Benny Mardones, conocido por su icónica canción “Into the Night”, nació el 9 de noviembre de 1946 en Cleveland, Ohio.
Desde muy joven, mostró un gran interés por la música, influenciado por la actuación de Elvis Presley en el programa de Ed Sullivan.
Sin embargo, su vida estuvo marcada por la tragedia y la búsqueda de su padre, Rubén Mardones, quien lo abandonó cuando Benny era un bebé.
Esta revelación llegó a él a los 14 años, cuando su abuela le confesó la verdad sobre su padre.
Este descubrimiento lo sumió en una profunda depresión, mientras que su madre se había casado con un hombre violento.
Para escapar de su situación familiar, se enlistó en la Marina y sirvió en la guerra de Vietnam, donde sufrió graves heridas que lo llevaron a un hospital en Boston.
Tras recuperarse de sus heridas, Benny decidió dedicarse por completo a la música.
Se mudó a Nueva York, donde intentó formar parte de varias bandas, pero no fue hasta que conoció a Joel Diamond, un productor de CBS, que comenzó a ver un camino hacia el éxito.
A pesar de varios fracasos iniciales, Benny persistió y finalmente tuvo la oportunidad de grabar su primer álbum.
Durante este tiempo, también continuó buscando a su padre, revisando guías telefónicas en cada ciudad que visitaba, pero sin éxito.
Sin embargo, el destino le tenía preparado un encuentro sorprendente que cambiaría su vida.
En 1969, mientras cenaba con su novia en un restaurante de Washington, escuchó el nombre de su padre mencionado por unos hombres en la mesa de al lado.
Su novia, intrigada, se acercó para preguntar y descubrió que aquellos hombres tenían negocios con Rubén Mardones.
Esta coincidencia llevó a Benny a reunirse con su padre a los 22 años.
El encuentro fue emotivo y lleno de reconciliación, ya que Benny no le reprochó nada y establecieron un vínculo fuerte.
Durante ese tiempo, Benny también conoció a sus medio hermanos, quienes lo recibieron con los brazos abiertos.
Esta relación familiar le brindó un sentido de pertenencia que había estado buscando durante tanto tiempo.
Con su carrera musical en marcha y su vida personal estabilizada, Benny comenzó a ganar reconocimiento.
En 1980, escribió “Into the Night”, una canción que se inspiró en una joven puertorriqueña llamada Heidi.
Aunque al principio la canción enfrentó resistencia por su temática, pronto se convirtió en un gran éxito, alcanzando el puesto 11 en la lista Billboard.
La fama trajo consigo no solo reconocimiento, sino también excesos.
Benny comenzó a luchar contra el alcoholismo y la adicción a las drogas, lo que llevó a su vida personal y profesional a un camino oscuro.
A pesar de sus problemas, el éxito de “Into the Night” lo catapultó a la fama, convirtiéndolo en una estrella.
A finales de los años 80, Benny intentó recuperar su carrera tras superar sus adicciones.
Sin embargo, aunque lanzó varios álbumes, nunca logró alcanzar el mismo nivel de éxito que había tenido con “Into the Night”.
En 1989, su canción resurgió en popularidad gracias a las emisoras de radio que la volvieron a programar, llevándola de nuevo a las listas de éxitos.
A pesar de los altibajos en su carrera, Benny continuó actuando y grabando, y compartió escenario con leyendas de la música.
Sin embargo, en 2002 fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson, lo que limitó sus presentaciones y grabaciones.
A lo largo de su vida, Benny Mardones dejó un legado musical imborrable.
Su historia es un testimonio de resiliencia y perseverancia, mostrando que, a pesar de las adversidades, siempre hay espacio para la redención y el cambio.
Benny falleció el 29 de junio de 2020, pero su música y su mensaje perduran.
Su deseo de donar su cuerpo a la ciencia para ayudar a otros refleja su carácter generoso y su compromiso con el bienestar de los demás.
La vida de Benny Mardones nos enseña que, aunque enfrentemos desafíos, siempre podemos encontrar la fuerza para superarlos y dejar una huella positiva en el mundo.