Judy Garland, una de las m谩s grandes estrellas de Hollywood, es recordada principalmente por su papel como Dorothy en El Mago de Oz.
Su voz, su presencia en el escenario y su talento natural la hicieron una de las artistas m谩s queridas de la historia del cine.
Sin embargo, detr谩s de esa imagen de ni帽a encantadora y cantante talentosa se escond铆a una vida de sufrimiento, abuso y tragedia.
La historia de Judy Garland no es solo la historia de un talento excepcional, sino tambi茅n la de una mujer rota por un sistema que la explot贸 sin piedad.
Desde su infancia, Judy Garland estuvo marcada por el abandono y la explotaci贸n.
Naci贸 el 10 de junio de 1922 en Grand Rapids, Minnesota, en una familia que luchaba por sobrevivir.
Su madre, Ethel, era una mujer ambiciosa que ve铆a a su hija no como una ni帽a, sino como una oportunidad para escapar de su propia frustraci贸n.
A los 30 meses, Judy ya estaba sobre un escenario, y desde entonces no conoci贸 otra cosa que el trabajo.
Su madre la empuj贸 al mundo del espect谩culo desde una edad temprana, sin tener en cuenta las consecuencias emocionales y f铆sicas que eso traer铆a.
A los 13 a帽os, Judy comenz贸 a tomar pastillas.
Fueron los mismos m茅dicos de los estudios MGM quienes le dieron anfetaminas para mantenerla despierta durante las largas jornadas de trabajo.
No era una decisi贸n personal, sino una exigencia del sistema.![]()
Hollywood necesitaba que Judy estuviera siempre lista para cantar, para actuar, para entretener.
A los 16 a帽os, Judy ya era adicta a las pastillas, y cuando no pod铆a dormir, le daban barbit煤ricos.
A medida que su carrera crec铆a, su salud se deterioraba, pero la industria solo ve铆a en ella una m谩quina que deb铆a seguir funcionando, no una persona.
Hollywood, en su af谩n por crear estrellas, fue el principal responsable de la destrucci贸n de la vida de Judy.
Su rostro inocente en la pantalla contrastaba enormemente con el sufrimiento que viv铆a fuera de ella.
Las memorias de Judy, que nunca llegaron a ser publicadas en vida, revelan una cruda realidad.
En estas memorias, Judy mencion贸 a los hombres que abusaron de ella, comenzando por su propia madre, que la utilizaba como un objeto, un producto que le traer铆a fama y fortuna.
La madre de Judy, en lugar de protegerla y ofrecerle cari帽o, la ve铆a como una inversi贸n, como una fuente de ingresos, y esto marc贸 profundamente la vida de la joven cantante.
La adolescencia de Judy fue a煤n m谩s dif铆cil, pues comenz贸 a trabajar en MGM a los 13 a帽os, un estudio que la convirti贸 en un icono, pero tambi茅n la destroz贸 emocionalmente.
En 1935, cuando ten铆a 13 a帽os, Judy firm贸 su contrato con MGM.
A partir de ah铆, su vida pas贸 a estar controlada por el estudio.

Su imagen, su voz, su cuerpo, todo se convirti贸 en propiedad de los ejecutivos de Hollywood.
El sistema le dec铆a que no pod铆a comer lo que quisiera, que deb铆a perder peso, que deb铆a mantenerse joven, bella y disponible.
Los rumores sobre su cuerpo y su f铆sico la persegu铆an durante toda su carrera, y mientras la prensa la adoraba, ella se sent铆a cada vez m谩s incompleta.
A los 16 a帽os, Judy recibi贸 un trato cruel durante el rodaje de El Mago de Oz.
Aunque su personaje era una ni帽a de 12 a帽os en el libro, Judy ya ten铆a 16 a帽os y su cuerpo comenzaba a mostrar se帽ales de madurez.
Para hacer que se viera m谩s “juvenil”, los productores decidieron envolver su torso con vendas tan apretadas que apenas pod铆a respirar.
Cada vez que cantaba la famosa Over the Rainbow, sent铆a que se asfixiaba, pero no pod铆a detenerse.
