Brendan Fraser, durante los años 90 y principios de los 2000, fue una de las estrellas más queridas y exitosas de Hollywood.
Su carisma y habilidades para la comedia y la acción lo convirtieron en una figura prominente en el cine estadounidense.
Películas como *La Momia*, *George de la selva* y *Dioses y monstruos* lo posicionaron como uno de los actores más destacados de su generación.
Sin embargo, de manera inesperada, casi desapareció de la escena hollywoodense durante más de una década, lo que generó muchas preguntas entre sus seguidores y la industria.
El nombre de Brendan Fraser estaba asociado a la aventura, la acción y un toque de comedia ligera.
Sus interpretaciones como el aventurero Rick O’Connell en *La Momia* o como el héroe torpe de *George de la selva* capturaron a una audiencia global.
A finales de los 90 y principios de los 2000, su carrera parecía estar en su punto más alto.
Pero, de repente, se desvaneció de las grandes producciones.
No se trató de una decisión personal consciente de retirarse, sino que Brendan pasó por una serie de adversidades tanto físicas como personales que afectaron su carrera.
Fraser nació el 3 de diciembre de 1968 en Indianápolis, Indiana.
Desde temprana edad, se mudó constantemente por el trabajo de su padre, lo que le dio una perspectiva única sobre la vida y ayudó a moldear su carácter adaptable.
Tras estudiar en el Cornish College of the Arts en Seattle, hizo su debut en cine con un pequeño papel en *Dogfight* en 1991.
Sin embargo, su gran oportunidad llegó en 1992 con *Enino Man*, una comedia que lo catapultó al estrellato.
Esta película le permitió demostrar su gran capacidad para la comedia física y para interpretar personajes extravagantes, algo que lo definiría durante los años venideros.
A partir de ahí, Brendan continuó siendo una presencia constante en la pantalla, protagonizando tanto comedias como dramas, mostrando su versatilidad.
En 1997, con *George de la selva*, alcanzó un nuevo nivel de éxito.
Su interpretación de este personaje, basado en un cómic, le permitió encarnar una mezcla de torpeza y heroísmo que conquistó al público.
Aunque la película no fue un éxito rotundo en términos de crítica, recaudó lo suficiente como para posicionarlo como una estrella en ascenso.
Sin embargo, el verdadero éxito llegó con *La Momia* en 1999, donde interpretó a Rick O’Connell, un aventurero en Egipto que se enfrenta a una antigua maldición.
Con una mezcla de acción, humor y romance, *La Momia* recaudó más de 400 millones de dólares en todo el mundo, convirtiéndose en uno de los mayores éxitos de la década.
La secuela *La Momia Regresa* (2001) reafirmó la popularidad de Fraser y consolidó su posición como uno de los actores más destacados de Hollywood.
La película, aunque similar en tono y formato a la primera, demostró que Brendan era capaz de llevar franquicias exitosas y que su química con la coprotagonista Rachel Weisz seguía siendo un atractivo fundamental para las audiencias.
A lo largo de estos años, Brendan también incursionó en otros géneros, como el drama, con *Dioses y monstruos* (1998), que le valió una gran ovación crítica.
Sin embargo, tras años de estar en el ojo público, comenzaron a surgir problemas personales que afectaron su carrera.
Durante la filmación de *La Momia: La tumba del emperador dragón* en 2008, Brendan sufrió una serie de lesiones graves mientras realizaba acrobacias.
Durante años, se había dedicado a hacer muchas de sus propias escenas de acción, lo que, en retrospectiva, resultó en daños físicos que se acumularon con el tiempo.
El dolor crónico, especialmente en la espalda y las rodillas, requirió múltiples cirugías.
En 2007, después de una grave lesión en la espalda que requirió cirugía de fusión espinal, Brendan siguió trabajando mientras lidiaba con el dolor.
Sin embargo, esto afectó su capacidad para asumir papeles físicamente exigentes, lo que redujo las ofertas que recibía de los grandes estudios.
A medida que las lesiones de Brendan se intensificaron, su vida personal también pasó por turbulencias.
