Marilyn Monroe, uno de los íconos más representativos de la historia del cine y la cultura popular, trascendió su época no solo por su belleza física, sino también por su trágica vida llena de desafíos y misterios.
Conocida como “la rubia más famosa del mundo”, su vida estuvo marcada por una serie de dificultades que comenzaron desde su infancia y continuaron a lo largo de su carrera.
Pese a su éxito en Hollywood, Marilyn nunca pudo encontrar la paz interna ni la felicidad personal.
Nacida como Norma Jeane Mortenson el 1 de junio de 1926 en Los Ángeles, California, su vida estuvo marcada por el abandono, la soledad y las dificultades emocionales.
La identidad de su padre nunca fue revelada por su madre, Gladys Baker, quien sufrió de enfermedades mentales y no pudo cuidar adecuadamente de su hija.
Desde su nacimiento, Marilyn estuvo bajo el cuidado del gobierno, siendo colocada en varios hogares de acogida.
Esta inestabilidad le dejó una profunda huella emocional que la acompañó a lo largo de su vida.
Marilyn vivió en un total de 12 hogares de acogida, y aunque encontraba refugio en el cine, su vida cotidiana era difícil.
Durante su niñez, a menudo se sentía invisible y rechazada.
Pasaba tiempo en el cine, donde podía soñar con una vida diferente, una en la que no fuera la niña huérfana de la que nadie se preocupaba.

Estas experiencias de soledad y dolor marcaron su carácter y la impulsaron a luchar por algo mejor: convertirse en una estrella de cine.
A los 16 años, cuando se encontraba en uno de esos hogares, Marilyn fue “casada” con un hombre de 21 años para evitar su regreso a un orfanato.
Este matrimonio arreglado, que no estuvo basado en el amor, resultó en la separación de ambos en poco tiempo.
Sin embargo, esta situación le permitió a Marilyn entrar en el mundo del modelaje, donde comenzó a recibir atención gracias a su apariencia.
En ese entonces, decidió teñir su cabello de rubio, lo que le abrió más puertas en el ámbito profesional.
Su gran oportunidad llegó cuando fue contratada por los estudios 20th Century Fox.
A pesar de que los ejecutivos dudaban de su potencial como actriz, Marilyn firmó un contrato temporal con la empresa, lo que marcó el inicio de su carrera en Hollywood.
Fue en este momento cuando adoptó el nombre artístico de Marilyn Monroe, inspirado en la estrella Marilyn Miller y el apellido de su madre, Monro.
Aunque comenzó a tomar clases de actuación, sus maestros la consideraban insegura y poco prometedora.
Sin embargo, ella no se rindió.
A los 22 años, Marilyn comenzó a tomar más control sobre su carrera y, aunque fue despedida de algunos trabajos, nunca dejó de luchar por su sueño.
En 1948, Marilyn aceptó realizar un calendario en el que posó desnuda, un trabajo que aunque le trajo controversia también le permitió ganar visibilidad.
Las fotos de ese calendario terminaron siendo un éxito, pero Marilyn nunca vio grandes ganancias por ellas.
Las fotos fueron utilizadas por la revista Playboy, lo que provocó un escándalo, pero Marilyn decidió aceptar el hecho y compartir su historia con el público, lo que generó empatía hacia ella y la consolidó como un símbolo sєxual.
A lo largo de su carrera, Marilyn fue encasillada en papeles de “rubia tonta” o “chica sєxy”, lo que le causó frustración.
Quería ser reconocida como una actriz seria y luchó por conseguir roles más profundos y complejos.
Aunque obtuvo reconocimiento por su talento, la industria cinematográfica no estaba dispuesta a cambiar su imagen pública.
A pesar de sus esfuerzos, sus papeles más serios no eran bien recibidos por el público y eso la desilusionó profundamente.
En un intento de recuperar su libertad creativa, fundó su propia productora, pero fracasó debido a la falta de apoyo de los estudios.
La situación emocional de Marilyn se complicó aún más con los años.
En 1954, se casó con el famoso beisbolista Joe DiMaggio, pero su matrimonio fue tumultuoso y terminó en divorcio después de nueve meses.
Posteriormente, contrajo matrimonio con el escritor Arthur Miller, con quien compartió ideales políticos, pero el matrimonio también se vio marcado por la infelicidad.
A pesar del apoyo de Miller en su carrera, Marilyn seguía sintiendo que no había encontrado el amor verdadero.
Su vida personal estuvo llena de decepciones y dificultades emocionales que afectaron su carrera.
Marilyn Monroe alcanzó su máximo reconocimiento en 1962 cuando cantó el famoso “Happy Birthday” al presidente John F. Kennedy, lo que avivó los rumores de una relación entre ambos.
Sin embargo, las tensiones en su vida personal y profesional se incrementaron.
En ese mismo año, fue demandada por 750 millones de dólares por los estudios Fox, quienes no estaban satisfechos con su comportamiento.

A pesar de sus problemas, Marilyn continuó trabajando en nuevos proyectos, pero su salud deteriorada y su ansiedad crecían cada vez más.
Finalmente, el 5 de agosto de 1962, Marilyn Monroe fue encontrada muerta en su casa en circunstancias misteriosas.
Aunque la versión oficial habla de un suicidio, hay muchas teorías que sugieren que su muerte pudo haber sido el resultado de una conspiración.
El legado de Marilyn Monroe sigue vivo hoy en día, no solo por su impacto en el cine y la moda, sino también por la forma en que rompió barreras para las mujeres en una época en la que se esperaba que fueran sumisas y recatadas.
Su imagen sigue siendo una de las más icónicas de todos los tiempos, y su estilo ha sido un referente para generaciones de mujeres.
Su vida, aunque trágica, se convirtió en un símbolo de lucha y resiliencia.
En 2022, el vestido icónico que Marilyn Monroe usó para cantar “Happy Birthday” a John F. Kennedy fue prestado a Kim Kardashian para que lo llevara en la Met Gala, lo que generó una gran controversia.
La decisión de permitir que Kardashian, una figura tan comercial y polémica, fuera la encargada de llevar este símbolo de la cultura pop fue vista por muchos como una falta de respeto hacia el legado de Marilyn.
Sin embargo, otros argumentaron que el hecho de que se mantuviera vivo el recuerdo de Monroe entre las nuevas generaciones de jóvenes era algo positivo para su legado.
El debate sobre el vestido de Marilyn, como muchos otros aspectos de su vida, refleja el dilema entre la preservación de su legado y la explotación comercial de su imagen.

Por un lado, los admiradores de la moda y los expertos en arte consideran que piezas como el vestido de “Happy Birthday” deberían ser preservadas como un tesoro histórico, pero también reconocen que, en el mundo actual, la moda es también un negocio.
El uso de este vestido en un evento tan global como la Met Gala puede haber servido para mantener vivo el recuerdo de Marilyn, pero también ha abierto un debate sobre el respeto hacia su memoria y su imagen.
Marilyn Monroe sigue siendo un enigma, una mujer que alcanzó la fama y el reconocimiento mundial, pero que nunca pudo encontrar la paz ni la felicidad.
Su vida y su legado continúan siendo objeto de fascinación y controversia, y su figura sigue siendo un símbolo de la complejidad humana, la lucha por la identidad y la lucha por encontrar un lugar en un mundo que a menudo no estaba dispuesto a aceptar su verdadero ser.