La Fiscalía General del Estado de Michoacán confirmó este 6 de noviembre la identidad del autor material del asesinato de Carlos Alberto Manzo Rodríguez, alcalde de Uruapan.

Se trata de Víctor Manuel Ubaldo Vidales, un adolescente de apenas 17 años originario del municipio de Paracho.
El joven fue abatido en el lugar de los hechos tras disparar contra el edil durante el Festival de las Velas el 1 de noviembre.
Su cuerpo fue reclamado por familiares el 5 de noviembre, quienes revelaron que se había ausentado de su hogar una semana antes.
La prueba de rodizonato de sodio aplicada al cadáver resultó positiva, confirmando que accionó el arma.
Además, análisis toxicológicos detectaron metanfetaminas en su organismo, información ratificada por sus parientes.

El fiscal Carlos Torres Piña detalló que el menor presentaba adicción a esta droga.
Estas revelaciones han generado conmoción en Michoacán y más allá.
El crimen ocurrió alrededor de las 20:10 horas en la Plaza de los Mártires de Uruapan.
Manzo caminaba con su hijo Dylan de 4 años en brazos cuando Víctor Manuel se acercó y disparó siete veces a quemarropa.
El alcalde recibió impactos en tórax y abdomen, falleciendo en un hospital local pese a los esfuerzos médicos.
A pesar de contar con 24 escoltas, el atacante burló la seguridad y fue neutralizado por el equipo de protección.
Inicialmente circuló el nombre de Osvaldo Gutiérrez Vázquez como posible responsable, pero fue desmentido.

La identificación oficial corrige versiones previas y enfoca la investigación en redes criminales.
Torres Piña enfatizó que participaron al menos dos personas más.
El arma, una pistola 9 mm, se vincula a dos ataques previos en Uruapan: uno el 16 de octubre en colonia Tierra y Libertad, con dos muertos, y otro el 23 de octubre en bar La Gran Parada.
Ambos relacionados con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Víctor Manuel Ubaldo Vidales, conocido en algunos círculos como “El Cuate”, era vecino de Paracho, municipio purépecha famoso por su artesanía en guitarras.
Familiares lo describieron como un joven con problemas de adicción que lo alejaron del hogar.
Su reclutamiento por grupos delictivos resalta el drama de menores explotados por el narco en Michoacán.

El fiscal no descartó nexos directos con el CJNG, que disputa la región aguacatera con Cárteles Unidos y La Familia Michoacana.
Uruapan es epicentro de extorsiones a productores de aguacate, con “cobro de piso” que asfixia la economía local.
Manzo había denunciado estas prácticas y exigido refuerzos federales, ignorados según sus palabras previas.
Su independencia política y victoria sobre Morena en 2024 lo convirtieron en blanco.
El asesinato de un menor como sicario ilustra cómo el crimen organizado usa a adolescentes descartables.
La viuda Grecia Quiroz asumió la alcaldía el 5 de noviembre ante el Congreso estatal.
Custodiada por 400 elementos federales, juró continuar el legado de su esposo.
“No tengo miedo porque ya perdí todo”, declaró entre lágrimas.

Exigió auditorías a contratos de seguridad y bitácoras del festival.
Su toma de protesta coincidió con la identificación del sicario.
Quiroz se reunió con la presidenta Claudia Sheinbaum, quien prometió intervención directa.
El Movimiento del Sombrero crece, con marchas de miles exigiendo justicia.
Protestas en Morelia y Apatzingán quemaron palacios municipales.
El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla fue abucheado en el funeral.
Quiroz emergió como símbolo de resistencia, prometiendo transparentar y combatir extorsiones.

Este crimen es el séptimo alcalde asesinado en Michoacán durante el gobierno de Ramírez Bedolla.
Manzo advirtió su destino: cárcel, muerte o éxito en la lucha.
Eligió confrontar, capturando operadores como “El Rino” del CJNG.
Su muerte expone infiltración criminal en estructuras locales.
El CJNG opera con sicarios kamikaze, muchos menores drogados para misiones suicidas.
Víctor Manuel encaja en este perfil: adicto, reclutado, usado y eliminado.
El rodizonato positivo y toxicológicos lo confirman como ejecutor.
Pero la investigación busca autores intelectuales.

Avances periciales apuntan a más implicados, posiblemente con protección institucional.
El arma vinculada a otros homicidios refuerza la pista del CJNG.
La identificación de un menor como sicario abre debate nacional sobre reclutamiento infantil por cárteles.
En Michoacán, Tierra Caliente es semillero de halcones y pistoleros desde los 14 años.
Programas sociales federales no han frenado esta captación.
Víctor Manuel tenía 10 años cuando inició la 4T; a los 17 ya era asesino.
Su adicción a metanfetaminas facilitó el control criminal.
Familiares lo perdieron una semana antes, tiempo suficiente para indoctrinación.
El caso recuerda otros: sicarios de 15-18 años en ejecuciones de alto perfil.
Grecia Quiroz pidió compasión por la madre del joven, humanizando la tragedia.
Dylan Manzo crecerá sin padre; la familia de Víctor sin hijo.
Dos madres enlutadas por la misma violencia.
La revelación no cierra el caso, lo complica.
Torres Piña insiste en múltiples participantes y nexos con delincuencia organizada.
Omar García Harfuch, secretario federal de Seguridad, visitará Uruapan por petición de Quiroz.
El Plan Michoacán por la Paz promete inteligencia, refuerzos y atención a causas.
Pero críticas abundan: siete alcaldes muertos en tres años cuestionan eficacia.
Manzo pidió ayuda seis veces, ignorada por bloqueos estatales.
Su independencia molestó; ganó con 66% contra Morena.
El CJNG castiga desafiantes.
Víctor Manuel fue herramienta descartable en esa venganza.
Justicia plena exige capturar mandos medios e intelectuales.
Uruapan clama fin a la impunidad; el sombrero multiplica en cabezas indignadas.