En 2007, su esposa Afton Smith solicitó el divorcio, lo que resultó en un proceso legal largo y costoso.
Brendan, que en su momento había ganado cifras millonarias por su participación en grandes producciones, se vio obligado a pagar pensión alimenticia por más de $900,000 anuales, una cantidad que se hizo insostenible a medida que su carrera comenzó a decaer.
En 2010, la aparición de Brendan en grandes producciones de Hollywood se hizo casi inexistente, y su carrera se limitó a papeles pequeños o apariciones en series de televisión que no tenían la misma visibilidad ni el impacto de sus éxitos anteriores.
La desaparición de Brendan de Hollywood también estuvo marcada por una serie de problemas emocionales y mentales.
A medida que sus lesiones físicas empeoraban, la depresión se instaló en su vida.
En varias entrevistas, Brendan reconoció que en este periodo pasó por momentos de profunda tristeza y desesperanza.
La presión de estar constantemente en la mira del público, junto con el dolor físico y las dificultades personales, lo llevaron a una lucha interna con la que no se sentía capaz de lidiar.
En 2013, cuando ya estaba alejado de los reflectores, Brendan solicitó la reducción de sus pagos de pensión alimenticia, alegando que ya no podía mantener el nivel de ingresos que antes poseía debido a la falta de trabajo y sus problemas de salud.
Sin embargo, fue en 2018 cuando Brendan reveló públicamente el verdadero motivo detrás de su desaparición de la industria.
En el contexto del movimiento #MeToo, el actor contó que en 2003 había sido víctima de abuso sєxual por parte de Philip Berg, presidente de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA).
Según Fraser, Berg le tocó inapropiadamente durante un almuerzo en el Hotel Beverly Hills, y cuando él rechazó sus avances, comenzó a ser excluido de los eventos importantes de Hollywood.
Esta revelación ayudó a arrojar luz sobre la manera en que las figuras poderosas en la industria podían afectar la carrera de un actor si no se sometían a sus deseos.
El valiente testimonio de Brendan resonó en muchos, y su historia se convirtió en un símbolo de la lucha contra el abuso de poder en Hollywood.
En 2016, Brendan comenzó a recuperar lentamente su carrera.
Se unió al elenco de la aclamada serie *The Affair*, donde interpretó a un veterano de prisión.
Su interpretación fue elogiada por su profundidad emocional y su capacidad para manejar un personaje complejo.
En 2018, también participó en la serie *Trust*, en un papel menor pero significativo.
Sin embargo, su verdadero regreso se produjo en 2022 con la película *La ballena*, dirigida por Darren Aronofsky.
En esta película, Fraser interpretó a Charlie, un hombre obeso que lucha por reconectar con su hija.
El papel requería que Brendan usara un traje protésico de 300 libras, y su interpretación fue un testimonio de su vulnerabilidad y de las emociones profundas que había experimentado en su propia vida.
La crítica fue abrumadoramente positiva, y su actuación fue aclamada por su honestidad y autenticidad.
El regreso triunfal de Brendan Fraser alcanzó su punto culminante en 2023, cuando ganó el Óscar al Mejor Actor por su trabajo en *La ballena*.
Su discurso de aceptación fue un momento emotivo, en el que agradeció a su familia, al director y a todos los que lo apoyaron a lo largo de su carrera.
Este logro no solo representó un reconocimiento profesional, sino también una redención personal, después de años de lucha.
La historia de Brendan Fraser, su caída y su regreso, se ha convertido en una de las narrativas más inspiradoras en Hollywood, recordándonos que nunca es tarde para un nuevo comienzo y que las adversidades pueden convertirse en el combustible para un renacimiento aún más fuerte.
Hoy, a los 55 años, Brendan Fraser ha encontrado un nuevo equilibrio en su vida y carrera.
Está eligiendo proyectos que le desafían artísticamente, sin comprometer su bienestar físico.
A través de su resurgimiento, ha demostrado que la perseverancia, la vulnerabilidad y la honestidad son las claves para superar incluso las batallas más difíciles.
