La vida de Amparo Rivelles estuvo marcada por una serie de tragedias y decisiones personales que la definieron tanto en su carrera como en su vida privada.
Una de las desgracias más profundas que sufrió fue la muerte de su nieta, también llamada Amparo, quien falleció a los 8 años debido a lupus eritomatoso.
A pesar de que la actriz hizo todo lo posible por brindarle los mejores tratamientos en Estados Unidos, esta pérdida representó un golpe devastador en su vida.
En varias entrevistas, Rivelles expresó su dolor, afirmando que “daría toda mi fortuna y hasta mi vida por salvar a mi nieta”.
Este trágico evento no solo marcó su vida emocionalmente, sino que también contribuyó a su retiro obligado del escenario debido a la osteoporosis que padecía.
María Amparo Rivelles Ladrón de Guevara nació el 11 de febrero de 1925 en Madrid, España.
A lo largo de su carrera, se convirtió en una figura emblemática en el mundo del teatro, la televisión y el cine.
A pesar de su fama y éxito, Amparo siempre mantuvo un perfil bajo en lo que respecta a su vida personal.
Nunca reveló el nombre del padre de su hija, y prefería no hablar de sus relaciones amorosas.
Cuando se le cuestionaba sobre su vida sentimental, respondía con una frase que se convirtió en su lema: “No me arrepiento de haber permanecido soltera”.
Esta discreción la hizo aún más intrigante para sus seguidores y la prensa.
Aunque Rivelles tuvo varios novios y amantes, su relación más significativa fue con Alfredo Mayo, un galán de la época.
A pesar de que estaban a punto de casarse, Amparo decidió cancelar la boda cinco días antes del enlace.
La presión de su madre, la también actriz María Fernanda Ladrón de Guevara, jugó un papel fundamental en esta decisión.
Amparo justificó su elección diciendo que no quería casarse tan joven y que temía los celos que podría sentir al lado de un hombre tan guapo como Alfredo.
Esta decisión dejó una marca en su vida, y aunque nunca se casó, Amparo siempre recordaba a Alfredo con cariño.
La maternidad fue otro aspecto crucial en la vida de Amparo.
A principios de los años 50, enfrentó la maternidad en solitario al dar a luz a su hija María Fernanda.
Esta decisión la llevó a convertirse en madre soltera, una situación poco común en aquella época.
María Fernanda le dio dos nietos, y uno de ellos, su nieta Amparo, fue la que falleció a causa del lupus.
Este dolor se sumó a las dificultades que enfrentó a lo largo de su vida, pero también fortaleció su relación con su madre, quien fue su apoyo incondicional durante esos momentos difíciles.
A lo largo de su vida, Amparo Rivelles tuvo diversos romances ocultos, y se rumoró que tuvo una relación con un personaje cercano al presidente López Portillo.
A pesar de que esta relación causó un escándalo en la sociedad de la época, Amparo se mostró indiferente ante las habladurías y vivió su amor con pasión.
Sin embargo, la ruptura de esta relación fue un duro golpe para ella, lo que la llevó a regresar a Madrid después de casi un cuarto de siglo viviendo en el extranjero.
Desde entonces, se centró en su carrera y en sus seres queridos, dejando atrás los escándalos.
Amparo Rivelles se retiró de los escenarios en 2006, debido a la osteoporosis que la aquejaba.
A pesar de su ausencia en el mundo del espectáculo, su legado perdura.
Falleció el 7 de noviembre de 2013 en Madrid a los 88 años.
Sus restos descansan en el lote de actores de la ciudad de México, un lugar que representa su conexión con el mundo del arte y su trayectoria.
Amparo dejó un legado imborrable en la cultura española, siendo recordada no solo por su talento, sino también por su vida llena de desafíos, amores y tragedias.
Su historia es un testimonio de la fortaleza de una mujer que, a pesar de las adversidades, supo mantenerse fiel a sí misma y a su arte.