El mundo de Ariana Grande ha estado marcado por una serie de eventos y cambios que la han colocado en el centro de atención, pero también en el ojo del huracán.
En las últimas semanas, la conversación alrededor de la cantante ha cambiado: ya no se habla tanto de su increíble talento o de sus éxitos musicales, sino de su bienestar físico y emocional.
Desde su participación en *Wicked*, ha mostrado una faceta diferente, más apagada y frágil, lo que ha dado lugar a múltiples teorías, rumores y especulaciones sobre lo que realmente está sucediendo en su vida.
Para comprender cómo llegó Ariana a este punto, es importante revisar su trayectoria, pues no es un solo factor lo que la ha llevado a este estado.
Desde muy joven, Ariana estuvo bajo los reflectores y las expectativas de ser una estrella.
Inició su carrera en Nickelodeon, donde interpretó el icónico personaje de Cat Valentine en *Victorious*, pero su amor por el teatro musical siempre estuvo presente.
Desde pequeña, había soñado con participar en *Wicked*, y fue este proyecto el que, en teoría, marcaría la cúspide de sus sueños.
Ariana, siendo ya una estrella del pop, logró finalmente obtener el papel de Glinda en la adaptación cinematográfica de este famoso musical.
Sin embargo, lo que parecía ser un sueño hecho realidad se ha convertido en el escenario donde sus mayores traumas han emergido.
Antes de embarcarse en este proyecto, Ariana vivió varias experiencias que la marcaron profundamente.
La vida de una estrella infantil está llena de desafíos invisibles para la mayoría, y Ariana no fue la excepción.
La misma Janette McCurdy, excompañera de Ariana en la serie *Sam & Cat*, ha compartido en su libro *I’m Glad My Mom Died* sus reflexiones sobre cómo Ariana, desde el principio, fue tratada con un favoritismo notable en Nickelodeon, lo que, según Janette, le dificultó comprender el verdadero esfuerzo detrás de los logros.
Mientras Janette luchaba por su espacio, Ariana se veía casi como una realeza dentro de la industria.
Sin embargo, más allá de las tensiones en el set, Ariana tuvo que lidiar con otros aspectos de su vida personal que la afectaron profundamente.
Uno de los eventos más difíciles fue la muerte de su exnovio Mac Miller, quien falleció en 2018 debido a complicaciones derivadas de sus problemas con las adicciones.
Ariana, quien había sido su apoyo durante su lucha contra las adicciones, se sintió emocionalmente devastada.
El impacto de su muerte fue tan fuerte que ella misma reconoció que estuvo completamente desbordada, tomando una pausa en su vida personal y profesional.
Poco después, Ariana comenzó una relación con Pete Davidson, con quien se comprometió rápidamente.
Esta relación, que se desarrolló en medio de su duelo por Mac, fue vista por muchos como un intento de encontrar consuelo en medio del caos.
Sin embargo, como muchos fans y críticos señalaron, esta relación fue muy apresurada y, en poco tiempo, también terminó en una ruptura.
La constante en la vida de Ariana parecía ser el caos emocional, ya sea en sus relaciones o en los traumas de su pasado.
Cuando comenzó a trabajar en *Wicked*, su vida parecía estar tomando una nueva dirección.
Finalmente, su amor por el teatro musical, su talento indiscutible y la oportunidad de interpretar a Glinda parecían ser la combinación perfecta para dar un paso adelante en su carrera.
Sin embargo, lo que no anticipó fue que este proyecto sería también el detonante de muchas de las tensiones emocionales y psicológicas que llevaba consigo.
La presión por cumplir con las expectativas del papel, además de la transformación que experimentó en su físico y su imagen, la hizo más vulnerable de lo que imaginaba.
Además, su vida personal continuó siendo un campo minado de conflictos.
Después de la ruptura con Davidson, Ariana conoció a Dalton Gomez, un hombre fuera del radar mediático que parecía ser una fuente de estabilidad para ella.
En 2021, se casaron en una ceremonia íntima, y durante un tiempo, todo parecía tranquilo.
Sin embargo, las demandas de su carrera, junto con los compromisos profesionales y el rodaje de *Wicked*, trajeron consigo una presión adicional.
A medida que su vida profesional se aceleraba, su relación con Dalton comenzó a verse afectada por la distancia física y emocional, especialmente cuando Ariana tuvo que mudarse a Londres para las grabaciones de la película.
