Jackson Barreto, un joven venezolano de solo 11 años, ha recorrido un camino lleno de desafíos y esperanzas desde su llegada a Colombia.
Su historia es un testimonio de resiliencia, amor y la inquebrantable fuerza del espíritu humano.
Al llegar a Colombia, Jackson se encontró viviendo en un modesto rancho ofrecido por personas de gran corazón.
Aunque el lugar era simple, representaba mucho para él, especialmente después de haber atravesado tantas dificultades.
La llegada a Brasil estuvo marcada por sueños y pocas pertenencias, ya que tuvo que dejar atrás su hogar en Venezuela.
En su camino, vivió momentos dolorosos, como el robo en su casa, donde perdió su computadora, la cual contenía todas las canciones que amaba y que representaban su conexión con su tierra natal.
A pesar de estas adversidades, Jackson nunca se dio por vencido.
Cada día se despertaba con la determinación de seguir adelante.
Fue entonces cuando descubrió Mercabar, un mercado vibrante donde pudo compartir su amor por la música.
Este lugar se convirtió en un punto de encuentro lleno de energía y vida, donde Jackson cantaba entre los puestos de frutas y verduras, creando un puente musical entre las culturas venezolana y colombiana.
La gente del mercado comenzó a esperar ansiosamente su llegada, disfrutando de su dulce y potente voz que traía alegría a sus mañanas.
Con el tiempo, Jackson cultivó un sueño: ser un cantante reconocido.
Este deseo nació en Venezuela y creció aún más durante sus días difíciles en Colombia.
A los 11 años, su coraje lo llevó a presentarse en “La Voz Kids Colombia 2021”, un programa que recibe a miles de niños que sueñan con ser cantantes.
Cuando llegó su turno, Jackson, vestido modestamente, subió al escenario y compartió su historia con el público, emocionando a muchos con su relato de lucha y esperanza.
Los jueces del programa, impresionados por su talento, no tardaron en girar sus sillas para mostrar su interés.
Andrés Cepeda, un reconocido cantante colombiano, se sintió especialmente conmovido por la historia de Jackson y decidió ser su mentor, prometiéndole ayudarlo a dar sus primeros pasos en su carrera musical.
Esta promesa representó una apertura a un futuro lleno de posibilidades para el joven artista.
La participación de Jackson en “La Voz Kids” transformó su vida.
El niño que antes cantaba en las calles para conseguir algo de comida ahora estaba en uno de los programas de televisión más importantes de Colombia.
Cada actuación no solo representaba un paso hacia su sueño, sino también una forma de mantener viva la memoria de su hermana, quien había fallecido poco antes.
Jackson dedicó sus presentaciones a ella, transformando su dolor en arte y usando su plataforma para visibilizar la difícil situación que enfrentan muchas familias en su país.
La historia de Jackson es un recordatorio poderoso de que, a pesar de las adversidades, la música puede ser una fuerza transformadora.
Su trayectoria continúa inspirando a personas de todas las edades, demostrando que los sueños pueden hacerse realidad con dedicación y perseverancia.
Desde las calles de un mercado en Brasil hasta los escenarios más prestigiosos de Colombia, cada etapa de su camino es una lección de esperanza y valentía.
