Demi Moore fue durante los años 90 una de las actrices más poderosas y mejor pagadas de Hollywood.
Con películas icónicas como *Ghost*, *Propuesta Indecente* y *Striptease*, se convirtió en la primera actriz en cobrar más de 10 millones de dólares por una película.
Rompiendo barreras de género en la industria, su éxito era imparable.
Domino las taquillas, estuvo en las portadas de revistas y fue considerada una de las mujeres más influyentes de Hollywood.
Sin embargo, tras una serie de fracasos comerciales a finales de los 90, Demi desapareció de la escena principal del cine durante más de una década.
Lo que parecía el fin de su carrera resultó ser solo un paréntesis en su vida profesional, ya que, con el tiempo, Demi logró un regreso triunfal que la convirtió en una leyenda de la industria.
Demi nació el 11 de noviembre de 1962 en Roswell, Nuevo México, en una familia marcada por la inestabilidad.
Su padre la abandonó antes de nacer, y su madre, que luchaba con el alcoholismo, tuvo una relación de abuso con su segundo esposo, quien se suicidó cuando Demi tenía 13 años.
Este ambiente caótico y lleno de dolor influyó en la personalidad de Demi y la impulsó a buscar consuelo en la actuación desde una edad temprana.
A los 16 años, Demi dejó la escuela y comenzó a trabajar como modelo.
A los 18, se casó con el músico Freddy Moore, adoptando su apellido, el cual mantendría para siempre en su carrera.
En 1981, Demi consiguió su primer papel en televisión, participando en *General Hospital*, lo que le permitió ganar notoriedad y seguir creciendo como actriz.
Al mismo tiempo, comenzó a incursionar en el cine, con papeles en películas como *Choices* y *Parasite*.
En 1985, Demi consiguió su gran oportunidad en la película *St.Elmo’s Fire*, que se convirtió en un éxito comercial.
A partir de ahí, comenzó a formar parte del “Brat Pack”, el grupo de jóvenes actores de Hollywood que dominaron los años 80.
Ese mismo año, Demi también participó en *What Happened Last Night*, donde mostró su capacidad para manejar material más maduro.
Pero fue en 1990 cuando Demi alcanzó la cima de su carrera con *Ghost*, una película que la catapultó a la superestrella internacional.
Su papel de Molly Jensen, una mujer que se reencuentra con el espíritu de su novio asesinado, fue aclamado por la crítica y le valió una nominación al Globo de Oro.

*Ghost* recaudó más de 505 millones de dólares a nivel mundial, convirtiéndose en uno de los mayores éxitos de la década.
La icónica escena de la rueda de alfarero junto a Patrick Swayze se convirtió en uno de los momentos más memorables de la historia del cine romántico.
Después del éxito de *Ghost*, Demi continuó cosechando éxitos con películas como *A Few Good Men* en 1992, donde compartió créditos con Tom Cruise y Jack Nicholson.
Esta película le valió otra nominación al Globo de Oro y consolidó su estatus como una de las actrices más importantes de Hollywood.
En 1993, protagonizó *Indecent Proposal* junto a Robert Redford y Woody Harrelson.
La película fue un éxito masivo, recaudando más de 266 millones de dólares y generando intensos debates sobre la moralidad y el dinero en las relaciones.
En 1995, Demi protagonizó *Striptease*, donde interpretaba a Erin Grant, una madre soltera que se convierte en stripper para recuperar la custodia de su hija.

Por este papel, Demi negoció un salario de 12.5 millones de dólares, rompiendo otro récord de pago para una actriz.
Aunque la película recaudó 113 millones de dólares, fue considerada un fracaso debido a su alto presupuesto de 50 millones y las expectativas que generó el récord de salario de Demi.
A pesar del fracaso de *Striptease* y *The Scarlet Letter* (1995), Demi seguía siendo una de las actrices más famosas de Hollywood.
Sin embargo, los problemas comenzaron a acumularse en su vida personal.
En 1998, después de 11 años de matrimonio con Bruce Willis y tres hijas, Demi y Bruce anunciaron su separación.

La ruptura fue emocionalmente devastadora para Demi, quien se alejó temporalmente de Hollywood para lidiar con el dolor de la separación.
En 2005, Demi comenzó una relación con Ashton Kutcher, un joven actor 15 años menor que ella, lo que provocó una gran atención mediática.
La diferencia de edad se convirtió en un tema constante en la prensa, que criticaba la relación, pero a pesar de las críticas, Demi y Ashton se casaron en 2005.
La relación, sin embargo, fue marcada por rumores de infidelidad por parte de Ashton, lo que llevó a una crisis en su matrimonio.
En 2011, Demi y Ashton anunciaron su separación, y el divorcio fue finalizado en 2013.
Esa misma época marcó el inicio de un periodo tumultuoso para Demi.
En 2012, sufrió una sobredosis relacionada con el abuso de sustancias, lo que la llevó a ser hospitalizada.
La noticia de su recaída fue ampliamente reportada en los medios, y Demi buscó tratamiento para superar sus problemas de adicción.
Durante este tiempo, Demi se alejó del ojo público y se centró en su recuperación.
A pesar de sus dificultades personales, Demi volvió a la escena en 2013 con el éxito de la serie de televisión *Empire*, donde interpretó a una mujer compleja y ambiciosa.
Su aparición en la serie marcó su regreso triunfal a la pantalla pequeña, donde fue aclamada por la crítica por su interpretación.
En 2015, Demi se centró en su salud mental y en su vida personal, tomando el tiempo para reconectar con sus tres hijas y trabajar en su sobriedad.
A lo largo de los años, Demi ha mantenido una vida privada bastante alejada del escrutinio mediático, lo que le ha permitido tener una vida más estable.
En 2019, Demi publicó su autobiografía *Inside Out*, donde relató sus luchas con la adicción, el abuso emocional, y los problemas de salud mental.
El libro fue un éxito de ventas y permitió a Demi compartir su verdad con el mundo, ayudando a destigmatizar la salud mental y el abuso de sustancias.
En 2021, Demi hizo su regreso triunfal al cine en *The Equalizer 3*, donde compartió pantalla con Denzel Washington.
La película fue un éxito de taquilla y marcó un punto culminante en la recuperación de la actriz.
Hoy en día, Demi Moore sigue siendo una figura respetada en Hollywood, pero su legado va más allá de los éxitos en taquilla.
Ha demostrado que, a pesar de las adversidades, se puede reconstruir una carrera sólida, basada en la autenticidad, la resiliencia y la valentía de enfrentarse a las propias luchas.
Demi Moore es un ejemplo claro de cómo el éxito no siempre es lineal, y que los tropiezos pueden ser el primer paso hacia la reinvención.
Aunque enfrentó numerosos desafíos en su carrera y vida personal, su capacidad para superarlos y seguir adelante le ha asegurado un lugar en la historia de Hollywood.
Hoy, a sus 62 años, sigue demostrando que la vida, aunque llena de altos y bajos, siempre ofrece nuevas oportunidades para seguir creciendo.
La historia de Demi Moore no solo nos enseña sobre la industria del cine, sino también sobre la importancia de la salud mental, la reinvención personal y la capacidad humana de sobreponerse a los momentos más oscuros.