Revelación explosiva: Isabel Pardo de Vera acusa a Félix Bolaños de encubrimiento en el caso Coldo
Isabel Pardo de Vera ha decidido tirar de la manta y dinamitar el relato oficial que hasta ahora defendía Moncloa sobre el caso Coldo.
La ex presidenta de ADIF ha confesado en su entorno cercano que en 2020 alertó personalmente a Félix Bolaños, actual ministro de Justicia, sobre las presiones ejercidas por Coldo García para favorecer a determinadas empresas amigas.
Según Pardo de Vera, mientras José Luis Ávalos, entonces ministro, hacía la vista gorda, Coldo García actuaba con total impunidad, entrando en su despacho como si fuera suyo.
Usaba el nombre de Pedro Sánchez y de Ávalos para justificar sus maniobras y presionaba para que se adjudicaran contratos a empresas aliadas, bajo la amenaza de que si el Partido Socialista se debilitaba, perderían votos.

Este testimonio contradice frontalmente la versión oficial que sostiene que Pedro Sánchez no tuvo conocimiento del caso hasta que la Unidad Central Operativa (UCO) intervino en 2024.
La expresidenta ha relatado con claridad que Coldo García era un personaje molesto y descarado que se inmiscuyó en el ministerio con total libertad, utilizando su influencia para manipular adjudicaciones.
Pardo de Vera ha asegurado que elevó sus quejas directamente a Ávalos, quien sin embargo se hacía el desentendido, mientras que Coldo parecía estar al tanto de todo, recordándole que “José y yo somos la misma persona”.
Aunque la ex presidenta no ha visto mordidas directamente, ha afirmado que el ministerio estaba plagado de contratistas que intentaban colarse en las adjudicaciones a través de Coldo.
Lo más grave es que Isabel Pardo de Vera sostiene que Félix Bolaños estaba plenamente informado de estas irregularidades y que no puede fingir sorpresa, como pretende Moncloa.

Ha revelado que Bolaños incluso le pidió un café en Moncloa para tantearla políticamente, y en ese encuentro le confesó que la situación con Coldo era un auténtico circo que faltaba al respeto a la institución.
Meses después de estas conversaciones, José Luis Ávalos fue cesado y Pardo de Vera nombrada secretaria de Estado, lo que sugiere que sus denuncias pudieron influir en ese relevo ministerial.
Si se confirman los registros de visitas, mensajes y correos electrónicos, la versión oficial de que Sánchez desconocía el caso hasta 2024 quedaría completamente desmontada.
Este escenario plantea la posibilidad de un delito de encubrimiento por parte de altos cargos del gobierno, incluyendo al propio Bolaños.
Isabel Pardo de Vera se prepara ahora para testificar ante el juez, dejando claro que ella advirtió sobre las irregularidades hace casi cuatro años mientras, según denuncia, en Moncloa preferían mirar para otro lado con tal de mantener el poder.

Las palabras de Pardo de Vera podrían derribar el relato construido por Pedro Sánchez y convertir el caso Coldo en un escándalo aún mayor, atrapando al núcleo duro del gobierno en una red de mentiras y ocultamientos.
Este nuevo capítulo añade presión sobre el ejecutivo, que ya enfrenta críticas por la gestión de la justicia y la transparencia.
La credibilidad del presidente y su equipo está en juego, mientras la opinión pública exige respuestas claras y responsabilidades.
El caso Coldo, que inicialmente parecía un asunto interno de corrupción administrativa, ha escalado hasta convertirse en un conflicto político de gran envergadura, con posibles implicaciones legales para varios miembros del gobierno.
La declaración de Pardo de Vera también pone de manifiesto la complejidad y profundidad de las irregularidades en el Ministerio de Transportes y en ADIF durante los últimos años, revelando un entramado de presiones y favoritismos que afectan la confianza en las instituciones públicas.

Mientras la investigación judicial avanza, la sociedad española observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos y qué consecuencias tendrán para quienes ocupan cargos de responsabilidad.
En definitiva, la confesión de Isabel Pardo de Vera representa un punto de inflexión en el caso Coldo, que podría desencadenar una crisis política sin precedentes y forzar cambios significativos en el gobierno de Pedro Sánchez.
El futuro inmediato dependerá de la capacidad de las instituciones para esclarecer los hechos y aplicar la justicia con rigor, así como de la reacción política ante este duro golpe a la gestión pública.
El escenario está abierto y las próximas semanas serán decisivas para determinar si el ejecutivo logra superar esta tormenta o si, por el contrario, se profundiza la desconfianza y el desgaste político.
Lo que está claro es que, con esta revelación, la sombra del caso Coldo se extiende más allá de las oficinas ministeriales y amenaza con salpicar a los más altos niveles del poder en España.