura de Donald Trump, Beristain esperaba captar la atención del público, pero los resultados fueron decepcionantes.
Mientras Ceriani lograba atraer a alrededor de 15,000 espectadores, Beristain apenas alcanzó las 2,000, lo que plantea serias preguntas sobre su capacidad para competir en el mundo del entretenimiento digital.
Desde el inicio de su programa, Beristain se mostró nerviosa y su presentación fue considerada regular.
Aunque el set estaba bien diseñado y contaba con una producción cuidada, muchos espectadores sintieron que la falta de humildad y autenticidad de la presentadora perjudicó el ambiente del programa.
A pesar de que su compañero, Juan Alberto Santos, intentó aportar contenido exclusivo, el enfoque general del programa no resonó con la audiencia.
Uno de los principales problemas que enfrentó Beristain fue su discurso sobre su pasado y su entorno.
Afirmó haber salido de un contexto humilde, pero sus comentarios fueron percibidos como arrogantes, lo que generó un rechazo inmediato en las redes sociales.
Los espectadores esperaban una conexión más genuina, pero en cambio, se encontraron con una presentación que parecía más un espectáculo de ostentación que una verdadera conversación.
A pesar de las críticas, Beristain intentó abordar la competencia con Ceriani, quien había recibido saludos de celebridades y había logrado un impacto considerable en su audiencia.
En un intento por desviar la atención de las comparaciones, Beristain mencionó que Ceriani no había dicho nada relevante sobre ella, lo que no hizo más que resaltar la falta de contenido sustancial en su propio programa.
El formato del programa también fue cuestionado.
Con una duración de más de dos horas, muchos espectadores se sintieron abrumados por la cantidad de anuncios y patrocinadores que interrumpían el flujo de la conversación.
La presencia de múltiples patrocinadores, cada uno con segmentos prolongados, resultó en una experiencia de visualización fragmentada y poco atractiva.
La idea de mezclar chismes con promociones comerciales no fue bien recibida, y muchos de los espectadores abandonaron el programa antes de que concluyera.
Además, el programa no logró establecer una identidad clara.
A pesar de que Beristain intentó traer a “ricas y famosas latinas” como parte de su contenido, la falta de un enfoque coherente dejó a la audiencia confundida.
Muchos esperaban un programa de chismes ligero y entretenido, pero lo que recibieron fue una mezcla de temas que no se sentían conectados.
La comparación constante con Ceriani también fue un tema recurrente.
Mientras que Ceriani tenía un estilo más desenfadado y espontáneo, Beristain parecía seguir un guion rígido que limitaba su capacidad para interactuar con la audiencia de manera efectiva.
Por otro lado, el programa de Ceriani se destacó por su humor y su capacidad para conectar con el público.
A pesar de que también enfrentó críticas, su enfoque más ligero y su habilidad para abordar temas controversiales de manera divertida le permitieron mantener el interés de su audiencia.
La diferencia en la presentación y el contenido fue evidente y contribuyó a la disparidad en las cifras de visualización.
El futuro de “Beris Time” está en la cuerda floja.
Las críticas han sido duras y la audiencia parece haber tomado una decisión clara sobre qué programa prefieren.
Beristain necesita reevaluar su enfoque y encontrar una manera de conectar genuinamente con su audiencia si desea tener éxito en un espacio tan competitivo como el de los medios digitales.
Sin embargo, no todo está perdido para Beristain.
La experiencia de este primer programa puede servir como un aprendizaje valioso.
Si logra adaptarse y encontrar su voz auténtica, podría tener la oportunidad de atraer a más espectadores en el futuro.
La clave estará en su capacidad para escuchar las críticas y ajustar su contenido de acuerdo a lo que realmente quiere su audiencia.
En conclusión, el estreno de Elisa Beristain en su nuevo canal ha sido un fracaso notable, marcado por la falta de conexión con la audiencia y una presentación que no logró resonar.
La competencia con Javier Ceriani ha puesto de relieve sus debilidades y la necesidad de una reinvención.
Con el tiempo y el enfoque adecuado, Beristain podría encontrar su lugar en el mundo del entretenimiento digital, pero por ahora, las cifras hablan por sí solas.
La audiencia ha tomado su decisión, y será interesante ver cómo evoluciona “Beris Time” en los próximos meses.
