El actor reconoce que durante un tiempo estuvo «extremadamente triste».
Eran una de las parejas más queridas del panorama nacional. Por ello, cuando a finales del 2022 una conocida revista del corazón adelantó la ruptura entre Aitana Ocaña (24 años) y Miguel Bernardeau (27), sus seguidores no salían de su asombro.
Tras casi cuatro años de sólido amor, la cantante y el actor pusieron punto y final a su historia y comenzaron caminos por separado.
Tremendamente celosos de su intimidad, ninguno de los dos protagonistas quiso hablar sobre su ruptura: «Entiendo vuestra profesión y las preguntas, pero yo no voy a hablar de esto.
No quiero confirmar, ni desmentir nada», dijo entonces la extriunfita. Sin embargo, ninguno de los dos ha logrado que la prensa se centre en sus carreras profesionales más que en su vida privada.
Es por ello que durante el año siguiente se supo que Aitana mantuvo una relación con el también cantante Sebastián Yatra (29), con quien rompió hace un par de meses, Por su parte, a Miguel se le ha relacionado con numerosas mujeres durante este tiempo.
La última, su compañera de reparto en ‘Élite’ Ester Expósito (24).
Esta semana, el intérprete ha sido elegido como protagonista de la revista ‘Esquire’ tras el estreno de ‘Zorro’, la última serie que protagoniza.
En ella, Bernardeau recuerda que tras su ruptura con Aitana decidió huir de la presión mediática viajando a las islas Mauricio para cumplir uno de sus sueños: ver ballenas y cachalotes. «Fue uno de los viajes más… Fue muy triste. Extremadamente triste», reconoce.
«Recuerdo bajar a unos 25 metros de profundidad y nos quedamos la hija de la ballena y yo solos, ella se estaba moviendo.
La miré a uno de los ojos, ella me miró y la mirada era de pánico. Salí del agua llorando. Ahí aprendes, y ya sé que esto se ha dicho mucho, que eres menos importante de lo que crees.
Y que esto no es tuyo. ¿Qué haces tú aquí?», se pregunta. Una experiencia que le hizo estar durante una hora «llorando a moco tendido» y que esto le acabó afectando: «En un momento dado, nuestro guía, que era un tipo muy simpático, me dijo: ‘No sé por qué estás haciendo esto, pero no es por la razón correcta’.
Y eso me rompió. Se me juntó todo. Y entendí. No estoy aquí ni por la ballena ni por nada de esto, estoy aquí por otra cosa», confiesa.
Prensa
Y es que una de las cosas que más le dolieron fuera que el final de su historia de amor se convirtiese en «una ruptura muy pública» y que el gesto de seriedad que siempre mostraba a las cámaras era tan sólo «un escudo» frente a la presión que sufría: «Tampoco es una elección, es que me convierto en una persona seria cuando tengo vergüenza, cuando estoy inseguro, cuando estoy mal».
Pese a lo mal que lo puso pasar en un principio, el actor reconoce que esta ruptura le ha hecho evolucionar como persona: «No lo elegí. Creo que eso es lo que me hizo bajar a los infiernos, por así decirlo. Y sí, es verdad, desde ahí me he reenamorado de una forma muy bonita de mi profesión porque es lo que me ha ayudado a recuperar la ilusión».
