Leticia Perdigón ha vuelto a captar la atención del público, especialmente gracias a una imagen que muestra su belleza durante su apogeo en la década de 1970.
Su nombre resuena frecuentemente en redes sociales, acompañada de una fotografía de su juventud promoviendo su icónico papel en La otra virginidad.
Sin embargo, Perdigón es mucho más que un símbolo sexual; su vida y carrera han estado marcadas por una profundidad y complejidad que muchos no conocen.
Nacida el 7 de agosto de 1956, Guadalupe Leticia Perdigón Labrador creció en un entorno cinematográfico influenciada por el trabajo de su madre como maquilladora en los estudios Churubusco.
Esta cercanía con el mundo del cine la llevó a soñar con convertirse en actriz desde joven.
Leti, como la conocen cariñosamente, se vio inspirada por actrices icónicas como Silvia Pinal y Ana Luisa Pelufo, quien la ayudó a entrar en la industria al presentarla al director Sergio Bejar.
Su debut en la película Eva y Darí en 1973 marcó el inicio de una carrera que pronto la reconocería como uno de los talentos más cautivadores de México.
Desde pequeña, Leticia se entregó a su pasión por las artes escénicas, participando en juegos imaginativos y dejando que la música guiara su vida.
Su hogar estaba impregnado de melodías y el deseo de actuar se convirtió en su motor.
A pesar de la oposición inicial de su padre, el apoyo inquebrantable de su madre fue fundamental para que Leticia siguiera su sueño.
A medida que crecía, la belleza de Leticia y su talento la llevaron a protagonizar múltiples películas y series de televisión, convirtiéndose en una figura destacada en la época dorada del cine mexicano.
A lo largo de su carrera, compartió pantalla con leyendas como Carmen Montejo y Amparo Ribelles, y su papel en La otra virginidad en 1975 consolidó su estatus en la industria.
Sin embargo, la vida de Leticia no ha estado exenta de desafíos.
En momentos recientes, se ha abierto sobre sus luchas personales, mostrando una vulnerabilidad que sorprende a sus seguidores.
Hoy, a los 68 años, Leticia Perdigón se encuentra en un proceso de reflexión, confirmando que su historia es mucho más rica de lo que se ha conocido.
Con más de 50 años en la industria, ha acumulado una notable trayectoria con 65 películas y 55 series de TV, siendo un testimonio de su dedicación y amor por su arte.
Su vida y carrera son un recordatorio de que detrás de cada imagen hay una historia llena de matices, luchas y triunfos que merece ser contada.
Leticia Perdigón ha dejado una huella imborrable en el panorama del entretenimiento mexicano, especialmente con su papel icónico en la serie Lagunilla, mi barrio, donde compartió pantalla con el querido Héctor Suárez.
Desde sus primeros pasos en la televisión, se consolidó como un pilar en melodramas memorables como Mundo de juguete, Viviana y Los ricos también lloran, convirtiéndose en una figura entrañable para el público.
Sin embargo, a pesar de su popularidad, Perdigón nunca ha querido ser reducida a un símbolo sexual.
A menudo su nombre resuena en redes sociales acompañado de una famosa imagen de su juventud promocionando la película La otra virginidad.
En esta película, Leticia, junto a Meche Carreño y Valentín Trujillo, capturó la atención del público y generó un intenso debate sobre su imagen.
Durante la promoción, protagonizó una sesión de fotos donde lucía una camiseta que decía “Atrévete a perder la otra virginidad”, lo que la posicionó como un icono sexual en la década de 1970.
Reflexionando sobre esa época, Leticia admite que nunca fue su intención ser vista de esa manera.
Recordando la sesión de fotos, comentó: “No estaba pensando en que me verían F, que estaba en promover la película”.
A pesar de las percepciones que la rodeaban, siempre se preocupó más por ofrecer un trabajo de calidad y conectarse con su audiencia.
La actriz ha sido consciente de la sexualización de su imagen, especialmente en películas que enfatizaban la desnudez bajo el pretexto de celebrar el cuerpo femenino.
Aunque recibió elogios por su belleza, Leticia nunca permitió que eso la definiera.
“La belleza se desvanece rápidamente, y aunque la gratitud puede perdurar, tampoco dura”, reflexionó.
El camino de Leticia hacia la actuación no fue sencillo.
Su padre se opuso inicialmente a su sueño, pero su madre la apoyó incondicionalmente, mientras que su hermano mayor la animaba a concentrarse en su oficio.
Gracias a su talento y dedicación, Leticia ha acumulado más de 100 créditos en telenovelas, series y películas a lo largo de su carrera.
Su versatilidad se manifiesta en su participación en programas de competencia de baile como Fiebre del 2, así como en comedias y dramas como Mujer, casos de la vida real y Mujeres asesinas.
