Este lunes Jorge Ponce, colaborador de La Revuelta, se mofó de El Gran Wyoming con el beneplácito de David Broncano.

Sorprendió por añadir un nuevo jugador a la partida de los chistes sobre la competencia que hasta ahora había protagonizado al cien por cien Pablo Motos y El Hormiguero.

Lo que igual no se imaginaron es que El Gran Wyoming iba a responder a saco.

Era fácil imaginarse que las mofas de Jorge Ponce el lunes en La Revuelta con respecto a El Gran Wyoming iban a traer cola o, al menos, iban a tener su respuesta.

Desde que La Revuelta llegase a La 1 ha sido habitual que colaboradores y el propio David Broncano tiren de humor, chistes, chuflas y pitorreos para soltar mamporros a la competencia, especialmente, hacia El Hormiguero y Pablo Motos.

Desde un principio, el equipo de La Revuelta siempre lo ha justificado diciendo que la mejor manera de responder es con humor, aunque es complicado hablar de humor cuando se convierte en parte imprescindible del programa.

Hasta ahora, el principal protagonistas de esas chuflas ha sido Pablo Motos, el cual sólo ha contestado una vez refiriéndose a éstas y fue cuando David Broncano le acusó de ser un mafias y “presionar” y “amenazar” a invitados para que no acudieran a La Revuelta.

Sin embargo, el lunes, Jorge Ponce añadió un nuevo jugador a esta especie de Club de la Comedia a base de chistes sobre Pablo Motos, El Hormiguero y las hormigas: El Gran Wyoming.

No creo que a Jorge Ponce ni a David Broncano se les pasase por la cabeza ni les agobiase pensar que el presentador de El Intermedio no iba a guardar silencio.

Lo hicieron igualmente, de la misma forma que El Gran Wyoming respondió anoche con las mismas armas que La Revuelta, con humor, pero soltando hostias como panes.

“Sin movernos de aquí, vamos a romper las reglas del espacio-tiempo porque el programa va a ser interrumpido brevemente para dar el resultado de la Bonoloto”, anunció de repente el lunes Jorge Ponce mientras se estaba emitiendo su sección.

Para quien no lo sepa, que serán más bien pocos, La Revuelta no es directo.

El programa se graba a primera hora de la tarde, se monta, se edita y se emite por la noche.

Eso permite cortar lo que no gusta y también añadir cositas que, aunque no deben hacer mucha gracia en el equipo del programa de David Broncano, no queda otra que lidiar con ellas porque ahora están en…

¡Televisión Española!

Ese cambio de las reglas del espacio-tiempo no fue otro que el tener que cortar el programa para emitir el sorteo de la Bonoloto que, por norma habitual, desde que llegase La Revuelta a La 1 o bien se ha emitido entre el Telediario y el programa, o bien se ha dejado para cuando terminase David Broncano.

Las dos cosas no le han sentado muy bien nunca ni a La Revuelta ni al programa de prime time.

Si se emite antes, el público se va y no arranca con tanta fuerza.

Si se emite después, quien vive la fuga de espectadores es el programa que va a continuación.

El caso es que algo había que hacer con este cambio en la emisión.

¿Y qué es lo que hicieron? Tirar de humor, de ironía y de las mofas ya habituales y hasta cansinas de reírse de la competencia.

Lo de cachondearse de El Hormiguero ya es casi una tradición, pero anoche Jorge Ponce añadió a los otros compañeros de franja, hasta tal punto que el propio David Broncano, sin entrar mucho en el momento chistes, le advirtió a Jorge Ponce que lo que estaba haciendo “es peligroso”.

Y todo, ¿para qué? Para que el público no hiciera zapping y se fuera a los otros canales.

Si cambian de canal, se van a encontrar, por un lado, a Wyoming leyendo el teleprompter mientras piensa en otras cosas.

Él ya tiene esa capacidad”, arrancó Jorge Ponce, sacando las carcajadas de Broncano.

“Luego, en First Dates, seguramente haya dos góticos de Segovia sorprendiéndose los dos por ser de Segovia”, continuó.

Y lo siguiente, Cifras y Letras, aunque con el concurso daba un poco igual porque todo queda en casa.

Y aunque David Broncano le advirtió de era “peligroso” hablar de lo que el espectador podía ver en la competencia, la mofa se quedó ahí.

Una mofa que ha tenido su respuesta.

Hasta ahora la táctica de Pablo Motos ha sido callar, aguantar el tirón y no responder.

Pero El Gran Wyoming no es Pablo Motos, ni mucho menos.

Anoche, El Gran Wyoming arrancó El Intermedio dando la respuesta a David Broncano y sumándose a esta guerra de te tiró la primera piedra y luego continuó la batalla.

“Amigos, hoy tenemos un programa estupendo, no se muevan de ahí.

En otro canal tal vez encuentren contenido más vanguardista, como gente tocando el bombo y que no se llamen Manolo.

Y tipos rondando los 40 años, llamándose bro todo el rato”, arrancó El Gran Wyoming en clara referencia a La Revuelta y a David Broncano.

No hay mejor respuesta que aquella que se da con las mismas armas.

“Aquí encontrarán algo mucho más sorprendente, un señor de avanzada edad leyendo el teleprompter, mientras piensa qué poner en la quiniela del Espanyol- Osasuna del próximo fin de semana”, continuó cachondeándose de sí mismo con la misma sorna que había utilizado Jorge Ponce.

Es decir, se quisieron reír de El Gran Wyoming y el primero que se ríe de sí mismo es El Gran Wyoming.

“Ya sabéis que yo solo leo lo que me escriben, así que, ¿qué he dicho en estos dos minutos? Porque yo ahora mismo estaba pensando en qué va a pasar en el Madrid-Villarreal”, fue el siguiente dardo de El Gran Wyoming.

Una especie de quieren leche, pues ahí tienen dos tazas. Y siguió.

“Son insultos de la derecha, tú no los entiendes”, le dijo Dani Mateo al presentador.

Quedaba la traca final, la bomba que demuestra el poder de la experiencia, del que lleva años tirando de ironía para atizar a diestro y siniestro.

“Yo no, a mí me sacas de matar ciervos y me quedo en bolas”, respondió El Gran Wyoming a Dani Mateo en referencia a la famosa berrea de 20 minutos que emitió La Revuelta la noche de la polémica con Jorge Martín.

¿Habrá réplica de David Broncano y de La Revuelta? Visto lo visto desde hace tres meses lo más lógico es pensar que sí.

Será con las mismas armas, con la chanza, la mofa, el chiste y con esos leñazos que parecen que no duelen porque están camuflados de humor, pero que resuenan a fuerte tortazo.

Ahora, que vuelvan a por otra, y volverá…