Lamentablemente, se ha dado a conocer el fallecimiento de Abraham Quintanilla, padre de la legendaria cantante Selena Quintanilla, a los 86 años de edad.
Su muerte ha reavivado antiguas polémicas y preguntas que durante años han circulado en medios de comunicación, redes sociales y entre seguidores de la artista.
Entre ellas, tres interrogantes en particular han generado debate y confusión.
¿Fue Selena testigo de Jehová?
¿Era Abraham Quintanilla testigo de Jehová?
¿Impidió él que su hija recibiera una transfusión de sangre antes de morir?
Estas preguntas no son nuevas.
Desde el trágico asesinato de Selena en 1995, han surgido rumores que mezclan su muerte con temas religiosos, especialmente relacionados con la fe de su familia.
Hoy, estas dudas pueden ser aclaradas a partir de las propias palabras de Abraham Quintanilla, expresadas en una entrevista concedida al medio Telemundo, donde habló con firmeza y molestia sobre estas acusaciones.
Abraham Quintanilla fue tajante al referirse a lo que calificó como una campaña de desinformación.
Según explicó, muchos medios publicaron titulares sensacionalistas sin verificar los hechos, aprovechándose del dolor de una familia que acababa de perder a su hija.
Recordó con indignación una portada de revista que afirmaba que Selena había muerto por “fanatismo religioso” de su padre, asegurando que él se había negado a permitir una transfusión de sangre.
Para Abraham, ese titular fue una absoluta falsedad.
En sus propias palabras, calificó esas afirmaciones como una “estupidez”, señalando que quienes las difundieron no tenían ningún conocimiento real de lo ocurrido.
Aclaró que, al llegar Selena al hospital, los médicos actuaron conforme a los protocolos médicos establecidos.
De hecho, afirmó que sí se intentó administrar sangre a Selena, pero que lamentablemente ya era demasiado tarde.
Según Abraham, su hija había perdido una cantidad de sangre tan grande durante el ataque que, al llegar al hospital, ya no presentaba signos vitales.
En ese contexto, ninguna transfusión hubiera podido salvarle la vida.
Con esta declaración, Abraham desmintió de manera directa la versión que lo señalaba como responsable médico o religioso de la muerte de su hija.
Dejó claro que la decisión médica no pasó por él, y que la gravedad de las heridas hizo imposible cualquier intervención efectiva.
La causa de la muerte de Selena no fue una creencia religiosa, sino la violencia del ataque que sufrió.
En cuanto a la fe de la familia, Abraham explicó su postura religiosa con claridad.
Reconoció que tanto él como su familia compartían creencias asociadas a los testigos de Jehová, particularmente en lo relacionado con la abstención de consumir sangre, ya sea por vía alimentaria o médica.
Indicó que esta creencia se basa en su interpretación de mandatos bíblicos.
Sin embargo, fue muy cuidadoso en explicar un punto que suele generar confusión.
Abraham aclaró que estudiar la Biblia con testigos de Jehová no convierte automáticamente a una persona en testigo de Jehová.
Para pertenecer formalmente a esa religión, es necesario un proceso que incluye el bautismo, algo que Selena nunca realizó.
Por lo tanto, Selena no fue una testigo de Jehová activa.
Nunca se bautizó como tal, ni participó oficialmente como miembro de esa congregación.
Aun así, Abraham señaló que Selena sí compartía y respetaba las creencias que se vivían dentro de su familia.
Según él, ella estudiaba la Biblia y estaba de acuerdo con los principios que se le enseñaban.
Incluso mencionó que, como familia, habían hablado previamente sobre qué decisiones tomarían en caso de una emergencia médica grave.
De acuerdo con Abraham, Selena había expresado que no deseaba recibir sangre, alineándose con las convicciones familiares.
No obstante, volvió a insistir en que esa conversación no tuvo ninguna influencia en lo ocurrido el día de su muerte, ya que Selena no llegó al hospital con vida suficiente como para que esa decisión tuviera un impacto real.
La pérdida de sangre fue inmediata y fatal, y el personal médico actuó antes de que él siquiera llegara al lugar.
Es importante subrayar que toda esta información proviene directamente de las declaraciones de Abraham Quintanilla.
Este canal, como se ha señalado, desconoce otros detalles específicos sobre la vida religiosa de Abraham o de Selena más allá de lo que él mismo expresó públicamente.
Cualquier afirmación adicional sería mera especulación y no contribuiría a esclarecer la verdad.
Durante años, la figura de Abraham Quintanilla fue objeto de críticas y controversias.
Muchos lo vieron como un padre controlador; otros, como el guardián incansable del legado de su hija.
En temas religiosos, su postura siempre fue firme, pero también clara al defender que nunca puso una creencia por encima de la vida de Selena.
Con su fallecimiento, se cierra un capítulo importante en la historia que rodea a la reina del Tex-Mex.
Su voz fue, durante décadas, una de las principales fuentes para desmentir rumores y proteger la memoria de su hija.
Hoy, más que nunca, resulta necesario separar los hechos de las especulaciones y entender el contexto real de las decisiones médicas y religiosas que rodearon aquella tragedia.
La muerte de Selena no fue consecuencia de una doctrina religiosa.
Fue el resultado de un acto de violencia que conmocionó al mundo entero.
Y las palabras de Abraham Quintanilla, ahora fallecido, siguen siendo un testimonio directo que busca poner fin a una de las polémicas más persistentes en torno a su hija.
Esto fue Biblia versus religión.