A pesar de su éxito, Leticia ha mantenido su vida personal en gran medida privada.
Su primer amor fue el actor Octavio Galindo, y juntos fueron el centro de atención mediática.
Aunque ella ha elegido mantener su vida amorosa alejada de las cámaras, como madre, Leticia ha criado a Valeria Perdigón, quien ha optado por seguir una carrera en la moda en Europa, manteniéndose alejada del foco público.
Hoy en día, Leticia continúa prosperando en su carrera, lejos de aquellos días en que viajaba en metro a los estudios Churubusco.
Se describe a sí misma como una persona tímida, incluso tras haber interpretado escenas desnudas en su carrera.
Sus proyectos recientes incluyen las series Marea de pasiones y El Conde, donde comparte protagonismo con Fernando Colunga y Ana Brenda Contreras.
Con una carrera que abarca varias décadas, Leticia Perdigón sigue soñando y trabajando en su pasión por la actuación.
Su trayectoria es un testimonio de su dedicación, y su belleza natural y talento excepcionales la han consolidado como una actriz destacada en la industria del entretenimiento mexicano.
Su historia es un recordatorio de que detrás de cada imagen icónica hay una vida llena de experiencias, desafíos y triunfos que merece ser contada.
Leticia, a sus 68 años, ha compartido su historia en el programa Confesiones, presentado por Aurora Valle, donde se sinceró sobre sus luchas personales y su relación con su única hija Valeria.
Durante la emotiva entrevista, Leticia no pudo contener las lágrimas al hablar sobre su papel como madre.
Reconoció que no ha sido la madre cariñosa que deseaba ser, expresando su profundo arrepentimiento: “No he sido una madre perfecta, siempre he estado presente, pero quiero aprovechar este momento para decirle a Valeria que la quiero mucho”.
A pesar de su carácter reservado, Leticia está orgullosa de los esfuerzos que ha hecho para preparar a Valeria para la vida.
Aunque su hija no habla inglés, Leticia se aseguró de que recibiera educación en francés, italiano, portugués y chino.
A pesar de los desafíos que enfrentaron, especialmente cuando Valeria luchaba con problemas alimenticios, Leticia hizo todo lo posible para ayudarla, llevando a su hija a ver a varios especialistas.
“Creo que fue el mejor uso de mi dinero”, afirmó Leticia.
A principios de 2023, se suponía que Valeria había tomado un camino distinto al de su madre y estaba prosperando en la industria de la moda en Europa como gerente de marketing y estilista.
Aunque Leticia reconoce que hay muchas madres cariñosas, ella se siente diferente: “Hay muchas madres que son muy cariñosas, pero yo me considero bastante reservada”.
El programa también tocó un tema doloroso para Leticia: la muerte de su querido amigo Héctor Suárez.
Su relación con él se remonta a la infancia, y su pérdida dejó un vacío profundo.
Leticia recordó el momento en que se enteró de su caída, sintiéndose abrumada por el dolor: “Me quedé congelada cuando vi las imágenes”.
Su último encuentro fue hace seis meses en la Asociación Nacional de Intérpretes, donde se despidieron sin saber que sería la última vez.
Aunque no le gusta hacer despedidas, Leticia hubiera querido abrazar a Héctor una vez más, junto a su familia.
A pesar de la tristeza, prefiere celebrar la vida de su amigo y recordar los valores que le inculcó, como la simplicidad, la lealtad y la disciplina.
“Sé que seguiré aplaudiendo desde donde esté”, concluyó Leticia con emoción.
En cuanto a su carrera, Leticia está actualmente en el elenco de la nueva telenovela Papás por encargo, producida por Televisa-Univisión.
Reflexionando sobre esta nueva etapa, dijo que este es un momento muy importante para ella y que no tiene intención de desperdiciarlo.
El testimonio de Leticia Perdigón revela no solo su trayectoria en el entretenimiento, sino también su lucha por ser una madre presente y el profundo impacto de sus relaciones personales en su vida.
Su capacidad para abrirse y compartir sus sentimientos resuena con muchos, mostrando que la vulnerabilidad es parte de la fortaleza humana.
Leticia Perdigón ha compartido su alegría y gratitud por regresar a la actuación, describiendo su experiencia al interpretar a una abuela trabajadora y madre del personaje de José Ron en su nueva telenovela.
En sus declaraciones, Leticia destacó la importancia de su papel, afirmando que cuando tu vida es tu trabajo, siempre hay ejemplos valiosos a seguir.
A sus 68 años, se siente rejuvenecida y expresa que la edad es una cuestión de actitud: “Me siento muy bien”, confesó.
La historia de su personaje presenta a una familia de clase media con la que muchas personas pueden identificarse
