Después de meses de especulación, rumores y silencios que mantenían en vilo al público, Angélica Vale finalmente confirmó lo que muchos temían.

Su matrimonio con el productor y ejecutivo de televisión, Oto Padrón, llegó oficialmente a su fin.
La noticia cayó como una bomba en el mundo del espectáculo latino, donde la actriz era considerada un ejemplo de estabilidad y familia.
Según información confirmada por fuentes cercanas y documentos legales presentados ante la Corte Superior de los Ángeles, el proceso de divorcio fue iniciado a comienzos de noviembre, poniendo punto final a una historia de amor de más de 14 años.
Sí, estamos en proceso de divorcio.
Es una decisión dolorosa, pero necesaria.
Siempre habrá cariño, respeto y agradecimiento.

Expreso vale en declaraciones recientes, visiblemente afectada, pero firme en su decisión.
Angélica Vale y Oto Padrón se casaron en febrero de 2011 en una emotiva ceremonia que fue seguida por miles de fanáticos.
Desde entonces formaron una familia con dos hijos y siempre se mostraron unidos y cómplices, tanto en lo personal como en lo profesional.
Sin embargo, no todo fue tan perfecto como parecía.
En los últimos años, la distancia se volvió un factor determinante.
Mientras Angélica desarrollaba proyectos en México, Oto permanecía gran parte del tiempo en Estados Unidos por cuestiones laborales.

A pesar de los esfuerzos por mantener la relación, las agendas y los compromisos terminaron desgastando el vínculo.
Nos dimos cuenta de que estábamos más tiempo separados que juntos.
Y aunque lo intentamos, la vida nos fue llevando por caminos distintos.
Habría confesado una fuente cercana a la pareja.
Angélica, quien siempre ha sido reservada respecto a su vida privada, optó por hablar solo cuando el proceso legal ya estaba en marcha.
Personas de su entorno aseguran que la separación se dio en buenos términos y que ambos priorizan el bienestar de sus hijos, quienes siguen siendo el centro de su vida.

No hay traiciones, ni escándalos ni terceras personas.
Simplemente llegamos a un punto en el que entendimos que el amor también significa dejar ir, habría declarado la actriz con madurez y serenidad.
Durante meses, las redes sociales notaron un cambio en el comportamiento de Angélica, quien dejó de publicar fotos junto a su esposo y comenzó a compartir mensajes reflexivos sobre la familia, la independencia y los nuevos comienzos.
Los rumores de crisis no tardaron en surgir, pero ella prefirió mantener silencio hasta que todo estuviera claro.
Aún así, la noticia del divorcio ha causado un enorme revuelo, especialmente porque Angélica Vale es una figura profundamente querida por el público latino.

Muchos la recuerdan como la entrañable Leti, de la fea más bella, la mujer que se ganó el corazón de millones por su autenticidad, talento y sentido del humor.
Hoy, sin embargo, la actriz muestra una nueva faceta, la de una mujer fuerte que no teme reinventarse ni comenzar de nuevo, incluso cuando el corazón se rompe.
Angélica y Oto, pese a su separación, mantienen comunicación constante y un acuerdo de convivencia saludable por el bien de sus hijos.
Seguiremos siendo familia, tal vez de otra forma, pero siempre familia”, expresó la actriz, dejando claro que entre ambos existe un profundo cariño y respeto.
Con más de cuatro décadas de carrera, Angélica Vale ha demostrado que la fama no la ha blindado del dolor, pero si la ha convertido en una mujer resiliente que enfrenta los golpes de la vida con entereza.

La actriz se prepara ahora para una nueva etapa profesional y personal, centrada en sus hijos y en proyectos que la mantienen conectada con el público que la ha acompañado desde su infancia.
Siempre he dicho que mi vida es una novela y como toda novela tiene capítulos que duelen, pero también finales que te permiten volver a empezar, concluyó con una sonrisa nostálgica.