¡Penalti o teatro? El Comité Español de Árbitros defiende lo indefendible y deja al Sevilla sin voz: “¿Justicia o circo?”
El Comité Técnico de Árbitros (CTA), dependiente de la Federación Española de Fútbol, ha emitido un comunicado oficial que ha provocado un terremoto en el mundo del fútbol español.
En él, el organismo defiende la actuación del árbitro Muñiz Ruiz durante el partido entre Barcelona y Sevilla, un encuentro que terminó con un marcador de 4-1 favorable a los sevillistas pero marcado por decisiones arbitrales que dejaron a más de uno con la boca abierta.
El foco de la polémica gira en torno a dos jugadas cruciales: el penalti señalado a favor del Sevilla tras una acción con Ronald Araújo y la falta no pitada sobre Jules Koundé que, según muchos, pudo haber cambiado el rumbo del partido.
El CTA, tras analizar minuciosamente las imágenes y escuchar las grabaciones entre el árbitro y la sala VAR, concluyó que la sanción del penalti fue correcta, basándose en el contacto físico dentro del área.

No obstante, reconocieron que la jugada no era completamente clara y que podría considerarse un contacto natural dentro del juego.
Esta ambigüedad no ha calmado los ánimos.
De hecho, ha avivado la controversia porque, mientras el penalti fue sancionado, la falta sobre Koundé, que parecía más evidente para muchos expertos, pasó desapercibida para el trío arbitral y el VAR.
Mateu Laos, exárbitro y actual analista arbitral, fue contundente al describir la jugada de Araújo como “el salto del salmón”, una acción extremadamente peligrosa por parte del jugador sevillista.
Sin embargo, Laos también sugirió que el penalti no merecía ser sancionado con tanta severidad, poniendo en duda la interpretación del árbitro.

El comunicado del CTA no eludió la autocrítica.
Admitieron que hubo una clara falta de comunicación entre el árbitro de campo y la sala VAR en la jugada que derivó en el segundo gol del Sevilla, donde se produjo una posible falta sobre un jugador del Barcelona que no fue revisada ni sancionada.
Este reconocimiento de errores, aunque escaso, no ha sido suficiente para calmar las críticas.
La cuenta especializada Archivo VAR calificó la actuación de Muñiz Ruiz como “catastrófica”, y numerosos aficionados y expertos han expresado su descontento en redes sociales, acusando al CTA de proteger a sus árbitros y de no ser lo suficientemente transparentes.
El presidente del Sevilla FC fue uno de los primeros en manifestar su descontento públicamente, calificando la defensa del comité como “una burla para la justicia deportiva” y advirtiendo que estas decisiones dañan la credibilidad de la competición.

Por otro lado, el Barcelona, aunque derrotado, ha recibido cierto consuelo con la postura del comité, que aseguró su compromiso con la justicia y la transparencia.
El club blaugrana confía en que estas medidas ayuden a garantizar un arbitraje más justo en futuras jornadas.
El CTA también anunció que se reunirá próximamente con el equipo arbitral para elaborar un informe detallado que será remitido a la Federación Española de Fútbol.
Las posibles sanciones incluyen desde la reducción de la calificación técnica hasta la exclusión temporal de Muñiz Ruiz de partidos de alto nivel.
Este episodio ha reabierto el debate sobre la efectividad del VAR y la coordinación entre los árbitros de campo y la sala de video.

La presión mediática y la intensidad de partidos como Barcelona-Sevilla hacen que la labor arbitral sea extremadamente compleja, pero también indispensable para la integridad del deporte.
Mientras tanto, la afición y los medios siguen divididos.
Algunos defienden la dificultad del arbitraje y la necesidad de aceptar errores humanos.
Otros exigen una revisión profunda del sistema y mayor transparencia para evitar que decisiones polémicas sigan empañando la competición.
En definitiva, el penalti de Araújo y la falta no pitada a Koundé quedarán como un capítulo más en la larga historia de controversias arbitrales en La Liga.

El CTA asegura que estos errores no quedarán impunes y que continuarán trabajando para recuperar la confianza de clubes y aficionados.
Pero, en el fondo, queda la pregunta que nadie quiere responder claramente: ¿es realmente posible un arbitraje impecable en partidos de tanta presión o siempre habrá un “salto del salmón” que termine decidiendo el destino del balón?
Porque, al final, como bien ironizan los hinchas: “Si el árbitro no pita, no es falta; y si pita, es porque le conviene”.
Y así sigue el show del fútbol, donde el drama no solo está en el campo, sino también en la sala de arbitraje.