El show deb铆a continuar, esa frase la escuch贸 durante toda su vida, y a pesar de estar exhausta, a pesar del dolor, Judy continu贸.
Pero lo m谩s perturbador ocurri贸 en el set.
Durante el rodaje de El Mago de Oz, algunos de los actores adultos que interpretaron a los Munchkins comenzaron a acosar a Judy.
A pesar de ser una adolescente, la situaci贸n fue tolerada por el estudio.
Judy, en su vulnerabilidad, no sab铆a c贸mo enfrentarlo.
Su madre, que era responsable de su carrera, no intervino.
Le dijo que “el show deb铆a continuar”.
As铆, Judy fue sometida no solo a la explotaci贸n profesional, sino tambi茅n a un abuso personal que la acompa帽贸 durante a帽os.
A lo largo de su carrera, los esc谩ndalos personales y las luchas internas de Judy Garland fueron ignoradas por los medios y las grandes productoras.

A pesar de ser una estrella internacional, Judy sufri贸 de trastornos mentales graves, exacerbados por la adicci贸n a las drogas y el alcohol.
A los 20 a帽os, cuando ya hab铆a empezado a trabajar para MGM, se encontraba en un estado de salud f铆sica y emocionalmente debilitado.
La industria del cine estaba tan centrada en su imagen p煤blica y sus ganancias econ贸micas, que la salud mental y f铆sica de Judy no era una prioridad.
Con el paso de los a帽os, Judy Garland sigui贸 luchando contra su adicci贸n y sus problemas emocionales.
En 1951, realiz贸 una serie de conciertos en el London Palladium, un acontecimiento hist贸rico en el que, a pesar de su evidente desgaste f铆sico, la ovaci贸n del p煤blico fue ensordecedora.
La grabaci贸n de esa noche refleja a una mujer devastada, luchando contra su propio cuerpo y mente, pero a煤n capaz de cantar con una emoci贸n tan profunda que hizo que el p煤blico se pusiera de pie.
Sin embargo, esa ovaci贸n no fue suficiente para sanar el dolor que la consum铆a por dentro.
Las cr铆ticas a su salud y el deterioro de su voz fueron implacables, pero ella continu贸.
A pesar de todo el 茅xito profesional, la vida personal de Judy nunca fue feliz.
Despu茅s de su primer matrimonio con David Rose, Judy se cas贸 con el productor Vincente Minnelli.
Aunque el matrimonio parec铆a perfecto al principio, pronto se desmoron贸 debido a las infidelidades de ambos.
A pesar de todo, su hija, Liza Minnelli, fue su consuelo m谩s grande.
Sin embargo, el fracaso de sus matrimonios y las constantes batallas legales por la custodia de sus hijos minaron a煤n m谩s su autoestima y su estabilidad emocional.
Judy Garland, una mujer que logr贸 lo imposible en la m煤sica y el cine, muri贸 a los 47 a帽os en un ba帽o de su apartamento en Londres, el 22 de junio de 1969.
A pesar de su 茅xito, a pesar de ser una de las artistas m谩s queridas de todos los tiempos, muri贸 sola, v铆ctima de la industria que la hab铆a explotado.
Pero lo que nunca se cont贸 fue el precio que pag贸 por su fama.
Desde ni帽a, Judy fue sometida a un sistema que la utiliz贸, la maltrat贸 y la destruy贸 poco a poco.
Hoy, d茅cadas despu茅s de su muerte, Judy Garland sigue siendo un s铆mbolo de resistencia para muchos, especialmente para la comunidad LGBT.:max_bytes(150000):strip_icc():focal(930x337:932x339)/judy-garland-death-main-062025-e3c7bd3b3ade466089f981c8d68bbb51.jpg)
Su sufrimiento y su legado contin煤an siendo una fuente de inspiraci贸n para aquellos que luchan por ser aceptados por quienes son.
Aunque su vida estuvo marcada por el dolor, su m煤sica y su voz siguen siendo un refugio para aquellos que buscan consuelo, porque Judy Garland, m谩s que una estrella, fue una mujer que luch贸 contra sus propios demonios y, a pesar de todo, nunca dej贸 de cantar.