
Roberto Guzmán Garza, conocido popularmente como “El Flaco Guzmán”, nació el 9 de noviembre de 1936 en Saltillo, Coahuila, México.
Desde joven, mostró un gran interés por el arte y la actuación, lo que lo llevó a ingresar a la industria del entretenimiento como bailarín.
Su debut en la pantalla grande ocurrió en 1956 con la película “La locura del rock and roll”.
A lo largo de los años, Guzmán se convirtió en un rostro familiar en el cine mexicano, destacándose en una variedad de géneros, especialmente en el cine de ficheras, que era popular en los años 70.
Aunque comenzó su carrera como bailarín, pronto se aventuró en la actuación, donde se hizo conocido por sus papeles versátiles y su capacidad para adaptarse a diferentes personajes.

A medida que avanzaba su carrera, Roberto Guzmán se consolidó como un camaleón de la actuación, interpretando desde comedias hasta dramas y papeles de acción.
A lo largo de su trayectoria, participó en alrededor de 191 películas, dejando una marca indeleble en la industria.
Sin embargo, su vida personal estuvo marcada por la controversia y las luchas internas.
A pesar de estar casado y tener cuatro hijos, solo reconoció a dos de ellos, lo que generó tensiones en su vida familiar.
Además, su afición por el alcohol comenzó a afectar su carrera y su relación con su familia, convirtiéndose en un problema que lo alejó de sus seres queridos y de su entorno profesional.

A pesar de su éxito en la pantalla, la vida de Roberto estaba plagada de problemas relacionados con el abuso del alcohol.
Sus compañeros de trabajo notaron que empezaba a beber desde temprano en la mañana, lo que afectaba su rendimiento en el set.
Aunque su talento lo mantenía en la industria, su estado de ebriedad se volvió un obstáculo significativo.
En varias ocasiones, se le permitió grabar solo hasta la una de la tarde, ya que después de esa hora era difícil comunicarse con él.
Este comportamiento no solo comprometió su carrera, sino que también impactó negativamente en su vida personal, alejándolo de su familia y amigos.

En agosto de 2002, Roberto Guzmán fue internado de urgencia tras sufrir una caída en su hogar.
Fue encontrado en su bañera con múltiples traumatismos, lo que llevó a los médicos a suponer que había sufrido un accidente.
Sin embargo, su familia comenzó a dudar de la versión oficial cuando notaron la gravedad de sus lesiones.
Tras ocho días en terapia intensiva, el actor falleció el 9 de agosto de 2002, dejando a sus seres queridos en estado de shock.
Aunque los médicos informaron que se trataba de un accidente, los hematomas encontrados en su cuerpo hicieron que su familia sospechara de un posible encubrimiento.

La muerte de Roberto Guzmán generó una serie de interrogantes y sospechas entre sus familiares.
A pesar de que las autoridades abrieron una investigación inicial, nunca se encontraron respuestas satisfactorias.
La familia exigió la exhumación del cuerpo para realizar una nueva autopsia, ya que estaban convencidos de que algo más había ocurrido.
La falta de información y la desaparición del asistente del actor, quien había estado presente en sus últimos días, aumentaron las dudas sobre la verdadera causa de su muerte.
La familia se sintió frustrada por la falta de acción de las autoridades y la ausencia de respuestas concretas.

Con el paso de los años, la familia de Roberto Guzmán se vio obligada a rendirse ante la falta de avances en la investigación de su muerte.
A pesar de sus esfuerzos por obtener justicia y respuestas, el caso quedó sin resolver, dejando un vacío en el corazón de quienes lo conocieron y amaron.
La figura de “El Flaco Guzmán” sigue siendo recordada en la industria del entretenimiento, no solo por su talento y carisma, sino también por la trágica historia que rodea su muerte.
Su legado perdura en las memorias de aquellos que disfrutaron de su trabajo en la pantalla y en el corazón de su familia, que continúa buscando respuestas a un misterio que permanece sin resolver.