La separación de Dalton, que llegó después de varios meses de tensión, fue otro golpe significativo en la vida de Ariana.
En medio de este caos, surgió una nueva controversia: su relación con Ethan Slater, un compañero de *Wicked* que, curiosamente, estaba casado con su novia de toda la vida y tenía un bebé pequeño.
La relación de Ariana con Ethan rápidamente se convirtió en un escándalo mediático, especialmente cuando la esposa de Ethan, Lily Jay, habló públicamente sobre cómo se sentía traicionada y afectada por la situación.
Este episodio de su vida se convirtió en otro punto de inflexión en la percepción pública de Ariana.
Ariana, quien durante años había manejado su imagen de manera impecable, ahora se encontraba en el centro de un escándalo que parecía no tener fin.
Las especulaciones sobre su relación con Ethan Slater, junto con las críticas por su involucramiento en la ruptura de su matrimonio, la convirtieron en el blanco de la ira de muchos.
Aunque Ariana intentó defenderse en redes sociales, la presión fue abrumadora, y la narrativa sobre su vida comenzó a desmoronarse.
Lo que antes era admirado por su talento, su imagen y su vida profesional exitosa, ahora se veía opacado por los escándalos personales y la difícil situación emocional por la que pasaba.
Lo que muchos no ven, sin embargo, es el trasfondo de todo esto: la constante presión sobre su apariencia física.
Ariana siempre ha sido abierta sobre su lucha con las expectativas de belleza impuestas por la industria, y su relación con la fama nunca fue fácil.
El brillo que los fans veían en ella durante sus años de carrera era en muchos casos una fachada que ocultaba sus inseguridades y traumas internos.
En entrevistas recientes, Ariana ha sido sincera sobre cómo las críticas a su apariencia y los comentarios sobre su peso y su figura le han afectado profundamente.
La presión por mantener una imagen perfecta, sumada a las expectativas de la industria y de sus fans, ha sido una de las principales razones por las que se ha sentido tan vulnerable.
El asunto de su apariencia y la constante comparación con otros artistas también la ha marcado de una manera que pocos comprenden.
Ariana ha tenido que lidiar con los constantes comentarios sobre su cuerpo, su voz, y su vida personal.
En sus canciones y entrevistas, ha expresado lo difícil que es ser siempre el centro de atención y cómo, en muchos casos, la fama no ha hecho más que aumentar su ansiedad y sus inseguridades.
Aunque tiene una legión de seguidores leales que la apoyan incondicionalmente, Ariana también ha sido objeto de críticas constantes, algo que le ha pasado factura con el tiempo.
Uno de los momentos más reveladores de su vida reciente fue la declaración de su exesposo Dalton Gomez sobre cómo la presión de su carrera afectó su relación.
Según los informes, la constante exposición mediática y los compromisos profesionales de Ariana la alejaron de la vida personal que había construido con Dalton, lo que llevó a una desconexión emocional que culminó en su ruptura.
Ariana, por su parte, ha hablado abiertamente sobre cómo las expectativas de su carrera, junto con los traumas pasados, la dejaron en un estado emocionalmente frágil, un estado que ha sido exacerbado por el escándalo con Ethan Slater y las críticas públicas que ha enfrentado.
A medida que Ariana se enfrenta a la realidad de su vida personal y profesional, parece estar en una constante lucha por encontrar un equilibrio.
Su paso por *Wicked* ha sido tanto un sueño hecho realidad como un catalizador de las tensiones emocionales que había estado reprimiendo.
La situación ha dejado claro que, por mucho talento y éxito que alguien pueda tener, la vida no siempre es fácil, y los traumas personales pueden tener un impacto profundo en la salud emocional y física de una persona.
Ariana sigue adelante, a pesar de todo lo que ha sucedido.
Aunque su camino hacia la sanación no es fácil, está tomando medidas para lidiar con sus inseguridades y los desafíos emocionales que ha enfrentado a lo largo de su vida.
La experiencia de Ariana Grande es una lección sobre la importancia de la salud mental y cómo la fama, aunque brillante por fuera, puede ser devastadora por dentro.
Con cada paso que da, Ariana muestra que, aunque la vida de estrella es glamorosa, también es un viaje lleno de obstáculos y luchas internas.
