“SE ESTÁ MURIENDO”: La Casa Real en shock, Doña Sofía al límite y Letizia fría como el hielo — ¿El fin de un linaje?
El verano de 2025 está marcado por una sombra inquietante que se cierne sobre la Casa Real española.
La noticia que ha conmocionado a la opinión pública y a los medios de comunicación es el grave estado de salud de Irene de Grecia, conocida cariñosamente como “la tía Pecu”, hermana de la reina emérita Doña Sofía.
Su delicado estado ha encendido todas las alarmas dentro del palacio y ha puesto en alerta máxima a toda la familia.
Desde hace meses circulan rumores sobre el posible Alzheimer y otros problemas degenerativos que aquejan a la tía Pecu.

Sin embargo, la Casa Real ha mantenido un silencio casi absoluto, alimentando la especulación y la preocupación generalizada.
Ahora, la situación parece haber alcanzado un punto crítico, con medios de comunicación de renombre como La Razón, OK Diario y la revista Semana confirmando que la salud de Irene está pendiendo de un hilo.
La reina emérita Doña Sofía, profundamente unida a su hermana, se encuentra al límite emocional.
Se dice que no se separa de ella ni un instante, consciente de que podría estar enfrentando un desenlace fatal.
La relación entre ambas ha sido mucho más que un simple vínculo familiar; la tía Pecu ha sido una confidente y apoyo incondicional en los momentos más oscuros que ha vivido Doña Sofía, especialmente durante las crisis que han marcado la historia reciente de la monarquía.

Esta preocupación ha provocado movimientos urgentes dentro de la familia.
La infanta Cristina, que estaba disfrutando de sus vacaciones con sus hijos, ha interrumpido sus planes y se ha desplazado de inmediato para estar al lado de su tía enferma.
Por su parte, Felipe VI, que se encontraba participando en las regatas en Mallorca, ha sido alertado de la gravedad de la situación y estaría dispuesto a cancelar sus compromisos para regresar si la salud de Irene empeora.
Lo que añade un matiz dramático a esta crisis es la ausencia notable de la reina Letizia, esposa de Felipe VI.
A pesar de la gravedad del momento, Letizia ha mantenido una distancia fría y distante con la familia de Doña Sofía y Juan Carlos I.

Según reportes, no ha mostrado interés en acercarse a la tía Pecu ni en compartir el dolor que atraviesa la familia, lo que ha generado críticas y comentarios sobre su actitud poco empática.
Este distanciamiento no es nuevo, pero en momentos tan delicados resulta especialmente llamativo.
Mientras Doña Sofía y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, mantienen una conexión afectuosa con la tía Pecu, Letizia parece aislarse, priorizando su vida normal y evitando el drama familiar.
Esta postura ha sido interpretada como una falta de solidaridad y empatía, aumentando la tensión interna en la Casa Real.
La incertidumbre también rodea el posible traslado de Irene de Grecia a su país natal para pasar sus últimos días.

Aunque algunos medios sugieren que podría viajar a Grecia, la realidad es que su estado físico no parece permitir un desplazamiento tan exigente.
Esto añade un halo de misterio y preocupación sobre las decisiones que la familia deberá tomar en las próximas horas o días.
En medio de esta crisis, la Casa Real intenta mantener la discreción y evitar que los rumores se descontrolen.
Sin embargo, la magnitud del problema y la repercusión mediática hacen que sea imposible ocultar la realidad.
La salud de la tía Pecu no solo afecta a Doña Sofía, sino que también tiene un impacto emocional profundo en Felipe VI, quien sabe que cualquier noticia negativa podría afectar gravemente a su madre.
Además, la situación ha trastocado las tradicionales vacaciones en Mallorca, donde la familia real suele reunirse.
Este año, la ausencia de Doña Sofía en Marivent y la posible interrupción de las vacaciones de Felipe VI reflejan la gravedad de la situación.
La Casa Real se enfrenta a un momento de vulnerabilidad que podría marcar un antes y un después en su historia reciente.
No menos importante es el efecto que esta tragedia podría tener en las jóvenes Leonor y Sofía, quienes, con apenas 18 y 19 años, respectivamente, podrían verse enfrentadas a una pérdida dolorosa y a la responsabilidad de asumir un papel más activo dentro de la familia y la institución.
El impacto emocional para ellas sería enorme, y la prensa ya especula sobre cómo este duro golpe afectará su futuro.

En definitiva, la Casa Real española atraviesa una de sus etapas más difíciles.
La salud de la tía Pecu, la preocupación de Doña Sofía, la movilización de la infanta Cristina y la actitud distante de Letizia configuran un cuadro dramático que trasciende lo privado y pone en jaque la imagen pública de la monarquía.
Solo el tiempo dirá cómo evolucionará esta crisis familiar y qué repercusiones tendrá en la estabilidad y el futuro de la Corona española.
Por ahora, la palabra que domina el ambiente es incertidumbre, y el país entero observa con atención y respeto este delicado capítulo que podría marcar un antes y un después en la historia de los Borbones.